Esta segunda vuelta el correísmo se tuvo que conformar también con la victoria en 8 provincias. En el 2021, Lasso ganó en 17. ¿Por qué el ciclo se repite? El ‘voto duro’ de la Revolución Ciudadana le ha sido insuficiente en dos elecciones consecutivas. ¿Por qué?
Tras los resultados oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE), con el 98,08% de las actas escrutadas, con corte a las 14:00. Daniel Noboa, de la alianza ‘ADN’, obtuvo el 51,93% de los votos, frente a Luisa González, de la Revolución Ciudadana, que logró el 48,07% de los votos. Estos resultados convierten a Noboa en el próximo Presidente, para gobernar hasta mayo del 2025.
Noboa triunfó en 16, de las 24 provincias: Azuay, Bolívar, Cañar, Carchi, Cotopaxi, Chimborazo, El Oro, Imbabura, Loja, Morona Santiago, Napo, Pastaza, Pichincha, Tungurahua, Zamora Chinchipe y Galápagos.
Mientras que González lo hizo apenas en 8: Esmeraldas, Guayas, Los Ríos, Manabí, Santo Domingo de los Tsáchilas, Santa Elena, Sucumbíos y Orellana.
¿Qué significan estos resultados?
En las elecciones generales del 2021 los resultados fueron muy similares: el presidente, Guillermo Lasso, quien fue candidato por el movimiento CREO, obtuvo el triunfó en 17 provincias; y Andrés Arauz (de la Revolución Ciudadana) lo hizo en 7. Lasso logró el 52,36% de los votos y Arauz llegó al 47,64%.
Para Bernardo Gortaire, investigador en el Centro de Estudio y Tratamiento Estratégico de las Fuerzas Armadas, lo que se entiende como correísmo es un movimiento bastante fuerte en algunas áreas del país y bastante rígido, pero que en los últimos años ha perdido un proceso que le dé la flexibilidad, como cuando empezó la Revolución Ciudadana.
“Eso es lo que hace que los sectores o los segmentos que corresponden al voto duro del correísmo, que normalmente va entre el 30 y 33%, no modifiquen su tendencia electoral, más bien tengan aspiraciones muy claras, como el retorno de esta tendencia política, vs. otros segmentos del país, que ya han renunciado o simplemente no se vieron tan beneficiados con lo que fue el proceso de la Revolución Ciudadana y eso provoca nichos o focos de oposición en un entorno de muchísima polarización (…)”, detalló.
Gortaire mencionó que ve dos tendencias que reflejan los resultados en términos de los rangos de edad, pues dijo que grupos de personas mayores de 40 o 50 años todavía mantienen una posición muy sólida sobre correísmo versus anticorreísmo.
“Aunque, en redes sociales, como algunas entrevistas que se veía, los jóvenes empiezan a tener un cambio en la tendencia, y ya no buscan esa noción y eso también es uno de los elementos que permite una transición a un candidato, que no se sale totalmente del esquema anticorreísmo o correísmo, pero no es su foco de campaña, como lo fue en su momento Guillermo Lasso, cuyo argumento fue no ser el correísmo. Entonces, desde esa lógica, veremos un paso hacia una transición, pero tampoco llegar al punto de pensar que es el fin de esta dinámica”, señaló Gortaire.
Gabriela Calderón, investigadora del Instituto Cato, afirmó que estos resultados, similares a los de las elecciones del 2021, se dan porque el electorado sigue buscando un tipo de populismo sin Rafael Correa.
“Por eso se le ha vuelto imposible a Correa o cualquier candidato elegido por su partido político ganar frente a una oposición que no se pone, aparentemente, de acuerdo con nada, excepto impedirle que llegue a Carondelet. Entonces, para ellos es sumamente importante lograr una victoria en primera vuelta, lo cual en dos procesos electorales nacionales no lo han logrado. Y no parece importar mucho cuál es el candidato al que el resto de la oposición está dispuesto a respaldar, con tal de que no llegue el correísmo”, opinó.
Calderón también dijo que el electorado parece seguir prefiriendo tener el desencanto con la política tradicional o con los partidos tradicionales y prefieren las figuras que parecen ser nuevas.
“¿Por qué el resultado es el mismo? Bueno, porque, digamos así, como el correísmo tiene un techo duro, también tiene una base dura, eso no ha variado mucho. Incluso una de las constantes en la nueva Asamblea Nacional es el bloque del correísmo, que se mantiene prácticamente igual, con 50 escaños; lo que ha cambiado y va a ser importante es que, la segunda fuerza política ya no es Pachakutik, sino Construye, un movimiento que ya declaró que nunca negociaría con el correísmo. Esto le da una oportunidad importante al nuevo presidente de forjar alianzas que le den una mayoría simple para distintos tipos de iniciativas legislativas”, mencionó Calderón.
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