El Gobierno de Daniel Noboa posesionó a la nueva Cúpula Militar en una ceremonia en Carondelet. Autoridades aseguraron que la reducción de la violencia será su principal ‘batalla’ a enfrentar.
“Sí, juramos”, retumbó un grito a cuatro voces en el Salón Amarillo, en el Palacio de Carondelet. Parados firmes y sin emitir ningún movimiento, cuatro hombres lucían uniformes pulcros y repletos de insignias, con el ‘quepi’ (sombrero militar) bajo el brazo. Con la exclamación unísona, en respuesta al juramento propuesto por el presidente, Daniel Noboa, hoy, Ecuador conoció oficialmente a la nueva Cúpula Militar.
Jaime Vela Erazo (jefe del Comando Conjunto), Edwin Adatti Albuja (comandante general de la Fuerza Terrestre), Miguel Córdova Chehab (comandante general de la Fuerza Naval) y Celiano Cevallos Calderón (comandante general de la Fuerza Aérea) fueron posesionados hoy en el acto protocolar.
“Es evidente que no vivimos en tiempos de paz. Es evidente que nuestro país está viviendo una violencia inusitada”, comenzó, tras una larga pausa acompañada de una mirada perdida, su primera intervención, como parte de la cúpula militar, el contralmirante Jaime Vela Erazo. “Pero, asimismo, es evidente la capacidad de resiliencia que presentan todos los ciudadanos ecuatorianos que, a pesar de tanta adversidad, siguen saliendo a su trabajo y siguen provocando desarrollo de nuestro país; aun cuando su seguridad —vuelve a hacer una pausa y muerde su labio— no es la adecuada”.
Adornado por medallas e insignias, la nueva autoridad continúo su discurso: “Pueblo ecuatoriano, me quiero dirigir a ustedes y decirles que para conquistar la paz, debemos hacer la guerra. Y la guerra no la hacemos solamente los militares. La guerra es un compromiso de todo el país”.
De este modo, en representación de la cúpula completa, la Fuerzas Armadas se comprometieron a continuar trabajando por la seguridad en el país. “Señor Presidente Constitucional de la República, gracias por su confianza. No los vamos a traicionar, así como no vamos a traicionar a todos los ecuatorianos”, concluyó Vela antes de retirarse del podio y ofrecer honores al primer mandatario.
La ceremonia la inauguró Giancarlo Lofredo, ministro de Defensa de Noboa. Con un traje negro, que combinaba con el café de la corbata, el funcionario ofreció también sus primeras declaraciones públicas en Carondelet, al presentar oficialmente al nuevo mando militar.
“Toda sociedad, tarde o temprano, necesita reinventarse. Y, para que ese anhelo se cumpla, es necesario avanzar y eso nos obliga a tomar buenas decisiones, porque de esas decisiones dependerán los resultados. Construir desde los cimientos, el país que queremos nos motiva a enfocar los esfuerzos en una sola causa: recuperar la paz; en un solo enemigo: la delincuencia; y un solo sueño: un nuevo y mejor Ecuador”, dijo el funcionario leyendo un grupo de hojas que sostenía con sus dos manos.
Apoyo a la seguridad
Entre sus pocas intervenciones, el primer mandatario rompió una vez más el silencio en la ceremonia. A través de los parlantes del auditorio, se anunció su momento de acercarse al podio.
“Esta mañana estaba viendo data sobre credibilidad de cada una de las instituciones del Estado. También estaba viendo lo que la gente piensa de mí, que esto ya se ha vuelto una costumbre y uno tiene que andar midiéndose, especialmente en tiempos como este”, inició Noboa su discurso, luciendo una corbata amarilla con diseños que se mezclaban con las paredes del espacio. “Hay una constante en todo estudio de credibilidad de instituciones del Estado. Y es que siempre, en los últimos 25 años, por lo menos, siempre la institución con mayor credibilidad es las Fuerzas Armadas. Siempre, por lo menos, dos terceras partes de la nación confían en las Fuerzas Armadas. Y yo me incluyo dentro de esas dos terceras partes del país”.
El Presidente continúo su intervención con una sonrisa que aparecía en diferentes momentos, acudiendo a las nuevas autoridades militares para solicitar su apoyo en la lucha para recuperar la paz en un país que “está gravemente herido, que está sumergido en la violencia y un país en el cual las desigualdades se han convertido en una constante negativa”.
“Confía en la capacidad de cada uno de ustedes. Confío también en la capacidad de nuestro Ministro de Defensa y estoy seguro que juntos vamos a poder ganar esta guerra. Juntos vamos a poder volver a darle paz al pueblo ecuatoriano”, aclaró al regresar a ver las sillas donde se encontraban las nuevas autoridades. “Asimismo me comprometo a luchar todos los días a su lado, en la mañana, tarde y noche”.
Con la corta intervención del primer mandatario, de apenas unos minutos, dio por concluido el evento. En este espacio, el Gobierno dejó claro que uno de sus principales objetivos será la lucha contra la violencia y la inseguridad. Con esto, de la mano de la nueva cúpula, Noboa se dispuso a enfrentar una nueva batalla, una nueva “guerra”.
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