Tras la renovación de los comandantes del Ejército, Marina y Aviación y del jefe del Comando Conjunto, las Fuerzas Armadas aún no han detallado la nueva estrategia para combatir el crimen. El cambio de mandos se realizó a horas de la visita del Secretario de Estado de EE.UU.
POR: Juan Camilo Escobar
“La consigna de hoy para aquellas amenazas que tenemos presentes es la cárcel o el infierno”: es la última declaración pública que dio Henry Delgado como comandante general del Ejército, el 10 de agosto. Delgado, ayer asumió el cargo de jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, la principal autoridad militar del país, con la orden del presidente, Daniel Noboa, de iniciar una “nueva fase” de la guerra declarada por el Gobierno contra el crimen organizado.
Tras asumir la jefatura militar, Delgado aún no ha dado sus primeras declaraciones públicas sobre esta orden y las Fuerzas Armadas tampoco han precisado las estrategias que implican.
El cambio en la cúpula militar coincide con dos de las medidas con las que el Gobierno de Daniel Noboa prepara para recibir al secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio.
La primera, una orden a las Fuerzas Armadas para renovar a la cúpula militar, esta vez encabezada precisamente por Delgado. Y la segunda, una orden a la canciller, Gabriela Sommerfeld, para convocar a los alcaldes de Quito, Guayaquil y Cuenca, para tratar el tema de las necesidades urgentes para enfrentar la violencia criminal.
Consultado sobre el tema, el exjefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Paco Moncayo, aclaró que “nueva fase” no es término de la técnica militar formal, sino de la política, que en cualquier parte del mundo, a través del Presidente y sus ministros, es la responsable de ordenar los planes y políticas de seguridad que deben cumplir militares y policías.
En este sentido, sostuvo que, en materia de planificación militar de la seguridad, la mencionada nueva fase corresponde, en realidad, a una continuación del plan de seguridad, pero esta vez adaptándolo a los nuevos contextos de tres tipos de amenazas externas. La primera, una mayor penetración del crimen transnacional en Ecuador; la segunda, la vecindad con Colombia, que ha aumentado la producción de pasta de cocaína; y, la tercera, un aumento del consumo, y por tanto de la demanda, de cocaína por parte de países de Europa.
“En esta continuación de la ejecución del plan de seguridad, la estrategia se debe considerar que es muy difícil que por sí solo Ecuador pueda ganar en su propio territorio, sino con un sistema de seguridad cooperativo, cuyos costos tienen que pagar varios países como Colombia, gran productor de cocaína y los países de la Unión Europea que han aumentado su consumo”, dijo.
Para la investigadora académica experta en temas de seguridad nacional en los países de América Latina, Carla Álvarez, el término “nueva fase” tampoco se relaciona directamente con el ámbito militar, sino que puede servir para cualquier sistema de planificación.
Y en el caso de la seguridad, agregó, sin un documento escrito de las estrategias que implican, no existe una claridad sobre el nuevo ciclo que inician las fuerzas armadas tras la renovación de su alto mando. La experta llamó la atención que en las nuevas intervenciones públicas sobre el tema, el Gobierno ya no ha priorizado el plan ‘Fénix’, es decir la estrategia de seguridad que presentó a finales de 2023, ni ha presentado un balance de su ejecución hasta el momento.
“Ya no se ha referido al plan ‘Fénix’ y más bien lo ha sustituido con una retórica del Bloque de Seguridad, del que tampoco tenemos conocimientos de todos sus detalles de funcionamiento, tiempos, indicadores”, señaló la especialista.
En cualquier caso, dicho plan se anunció en diciembre de 2023, a pocas semanas que Noboa asumiera su primer mandato como una iniciativa para desplegar a las Fuerzas Armadas y la Policía a las calles, labores de inteligencia para prevenir delitos y responder a emergencias, y reorganizar las cárceles que estaban bajo control de mafias.
Los expertos consultados señalan que el anuncio de la nueva fase es, en la práctica, una declaración de intenciones tras un año y siete meses de que reconociera la existencia de un conflicto armado interno, con la orden de neutralizar o dar de baja a integrantes de una veintena de grupos del crimen organizado catalogados como terroristas.
Así, es la segunda vez que Noboa anuncia esta nueva fase. La primera la declaró el 22 de mayo de 2024 cuando decretó un nuevo Estado de Excepción por 60 días en 7 provincias: “Hoy nos encontramos en una segunda etapa de la guerra, que se ha sectorizado. Las bandas criminales, ante la ofensiva militar, se han resguardado y atrincherado en siete provincias: Los Ríos, Guayas, Santa Elena, Manabí, El Oro, Sucumbíos, y Orellana. Prueba de esto son los sucesos que han ocurrido en las últimas 48 horas”.
Se refería a una masacre de cinco personas que se encontraban jugando volley en una cancha en una ciudadela de Manta, una expresión más de la violencia criminal que afecta al país, y por la que Ecuador cerró el primer semestre de 2025 con 4.619 asesinatos, un 20% más en comparación con el mismo período de 2024,la cifra más alta registrada desde 2014.
Perfiles militares
A Delgado le espera cumplir la orden de una nueva fase en el combate de los grupos criminales con un alto mando militar, renovado ayer mediante los decretos ejecutivos 111 y 112, que quedó integrado de la siguiente manera: el general del Ejército Henry Delgado como jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas; el contralmirante Ricardo Unda como comandante general de la Fuerza Naval; el general Iván Vásconez como comandante general del Ejército y; el brigadier general Mauricio Salazar comandante general de la Fuerza Aérea.
Salgado, según la hoja de vida publicada por el Ministerio de Defensa, ostenta el título de licenciado en ciencias militares y tiene experiencia como comandante del Ejército, subsecretario y viceministro de Defensa y agregado de defensa en la Embajada de Ecuador, en Estados Unidos; entre otros altos cargos en las Fuerzas Armadas.
Además, el 25 de junio estuvo al frente del operativo de captura de José Adolfo Macías, alias ‘Fito’, líder de la banda criminal ‘Los Choneros’, catalogada por el Gobierno como organización terrorista, en un búnker de Montecristi, Manta.
En mayo, tras una masacre de 10 militares en Alto Punino, Orellana, encabezó un operativo con casi 2.000 militares para desmantelar más de 10 campamentos clandestinos de minería ilegal.
El nuevo comandante de la Armada, el contralmirante Ricardo Unda Serrano, tiene un título de ingeniero en computación, un diplomado en Gerencia de Recursos Humanos, y un máster en Estrategia Militar y Marítima y especializado en Estudios Estratégicos de la Defensa. También tiene experiencia como jefe de Estado Mayor, de Asuntos Internacionales y de Planificación Estratégica de la Armada; director de Espacios Acuáticos y agregado de Defensa en Corea del Sur; y comandante del Comando de Guardacostas y de Operaciones Navales.
El nuevo comandante de la FAE, el brigadier Mauricio Xavier Salazar Machuca, tiene un título de licenciado en Ciencias Aeronáuticas Militares y es especialista en Estudios Estratégicos de la Defensa. Además, tiene experiencia como jefe del Estado Mayor de la FAE y del Comando Conjunto, comandante del Comando de Ciberdefensa, agregado de Defensa en Israel, director de la Academia de Guerra, responsable del Sistema Integrado de Seguridad, de Talento Humano y de Desarrollo Institucional de la FAE.
El nuevo comandante del Ejército, el general Iván Rodrigo Vásconez Hurtado, tiene un título de licenciado en Cultura Física y en Ciencias Militares y experiencia como comandante del Comando de Operaciones Terrestres e inspector General de la Fuerza Terrestre, jefe de la Casa Militar Presidencial, director de Movilización, director de la Academia de Guerra, director de la Escuela de Formación de Soldados, asesor de la Subsecretaría de Defensa del Ministerio de Defensa, y, agregado de Defensa en Bolivia.
Reacciones
Sobre el perfil de Delgado, el exdirector de Inteligencia del Ejército, Mario Pazmiño dijo que “es un muy buen profesional, tiene liderazgo tanto interno y tiene un factor a su favor al conocer cómo está el dispositivo de amenazas, que le permite tener decisiones más acertadas si ve que las estrategias de pequeños operativos de controles no está funcionando. Entonces, es posible que utilice la presencia disuasiva permanente”.
Esto significa, según Pazmiño, que de concretarse esta orden de una mayor y constante presencia militar, las Fuerzas Armadas lograrían “un mayor control territorial, eliminar los santuarios y reducir los espacios de maniobra tanto económicos como físicos que tengan cada una de estas organizaciones delictivas”.
Este cambio, según un comunicado del Ministerio de Defensa, busca fortalecer la capacidad operativa y estratégica de las Fuerzas Armadas de la «nueva fase» en la guerra contra las organizaciones criminales.
«Esta decisión estratégica, oficializada mediante los decretos ejecutivos 111 y 112, busca incorporar nuevos perfiles con experiencia en combate que respondan con liderazgo y eficacia a los desafíos actuales de la seguridad nacional», señala un comunicado de la Presidencia.
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— Presidencia Ecuador 🇪🇨 (@Presidencia_Ec) September 1, 2025
Para Pazmiño, con este cambio, “el Presidente busca dar un nuevo giro, un cambio de liderazgo, implementar nuevas estrategias para combatir al crimen organizado. En el tiempo anterior, que estuvo a cargo la Armada, se hicieron todos los impulsos necesarios; sin embargo, los resultados han sido negativos, con un incremento de violencia, de criminalidad. Entonces, la estrategia está fallando”.
Por ahora, al día siguiente de la renovación, la cúpula militar mantuvo una primera reunión de trabajo con el ministro de Defensa, Giancarlo Loffredo. Hasta el cierre de esta edición el Ministerio de Defensa no informó los resultados de este encuentro.
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