ADN apoyó el proyecto del correísmo para reformar el Código de la Democracia y cambiar, entre otros temas, el método de asignación de escaños.
POR: Hugo Constante
“Hoy he descubierto que la Revolución Ciudadana y ADN son lo mismo. Cuando les conviene, votan igualitos; y cuando no, generan ciertas ‘distancias’. Hoy se ha golpeado a las organizaciones locales, provinciales”, dijo Cristian Benavides, asambleísta electo por la alianza entre Unidad Popular, Partido Socialista y PID. “Por un acuerdo político entre dos sectores, las minorías no vamos a tener posibilidades. Es un retroceso inmenso”, declaró Mariana Yumbay, legisladora de Pachakutik. “Se imposibilita que el resto de organizaciones, las minorías, puedan acceder a un escaño en las elecciones”, respondió Juan Gonzaga, legislador por el movimiento Acuerdo Ciudadano.
Fueron las primeras reacciones luego de que la Asamblea aprobó, con 125 votos a favor, 5 en contra, dos abstenciones y 19 ausencias, un paquete de reformas al Código de la Democracia, que incluye pasar del método de Webster al D’Hondt para la asignación de escaños. Según los especialistas electorales, el método de D’Hondt beneficia a las mayorías, a las grandes organizaciones políticas y deja sin posibilidades de tener representantes de elección popular a los movimientos pequeños o minorías.
Webster vs. D’Hondt, efectos concretos
Yumbay lamentó que entre los que dieron sus votos a favor de cambiar el método, estén legisladores que ocupan una curul gracias a la aplicación del método Webster. Si no fuese por este sistema vigente hasta el momento, Benavides y Gonzaga reconocen que no habrían tenido la oportunidad de llegar a la Asamblea; mientras que Pachakutik no hubiese logrado nueve legisladores, sino únicamente dos o tres.
Alfredo Serrano, asambleísta del Partido Social Cristiano, admite que su agrupación política no existiría en la Asamblea si se aplicaba el método D’Hondt, y que gracias a Webster, que da espacio a las minorías, obtuvieron cuatro legisladores.
El movimiento CREO, a través de un comunicado, aseguró que volver al método D’Hondt es inconstitucional y revive un correísmo recalcitrante. CREO asegura que el correísmo y el oficialismo pactaron la aprobación de las reformas con el objetivo de perpetuarse en el poder. “Nos regresan a la época de las aplanadoras, donde primero fueron verde flex y hoy pretenden ser de otro color, pero con las mismas prácticas autoritarias y violentas que no han aportado en nada a una sociedad ecuatoriana libre de despotismo y tiranía”, consta en el comunicado.
En una entrevista a radio La Poderosa, la exasambleísta de CREO Ana Belén Cordero, recordó que en 2021, gracias al método Webster obtuvieron una curul Fernando Villavicencio (+) quien llegó por Construye; y Daniel Noboa, actual presidente de la República, quien en esa elección obtuvo un escaño por el movimiento Ecuatoriano Unido, lo que marcó su inicio político. “Daniel Noboa y Fernando Villavicencio jamás hubiesen sido asambleístas si estaba vigente el método D’Hondt”, dijo Cordero.
Por su parte, Unidad Popular, también a través de un comunicado, rechazó la aprobación de la reforma, calificándola de discriminatoria y anticonstitucional. Cuestiona que oficialistas y correístas se hayan unido para cambiar el método de asignación de escaños que no garantiza una proporcionalidad adecuada en los organismos de elección popular. “Dios los cría y el diablo los junta. Este matrimonio entre Noboa y Correa busca llevar al bipartidismo”, asegura la organización y adelanta que interpondrá una demanda de inconstitucionalidad.
Mientras que el oficialismo justificó la reforma. Rosa Torres (ADN), presidenta de la Comisión de Justicia, dijo estar orgullosa del resultado que se logró; y aseguró que hubo un análisis técnico-jurídico para que los votos depositados en las urnas se vean reflejados en hechos concretos y haya una representatividad efectiva.
Y, aunque el cambio de método podría afectar a organizaciones como Pachakutik, cinco de sus nueve legisladores votaron a favor de la reforma.
Duro cabildeo
Al reinstalar la sesión de hoy, a las 08:00, se pensaba que iba a ser una jornada rápida, ya que sólo se tenía que votar el texto final de las reformas que en la Comisión de Justicia obtuvo el apoyo de correistas y oficialistas, y se esperaba que esa unidad se replicara en el Pleno.
Sin embargo, en un primer intento, la aprobación no logró los votos necesarios y Torres, en su calidad de ponente, pidió un receso de media hora, para ajustar los textos y realizar los cambios necesarios.
No había acuerdos entre ADN y su grupo de aliados de Pachakutik y otros independientes, con los que ha formado mayoría para aprobar otros proyectos de Ley. El punto conflictivo era, precisamente, el método de asignación de escaños.
Entre la Revolución Ciudadana y ADN tenían mucho más de los votos necesarios para aprobar la reforma sin necesidad de los legisladores de las otras organizaciones políticas. Pero el oficialismo no quería poner en riesgo esa mayoría de la que necesitará a futuro para seguir aprobando su proyectos de Ley, como la de Integridad Pública que se espera se conozca en segundo debate el lunes.
Por eso, la media hora de receso se convirtió en tres horas, hasta lograr “humo blanco” con sus aliados y convencerlos de que se mantengan con el oficialismo hoy y en futuras votaciones. Pero al retornar al salón plenario, ADN tuvo que esperar media hora más hasta que el correísmo revise el texto propuesto. En esa tarea estuvieron Viviana Veloz, Jhajaira Urresta, Gabriela Molina y otras tres legisladoras de esa agrupación. Fue Urresta la encargada de dar el visto bueno al presidente de la Asamblea, el oficialista Niels Olsen, para que llame a votación y a la vez hizo señas a sus compañeros de bancada de que debían votar a favor. Este proyecto de reforma tuvo su origen en el correísmo.
Del texto aprobado se excluyó la reforma que pretendía que las autoridades de elección popular que opten por otro cargo pidan licencia para candidatizarse sin necesidad de renunciar a sus funciones, como señala la norma vigente. Tampoco entró la propuesta de elevar a ley como infracción electoral leve el uso del celular al momento de votar y de escrutar los votos.
El texto aprobado pasará a revisión del Ejecutivo para que lo sancione o lo vete.
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