El presidente, Daniel Noboa, difundió este martes nuevas fotografías de reclusos considerados de alta peligrosidad que fueron trasladados a la megacárcel del Encuentro, en la provincia de Santa Elena. En las imágenes aparecen alias “Invisible”, “Palanqueta”, “Monstruo de Machala” y el exasambleísta socialcristiano Pablo Muentes, todos vestidos con uniformes naranjas, rapados y escoltados por agentes policiales y militares.
El mensaje que acompañó la publicación en la red X (antes Twitter) decía: “Creyeron que el ‘Encuentro’ era solo una palabra y que seguirían siendo intocables. Pero este ya no es el Ecuador de antes. Bienvenidos”. El texto fue interpretado como una continuidad del discurso presidencial de “recuperar el control del Estado” frente al crimen organizado y la corrupción.
Las fotografías, tomadas en el interior del nuevo centro penitenciario, muestran a los detenidos rapados y bajo fuerte custodia, en condiciones similares a las difundidas horas antes del exvicepresidente Jorge Glas. La serie de publicaciones marca un nuevo tono comunicacional del Ejecutivo, que busca reforzar su política de seguridad mediante mensajes simbólicos de autoridad y disciplina.
Entre los exhibidos, alias “Invisible” es identificado por la Policía como cabecilla de una estructura dedicada al narcotráfico y sicariato; alias “Palanqueta” y el llamado “Monstruo de Machala” registran antecedentes por homicidio y secuestro; mientras que Muentes, exlegislador por el Partido Social Cristiano, enfrenta procesos por lavado de activos, enriquecimiento ilícito y delincuencia organizada.
La difusión de las imágenes generó reacciones divididas. Mientras sectores oficialistas las celebraron como una muestra de “mano firme”, juristas y defensores de derechos humanos advirtieron que la exhibición pública de presos podría vulnerar estándares internacionales sobre dignidad e integridad personal. La Comisión Ecuménica de Derechos Humanos (CEDHU) recordó que Ecuador mantiene obligaciones frente al sistema interamericano para evitar la exposición degradante de personas privadas de libertad.
El operativo forma parte del traslado de los primeros 300 internos al complejo penitenciario de Santa Elena, inaugurado como emblema del nuevo modelo de control carcelario. El Gobierno lo presenta como una prisión de máxima seguridad destinada a “criminales intocables”, bajo un régimen de aislamiento, vigilancia militar permanente y protocolos de tecnología avanzada.
La publicación ocurre a menos de una semana del referéndum y consulta popular del 16 de noviembre, en los que el oficialismo busca consolidar respaldo ciudadano a su política de seguridad. Las imágenes difundidas por Noboa consolidan una narrativa de autoridad que, según analistas, busca proyectar resultados tangibles en un contexto de alta conflictividad y violencia criminal.
