En su primer año de operación, este sistema de transporte ha logrado trasladar a 50 millones de pasajeros, lo que ha mejorado la movilidad de la ciudadanía y ha contribuido a la revitalización del centro histórico. Aunque, expertos señalan algunas dificultades en áreas como la operación, mantenimiento, tarifas y gestión. Conozca los detalles:
POR: Juan Camilo Escobar
En su primer año de operación que empezó el 1 de diciembre de 2023, según datos oficiales, el Metro de Quito trasladó a 50 millones de pasajeros entre sus 15 estaciones distribuidas en el norte, centro y sur de la ciudad. Este transporte ha reducido el tiempo de traslado en comparación con el cada vez más caótico tránsito vehicular, que se ha agravado por los apagones que dejan fuera de servicio a los semáforos.
El impacto del Metro de Quito se ha visto reflejado también en el renacimiento económico del centro histórico, que ahora atrae a miles de visitantes diarios. Sin embargo, a un año de su inauguración, el sistema aún enfrenta desafíos significativos.
Hasta hace dos semanas, el Metro operaba sin un contrato de mantenimiento que garantizara la integridad de su infraestructura, lo que generó inquietudes sobre su seguridad y sostenibilidad. Este retraso, según expertos, refleja una fragilidad institucional recurrente en proyectos de gran escala en América Latina. Además, el sistema aún no ha sido formalmente transferido al Municipio de Quito.
“Había realmente un riesgo muy alto porque había gente capacitada en muy poco tiempo. Ellos eran los que estaban asumiendo la responsabilidad y felizmente no ha pasado nada”, afirmó Fernando Sancho, veedor ciudadano del Metro de Quito.
«Con este contrato, se van a aliviar enormemente las circunstancias de la seguridad, que es fundamental para calificar la gestión. Porque, si esto no se toma en cuenta, el riesgo que corren los trenes es bastante alto», indicó.
Sancho explicó que, de los 18 trenes, dos debían estar reservados como respaldo, listos para entrar en funcionamiento en caso de fallas o mantenimiento de los 16 trenes principales. Sin embargo, debido a un mantenimiento “irregular”, el sistema experimentó dificultades con más de dos trenes, lo que provocó paradas en las rutas. “Como esto era muy irregular, empezaron a tener dificultades no dos, sino más de dos trenes. Inclusive tuvimos varias veces paradas las rutas en el sistema de transportación. Era por la falta de mantenimiento general de las unidades”.
“Ahora, volvemos a cero. Vamos a tener 16 trenes bien mantenidos y los dos trenes de backup (respaldo) listos para entrar en funcionamiento para cuando tengan fallas o entren a mantenimiento”, comentó.
Sancho recordó que la propuesta inicial de mantenimiento fue por 17 millones de dólares, antes de que el sistema comenzara a operar. Sin embargo, agregó, que el monto final del contrato alcanzó los 36,7 millones de dólares y fue el resultado de una serie de modificaciones, tras el retraso en el inicio de operaciones.
En el portal del Servicio Nacional de Contrataciones Públicas se constató que el contrato se adjudicó a la compañía mexicano-españoa Asch, con un ahorro de más de 18,5 millones de dólares del “presupuesto referencial total” de 55,3 millones de dólares.
Aunque, este contrato es considerado por Sancho como un avance crucial, pero inicial. Aún están pendientes otros contratos para el mantenimiento de sistemas eléctricos y electrónicos, fundamentales para coordinar una decena de subsistemas del Metro y garantizar su operación segura y eficiente.
Además, según Fernando Sancho, el Metro enfrenta desafíos adicionales en el mantenimiento de sus componentes electrónicos, que son fundamentales para el funcionamiento seguro de los trenes. «Hay fallas a veces en el sistema electrónico, que está conectado directamente al material rodante, que es el nombre técnico de los trenes y sus vagones, con el cuarto de control».
Añadió que es esencial un «mantenimiento constante en la parte electrónica para evitar que estas fallas y que no se presenten paradas abruptas». Este tipo de fallas, señaló Sancho, podría comprometer la eficiencia operativa del Metro si no se aborda adecuadamente.
Consultada sobre el tema, la Empresa Pública Metropolitana Metro de Quito, expresó que aspira completar estos procesos en las próximas semanas siguiendo las observaciones realizadas por el Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop). Fuentes de la entidad aclararon que por ahora, las tareas contempladas en dichos contratos pendientes, las está asumiendo la propia empresa constructora.
El consultor internacional en movilidad César Arias, quien hace más de cuatro décadas impulsó la construcción del Trolebús en Quito, evaluó de manera positiva el primer año de funcionamiento del Metro de Quito. Sin embargo, advirtió que el sistema aún enfrenta desafíos clave, especialmente en el ámbito de su gerenciamiento, con el fin de garantizar una operación más segura, un mejor servicio de recaudo y solucionar los problemas de sobrecarga en los tramos centrales de la ciudad.
“El metro de Quito es, indudablemente, un gran beneficio para la ciudad. Su demanda diaria ha ido incrementando a alrededor de 170.000 pasajeros, pero aún no llega a los 200.000”, dijo Arias. Aunque reconoció los avances, también señaló que persisten dificultades en áreas como la operación, mantenimiento, tarifas y gestión, las cuales se están superando gradualmente. Según el experto, “es necesario un esfuerzo significativo por parte de la Municipalidad, con posible asistencia internacional, para asegurar que el sistema sea económicamente sostenible y que se optimice el sistema de recaudo”.
Arias también destacó que, a pesar de los progresos, el sistema todavía enfrenta una alta carga en sus tramos centrales y que muchos usuarios han pedido que se active aire acondicionado. Sin embargo, resaltó que muchas personas están siendo beneficiadas por un transporte limpio y no contaminante.
«Es un proceso de aprendizaje continuo, pero estamos viendo que el servicio, aunque imperfecto, es una mejora para la ciudad», concluyó César Arias.
¿Cómo ha funcionado el Metro en este año de operaciones?
Usuarios frecuentes del Metro de Quito, consultados este 27 de noviembre, recordaron que el sistema de transporte ha sufrido al menos tres interrupciones desde su inauguración en diciembre de 2023. En cada uno de estos casos, señalaron, la falta de información sobre las causas de los incidentes generó malestar, ya que las explicaciones no se brindaron, sino hasta varias horas o incluso días después de los hechos.
Uno de los casos más recordados ocurrió al mediodía del 21 de marzo de este año, cuando el servicio se interrumpió sin previo aviso. Los usuarios, que esperaban la llegada del tren, se vieron sorprendidos por la orden de evacuación, luego de más de 30 minutos de espera sin poder comunicarse con el exterior ni recibir información del personal de la empresa operadora. La falta de detalles sobre lo sucedido dejó a muchos en la incertidumbre.
El incidente se prolongó durante dos horas y, cuando finalmente el servicio fue restablecido, la Empresa Metropolitana Metro de Quito emitió un comunicado informando que la operación había vuelto a la normalidad, pero no ofreció explicaciones sobre la causa del problema.
“No me he quedado atrapada en el Metro y ojalá nunca me ocurra, porque lo utilizo siempre. Es un transporte muy limpio. Siempre es seguro, siempre funciona bien”, comentó Brunary Mendoza, una universitaria de 19 años.
“Lo utilizo casi todos los días. Aunque casi siempre vengo parado no me canso porque avanza muy rápido. Ya me he acostumbrado a las aglomeraciones, pero ojalá eso mejore”, comentó, Pedro Jaramillo, empleado privado.
“Como el Metro deberían ser todos los transportes de Quito, con cámaras de vigilancia, limpieza y seguridad. Lamentablemente eso no sucede cuando uno sale del Metro. Es un muy buen servicio que me ayuda a llegar rápido a mis lugares de destino”, manifestó Marco Vera, psicólogo.
El veedor ciudadano Fernando Sancho señaló que en las próximas semanas se espera que la empresa constructora entregue formalmente el proyecto al Municipio de Quito. «Había algunos temas que estaban a cargo del constructor, pero poco a poco, como ya debe suceder, comenzarán a entregarlo», afirmó. Sancho recordó que, aunque el constructor tiene un rol similar al de un propietario de la obra, aún no ha entregado el proyecto y está previsto que lo haga en diciembre, tras cuatro prórrogas. «Es importante estar atentos para asegurarnos de que se cumpla con los plazos», advirtió. Además, destacó la importancia de contar con un fiscalizador y un administrador de contrato eficientes, ya que existen multas pendientes por cobrar.