En el 2020, 58 estudiantes se suicidaron; en el 2021, fueron 72. En el 2020, hubo 253 intentos; mientras que en el 2021 fueron 504. La salud mental es otro de los temas que requieren atención urgente.
La salud mental de los niños y adolescentes también se vio seriamente afectada por la pandemia. El punto más grave de esta realidad es la tasa de suicidios en el sistema educativo, que creció en los últimos dos años.
La Dirección Nacional de Análisis e Información Educativa (DNAIE) y la Coordinación General de Planificación (CGP), junto con el Ministerio de Educación, establecen que se registraron 253 intentos de suicidios en 2020, mientras que en 2021 se registraron 504. Es decir, que durante un año hubo un incremento de 251 intentos de suicidios.
En 2020, en las unidades educativas fiscales hubo 226 intentos de suicidios, en las fiscomisionales 2, en las municipales 5 y en las particulares 20. En 2021, los casos aumentaron, ya que en los colegios fiscales se registraron 443 intentos en los públicos, 13 en los fiscomisionales, 3 en las municipales y 45 en los particulares.
La ministra de Educación, María Brown, mira con gran preocupación esta problemática. Enfatiza que el tema de la salud mental en los niños y jóvenes deber ser prioritario. Y agregó que en 2020 hubo, lamentablemente, 58 estudiantes que consumaron el suicidio y que la cifra puede ser mayor, porque al dejar sus estudios, no se tiene el registro de los niños que no estaban en el sistema. “Y en el 2021 esta cifra subió a 72. Esto es un incremento del 24,14%. Y en intentos de suicidio es todavía peor la situación, porque tuvimos un incremento 91,7%”, afirmó la Ministra.
Brown explicó que las razones por las que aumentan la ansiedad y la depresión son múltiples, como el acoso escolar, la violencia intrafamiliar y que, estos elementos terminan siendo problemas de salud mental. “Pero en pandemia lo que sí es claro es que, si no están en un contexto educativo, no tiene la contención que pueden tener y se agrava la situación. Es casi haber doblado los intentos de suicidio y no hay otra variable nueva que no sea la pandemia. Ese fue uno de nuestros motores para retomar totalmente la presencialidad”, recalcó la funcionaria.
En 2020, la provincia que registró más casos de suicidios fue Pichincha, con 17 casos, mientras que, en 2021 Pichincha siguió con el mayor número de casos: 24, seguido de Tungurahua, con 13 casos.
Componentes de esta realidad
“Uno de los principales factores para diagnosticar un trastorno por depresión es la desesperanza. Ese es uno de los principales factores (para el suicidio), cuando encontramos una persona que está desesperanzada, que quiere decir eso, (…) que perdemos la espera al porvenir. El suicidio ya era una de las principales causas de muerte, en adolescencia, antes de la pandemia, pero ahora las cifras se han disparado y yo creería que es porque todos escuchamos que no hay dinero, que no hay salud, que la gente se está muriendo, que no hay trabajo, eso a nivel social y ni hablar a nivel familiar”, mencionó Javier García, psicólogo clínico.
Rossana Viteri, directora de Plan Internacional afirmó que con la pandemia se visibilizaron problemáticas que en el país ya existían, pero que lastimosamente se ahondaron. Por ejemplo, las niñas sufrían de violencia de género al quedarse en sus hogares para continuar con su educación. “Pese a la carga del trabajo que estaban sufriendo las niñas, había que sumarle la violencia género que estaban viviendo en sus familias. En muchos casos, violencia sexual. En algunas entrevistas Plan ha denunciado que entre un 70 u 80% de esos abusadores están en el entorno inmediato de niñas y niños. Entonces, estaban encerradas con esos perpetradores, lo cual hace la situación de las niñas más difícil sin poder pedir auxilio y la escuela brindaba ese espacio. Hay una profesora a la que le tienen confianza, hay unas amiguitas con quienes conversaba; es decir, hay un espacio de contención”, explicó.
Contexto
Cada 11 de octubre se celebra el Día Internacional de la niña. Por ello, la Directora de Plan Internacional contó que el pasado octubre realizaron una actividad que se llamó ‘Las tomas de poder’. Esta actividad consistía en que las niñas se tomaran el Ministerio de Educación. Las niñas recomendaron que se ocuparan de su salud mental. “Lo que sí sabemos es que los niveles de violencia aumentaron. Sabemos que no sólo se incrementaron los niveles de violencia sexual, estamos hablando de violencia física, psicológica. Por otro lado, sabemos que la violencia psicológica, la física e incluso la sexual está normalizada, entonces nadie dice nada”, afirmó Viteri.
Javier García agregó que los ambientes violentos son uno de los elementos que fragilizan la salud mental. “Situaciones de violencia, de abuso que ocurren dentro del hogar, de parte de nuestros seres queridos o de los más cercanos”. También explicó que cuando el abuso viene de un “personaje tan representativo como el padre o la madre” deja una huella en lo más profundo de la psiquis y que llevan a que las personas, sin querer, busquen una pareja que los maltrate.
Cifras de este problema
Unicef realizó un estudio sobre el impacto del Covid-19 en la salud mental de adolescentes y jóvenes. Según este estudio, el 27% de los jóvenes siente ansiedad y el 15% sufre de depresión. Además, 3 de cada 4 niños han sentido la necesidad de pedir ayuda con relación a su bienestar físico y mental, pero 2 de cada 5 que sintieron esa necesidad no lo hicieron.
En octubre de 2020, Unicef y el Ministerio de Educación realizaron una encuesta y encontraron que en Ecuador, 4 de cada 10 niños afirmaron que se sentían muy angustiados o tensionados. El organismo recalcó que esta situación fue más frecuente entre quienes estudian en educación básica superior o bachillerato.
“La salud mental está relacionada con el bienestar emocional, psicológico y social y afecta la forma en que pensamos, sentimos y actuamos, determina nuestra capacidad para manejar el estrés, relacionarnos con los demás y es clave para que los niños, niñas, adolescentes y sus familias puedan salir adelante”, señaló Joaquín González-Alemán, representante de Unicef en Ecuador.