«Granizada de huevos para Rafael Correa«. Así titulaba con sarcasmo Diario La Hora, en su cuenta de Facebook, la que fuera ayer (24 de enero) la noticia del día. El video sobre las manifestaciones en contra del exPresidente, en La Maná, Cotopaxi, copó las redes sociales, en donde incluso fue trending topic (TT), y se reprodujo en varios medios que realizaron una crónica de los acontecimientos.
Sin embargo, no todos se hicieron eco de la noticia. Diarios como El Comercio y El Universo, hasta la noche de ayer, no habían recogido tales hechos, como sí lo hicieron, por ejemplo, La República, Metro Ecuador y el ya mencionado diario La Hora. Incluso el primero publicaba una nota sobre el TT de Twitter #ElMashiHaRecibidoMásHuevo que incluía varios memes satirizando los hechos. Tal parece, según lo observado a breves rasgos (y también mencionado en esta columna), que hay medios que aún reniegan el darle protagonismo al exmandatario; ello sobre todo observado en Diario El Universo, que, por el contrario, tiene a Jaime Nebot como una de las voces autorizadas para hablar de la consulta. Justamente, este miércoles publicaba una entrevista en la que el Alcalde de Guayaquil analizaba (o más bien, explicaba por qué votar Sí) cada pregunta propuesta. De todos modos, las respuestas de Nebot, editadas o no, no pasan de ser un análisis bastante básico y recurrente en la narrativa sobre la Consulta que se ha ido consolidando en los medios.
Lo que está debajo de esa narrativa es lo que pone en evidencia César Monge, director de CREO, en una entrevista realizada por Telerama, en la que declara abiertamente que «al final, este es un referéndum sobre Correa y Alianza PAIS«. Y va más allá: declara que el único motivo por el que se debe votar Sí es el deshacernos por fin de este personaje y lo que representa para el país. Monge pone énfasis en señalar que la consulta no es más que eso, un instrumento para intentar dar muerte política a Correa, aunque la entrevistadora en ningún momento intenta hacer referencia a aquello y más bien se decanta por las tradicionales preguntas que buscan saber cómo va la campaña o el nivel de información de la población.
No obstante, poco a poco la idea empieza a emplazarse en la opinión pública, aunque los medios todavía quieren mantener cierta idea que busca transmitir una postura democrática, en que todas las preguntas son válidas en la medida en que permiten deshacer o reformar todo lo que estuvo mal durante los diez años del régimen correísta. Y ello, obviamente, resulta una postura bastante escueta frente a lo que realmente han significado el correísmo y los daños que se produjeron en la institucionalidad del país; los cuales, ciertamente, no se resolverán por completo con las siete preguntas, pues harían falta muchas más; además de que muchas de esas cuestiones y varias de la propia consulta no se deberían resolver por esa vía. Y este es el punto al que llega todo: la falta de posición crítica de los medios se refleja justamente en que no abordan el cuestionamiento sustancial de por qué hay varias preguntas que podían y debían resolverse vía reforma de las leyes, a través de la Asamblea, por ejemplo, o incluso por Decreto presidencial.
Y es que ello no conviene, porque el Sí debe ser un voto en paquete para que funcione, y pese a que, en efecto, hay varias preguntas que funcionan -o deberían- funcionar como anzuelo para las del verdadero calibre que son las de la reelección indefinida y la reestructuración del CPCCS, los medios revelan el verdadero sentido de la consulta, al dejar de lado el resto de temas y poniendo en primer sitio a ambas preguntas. De hecho, en lo observado los últimos días, ya el tema de la reelección indefinida no tiene mayor discusión, y realmente el tema del Consejo de Participación Ciudadana es el verdadero punto álgido. ¿Por qué?
Simple. Porque es la pregunta que más reparos y dudas genera. Que los medios la aborden constantemente llega a convertirse en una especie de advertencia para presionar al Gobierno. Es como si enviaran el mensaje a Lenín Moreno de «apoyamos al Sí porque queremos salir del correísmo, pero cuidado con caer en un morenismo». Por ello es que la inquietud que se repite de un medio a otro, de una entrevista a otra, es si el Consejo de transición no será elegido a dedo por el Presidente y se convertirá en más de lo mismo, dado el antecedente de la terna para Vicepresidente. Hay un claro mensaje de desconfianza que se quiere enviar al oficialismo, por lo que se empieza a develar un apoyo al Sí pero dubitativo.
Esto se pudo observar, por ejemplo, en la entrevista que Janet Hinostroza, de Teleamazonas, le hizo al director de Democracia Sí, Gustavo Larrea, en la que intencional y expresamente pasa por alto el resto de preguntas y aclara que lo que interesa es la pregunta sobre el CPCCS, a la vez que expone la duda arriba mencionada. Toda la conversación gira alrededor de ello, como si decidiera no perder tiempo en las demás interrogantes que, deja sentado, tienen escaso o ningún peso político.
De esta forma, poco a poco los medios revelan un discurso menos dócil y condescendiente con la consulta y el oficialismo, y dejan entrever visos inquietantes, aunque no llegan a ser del todo críticos, pues pesa más la idea de la consulta como el antídoto anticorreísmo. Simplemente, como se dijo anteriormente, se trataría de una especie de mensaje al Primer Mandatario, un condicionamiento al apoyo irrestricto que hasta el momento han demostrado.