Este delito registra un incremento sostenido en los últimos años. De 1.466 casos en 2019, subieron a 2.454 en 2021. Pero la cifra se disparó a 6.888 en 2022; y en lo que va de 2023, ya se cuentan 6.560. ¿Cómo evitarlo y qué hacer si estoy siendo víctima?
El país amaneció hoy con un nuevo caso grave de extorsión: según reportes de prensa, un bus urbano fue asaltado cerca de las 05:00 y después reducido a cenizas en Guayaquil. Aparentemente, delincuentes exigían pagos a la compañía de transporte y, al negarse, enviaron este mensaje. Se conoce que el transportista aún estaba pagando el crédito con el que compró el bus, que era su medio de trabajo.
Lamentablemente, en el país éste dejó de ser un caso aislado. La palabra ‘vacuna’, asociada a los distintos niveles de extorsión, está cada vez más presente y en varias ciudades las historias se cuentan todo el tiempo.
Los delitos de extorsión y secuestro extorsivo han experimentado un aumento sostenido en los últimos cinco años, pero se han disparado desde el año anterior, según estadísticas proporcionadas a Ecuador Chequea por la Fiscalía.
Entre el 2019 y lo que va del 2023 se observa un incremento constante en los delitos de extorsión consumada. En el 2019, se registraron 1.466 casos; pero en el 2022 ya hubo 6.888 y para el 2023, esta cifra llega ya a 6.560 casos. Esto representa un aumento del 4,47 veces respecto al 2019 y aún le queda un trimestre a este año.
La tentativa de extorsión también ha experimentado un aumento significativo en el mismo período. En el 2019, se reportaron 151 intentos de extorsión, mientras que en este 2023, esta cifra aumentó a 733, lo que representa un aumento del 385%.
Durante el año 2019, se reportaron un total de 216 intentos de secuestro extorsivo en Ecuador. Sin embargo, en los años siguientes, se observó un descenso drástico en estos números. En 2020, el número disminuyó significativamente a 5 casos y en 2021 a tan sólo 2. Sin embargo, este descenso no se mantuvo en el 2022 y hasta mediados de septiembre del 2023, donde se han registrado 8 intentos de secuestro extorsivo, indicando un resurgimiento preocupante de esta modalidad delictiva.
Por otro lado, los secuestros extorsivos consumados también han experimentado un cambio significativo en los últimos años. En el 2019, se registraron 8 casos, una cifra relativamente baja, en comparación con los años siguientes. En el 2020, el número se disparó a 167 y en el 2021 alcanzó los 221 casos. La tendencia continuó en el 2022, con un alarmante total de 297 secuestros extorsivos consumados. Sin embargo, este año se romperá todo récord: hasta mediados de septiembre, se han reportado 614 casos.
¿Qué hacer si estoy siendo extorsionado?
«El miedo predominante, demasiado grande, que están experimentando últimamente los ciudadanos, es el combustible de los extorsionadores». Así de graves considera las repercusiones psicosociales del delito de extorsión en la sociedad el mayor Marco Custode, jefe de operaciones de la Unidad Nacional de Investigación Antisecuestros y Extorsión (Unase) de la Policía Nacional, una de las principales autoridades policiales responsables de combatir este delito.
Él recomienda dos primeras medidas que debe aplicar una persona que sea víctima de extorsión: mantener la calma y llamar al 1-800-DELITO para denunciar.
“Siempre existirán iniciativas intimidantes de que las personas imaginen que esas amenazas pueden cumplirse. Entonces, ante eso, la Unase ha creado una alternativa para la ciudadanía: el 1800-DELITO, una línea gratuita habilitada y con reserva de información del denunciante”, remarca el agente, solicitando a la gente que confíe en la Policía para denunciar de manera inmediata casos de este tipo de delitos.
Con la llamada de denuncia, los uniformados y técnicos de la Unase pueden empezar a intervenir de manera inmediata, remarca el mayor Custode, luego de recordar la importancia de este primer paso que muchas personas, paralizadas por el miedo, evitan dar.
Una vez en contacto con el personal que atiende la mencionada central telefónica, el denunciante tiene dos alternativas: la primera, recibir asesoramiento con las medidas específicas que debería aplicar de acuerdo con el contexto y la situación particular del denunciante. El responsable policial señaló que algunas de estas acciones incluso pueden ser acordadas y ejecutadas de manera conjunta.
La segunda opción es proporcionar información detallada del caso de extorsión del que el denunciante está siendo víctima. Para esto, la Policía ofrece garantías de confidencialidad de todos los datos personales proporcionados y requeridos por los agentes investigadores.
¿Se puede evitar?
Llegado a este punto, el ciudadano se preguntará si existe una manera de evitar estos delitos. La respuesta es sí. Al menos así respondieron el mismo jefe de la Unase, el experto en prevención de riesgos Christian Rivera y los miembros de dos unidades de Policía Comunitaria del norte de Quito.
Rivera consideró que el delito de extorsión necesariamente implica «el seguimiento»; es decir, que los delincuentes investigan previamente algunos datos personales de la víctima, como sus nombres completos y los de sus familiares, lugares de residencia y de trabajo, propiedades, rutinas de viajes cotidianos o destinos, y fechas de viajes turísticos, negocios o cuentas bancarias.
Los consultados advirtieron que ninguno de estos datos debe ser compartido con desconocidos ni publicado en plataformas digitales, como redes sociales o en los «estados» de los servicios de mensajería.
Esta sencilla recomendación es lo mínimo y lo más elemental que se puede hacer para evitar ser víctima de la delincuencia. Lamentablemente, muchas personas sobreexponen sus vidas personales y las de sus seres queridos, según señalaron.
«Cuando nos exponemos demasiado en redes sociales, estamos dando pistas de que posiblemente generamos cantidades de recursos y dinero, lo cual nos convierte en una presa fácil de la delincuencia», dijo Rivera, enfatizando su recomendación de no publicar datos económicos o financieros en redes sociales.
“Los extorsionadores primero verifican los perfiles personales de las personas en redes sociales. Hoy, en la actualidad, exponernos en redes sociales es algo de alto riesgo. Y esto hay que conversar con nuestro hijos, esposas y familias”, indicó Rivera.
De la importancia de aplicar estas medidas de prevención dieron cuenta los responsables de las UPC de El Condado y de Colinas del Norte, en el norte de Quito, que señalaron que la mayoría de casos de extorsiones que han atendido “no son físicas, sino virtuales”, en especial, a través mensajes o llamadas números desconocidos mediante la plataforma de mensajería instantánea de WhatsApp o mensajes por redes sociales.
Las víctimas, acotaron, son personas que previamente recibieron mensajes y llamadas en las que se les solicitó confirmar datos personales para ofrecerles falsas ofertas de trabajo y ganancias de premios o descuentos inexistentes.
El experto Rivera y el policía de la Unidad de Policía Comunitaria Rancho Bajo Kevin Rivera indicaron que de esta forma de extorsión también han sido víctimas personas que aplicaron a falsas convocatorias, publicadas en redes sociales, para llenar supuestas vacantes de puestos de empleo en instituciones públicas, como la Policía y las Fuerzas Armadas.
Resumimos las recomendaciones formuladas:
- No publicar datos e imágenes personales o de seres queridos, en especial nombres completos, propiedades, negocios.
- Seleccionar y depurar contactos en redes sociales y servicios de mensajería que tienen acceso a las “actualizaciones de estado”, en donde se ha vuelto usual publicar aspectos cotidianos de la vida de la gente.
- No sólo no contestar, sino bloquear a remitentes desconocidos de mensajes instantáneos o de redes sociales con supuestas ofertas de todo tipo.
Prevención comunitaria
Del delito de extorsiones son víctimas, no sólo personas individuales, sino también grupos de personas, en especial de vecinos o de comerciantes, coincidieron en explicar las fuentes consultadas. En tal sentido, indicaron, es indispensable actuar de manera conjunta y, sobre todo, organizada.
Y esta organización empieza con la conformación de un chat grupal de vecinos o de comerciantes para conocer las novedades del día a día y, de ser necesario, solicitar u ofrecer auxilio, y llamar al 1-800 DELITO a denunciar, en caso de que se detecte la presencia de extorsionadores en las inmediaciones de barrios o de negocios.
Esta es apenas una de las acciones más comunes en los actuales tiempos, pero el propósito de conocerse y comunicarse es el mismo que ha servido siempre para organizarse y enfrentar no sólo a delincuencia, sino preocupaciones comunes de todo tipo, incluso en temas festivos, señaló Rivera.
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