Tras un mes de apagones, los exportadores reportan encarecimiento de costos para mantener cadenas de frío. Expertos en comercio exterior alertan sobre crisis en pequeños productores florícolas del norte de Pichincha.
POR: Juan Camilo Escobar
Los racionamientos de electricidad en Ecuador están apagando no solo la luz, sino también la economía. Este es el segundo “apagón” económico en lo que va del año, está afectando a todas las actividades productivas, incluidas las exportaciones, que hasta junio habían sido una excepción en la desaceleración económica del país.
En el segundo trimestre de 2024, las exportaciones crecieron un 9.9%, mientras que la economía ecuatoriana registró un desplome de la demanda interna del 2.2%, una reducción del gasto gubernamental del 0.6% y una caída del 8.2% en las inversiones en infraestructura y bienes de capital, según datos del Banco Central (BCE).
Cuatro meses después de este último reporte del BCE, el gremio exportador advierte sobre los graves efectos de la tercera serie de apagones desde octubre de 2023, que comenzó el 18 de septiembre.
«Estamos registrando un freno en el crecimiento», dijo Xavier Rosero, vicepresidente de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexport). «Veníamos creciendo a un ritmo cercano a los dos dígitos, impulsados por los precios excepcionales del cacao. Sin embargo, nuestras previsiones para fin de año sugieren que el crecimiento será mucho más lento».
Según Rosero, el sector exportador genera diariamente alrededor de 60 millones de dólares en bienes exportables, pero los cortes de energía, que pueden extenderse de 10 a 14 horas, están impactando gravemente esa capacidad productiva.
«Las operaciones en el sector industrial requieren horarios mucho más amplios que los de oficina», explicó Rosero. En algunas industrias, se necesitan hasta dos horas para encender los equipos y otras dos para apagar las máquinas, lo que limita aún más la productividad, recordó el dirigente gremial.
Según Fedexport, hasta el momento, las empresas exportadoras no han reportado rupturas en las “cadenas de frío” que garantizan la preservación de productos perecederos. Sin embargo, advirtió de un incremento significativo en los costos de operación debido al uso continuo de generadores de energía de respaldo, que usualmente se empleaban sólo en situaciones de emergencia.
El impacto de estos cortes de electricidad representa un desafío para el sector exportador, que enfrenta mayores costos justo cuando Ecuador intenta mantener competitividad en los mercados internacionales, lamenta el gremio exportador.
“El sobrecosto está ahí. Esos mecanismos alternativos al sistema eléctrico ahora se han vuelto permanentes”, dijo Felipe Rivadeneira, presidente de Fedexport. “Necesitamos encontrar una alternativa a la alternativa que teníamos del sector eléctrico. Y eso significa más inversión, más costo, en algo que deberíamos estar invirtiendo para poder seguir creciendo nuestras exportaciones”.
El gremio, mientras concluye encuestas a sus empresas exportadoras afiliadas, no dispone estadísticas de los mencionados incrementos en los costos de operación.
Menos producción a más costo
Estos sobrecostos son sólo una de las muchas consecuencias visibles y “en cadena” que provocan los apagones a las exportaciones, opina Oscar Herrera, gerente general de Hispaconnex, una firma de consultoría en comercio exterior. Según Herrera, la interrupción en el suministro de electricidad está causando numerosos retrasos e incumplimientos en los cupos de exportación de productos que requieren cadena de frío.
Con cada apagón, también se interrumpe el servicio de internet, lo que dificulta realizar los trámites en línea necesarios para entregar sus productos a los comercializadores.
Según Herrera, un claro ejemplo de esta situación ocurrió el jueves 17 de octubre, cuando varios aviones de carga partieron desde el aeropuerto de Quito con su capacidad a medias, debido a que no se cumplió el cupo de carga. Al día siguiente, pero los aviones partieron completamente llenos, pero no pudieron embarcar la carga de flores que se entregó a última hora.
“Las agencias de carga suelen contactar a las aerolíneas con dos o tres días de anticipación para reservar espacio para, por ejemplo, 2.000 kilos. Sin embargo, en el día del embarque, faltaron entre 800 y 1.000 kilos porque los productores o comercializadores no pudieron tener listas ni las flores ni las cajas debido a los cortes de electricidad. Esto genera un colapso, ya que al día siguiente, o incluso a los dos días, todos logran cumplir con sus envíos, pero ya no hay suficientes aviones de carga disponibles porque se han ido. Como resultado, se produce una sobreoferta de productos en el país”, explicó Herrera.
“En otras ocasiones, las flores llegan, pero ya no hay aviones disponibles. Hasta que se programen nuevos vuelos, las flores permanecen en los cuartos fríos de las agencias de carga. Esto genera retrasos para los clientes en el exterior, quienes también deben cumplir con sus distribuidores. Es una cadena de consecuencias que va desde la producción hasta la distribución al cliente final”, señaló Herrera.
De este modo, el tiempo adicional que las flores y frutas pasan en los cuartos fríos, esperando su embarque en los aviones cargueros, representa un costo extra en las operaciones de exportación.
“Las empresas florícolas más grandes sí tienen una capacidad para mantenerse funcionando, con sus generadores eléctricos, pero no al 100% como lo hacen con la luz. No dejan de producir, pero reducen su capacidad de producción. Si tienen 10 hectáreas, por ejemplo, reducen la producción a siete”. comentó.
Las consecuencias de los apagones en la producción y la entrega oportuna de flores a los comercializadores son aún más severas para al menos 200 pequeños productores florícolas del norte de Pichincha. Estos agricultores, que trabajan con sus familias y, en el mejor de los casos, cuentan con solo dos o tres obreros agrícolas en pequeñas extensiones de terreno que apenas alcanzan una hectárea, enfrentan serios desafíos, detalló Herrera.
“En terrenos de entre 500 y 600 metros, los pequeños productores cosechan las flores y deben clasificarlas en un cuarto que necesita tanto luz como refrigeración. Esto limita su capacidad de producción y, al no poder cumplir con los plazos establecidos, el comercializador se molesta y opta por comprar a otros proveedores. Sin embargo, estos proveedores también se ven afectados por las mismas dificultades”, señaló Herrera.
En cambio, los grandes productores florícolas enfrentan problemas de otra magnitud, ya que no pueden utilizar sus equipos computarizados para el riego ni los procesos mecánicos de limpieza, desinfección y empaque. Esta falta de acceso a la tecnología afecta considerablemente su eficiencia operativa y, en última instancia, su capacidad para cumplir con la demanda del mercado, indicó el especialista.
Estadísticas
Hasta el momento, el portal estadístico del Banco Central del Ecuador no ha publicado el boletín correspondiente al tercer trimestre de 2024, el cual permitiría evaluar el comportamiento reciente de las exportaciones, especialmente desde el inicio de los apagones el pasado 18 de septiembre.
En el segundo trimestre, salvo en las exportaciones, la economía ecuatoriana sufrió un primer “apagón” económico, con un desplome de la demanda interna del 2,2%, una reducción del gasto del Gobierno del 0,6%, y una caída del 8,2% en inversiones en infraestructura y bienes de capital.
Según datos del Banco Central del Ecuador, recopilados en el reporte estadístico ExporData, de Fedexport, las exportaciones no petroleras de Ecuador hacia la Unión Europea, durante los primeros ocho meses de 2024, se incrementaron notablemente, particularmente en los sectores de camarón y cacao.
El camarón se consolidó como el principal producto exportado, generando ingresos de $870 millones, con un crecimiento en valor del 11% y un aumento en volumen del 13%. En segundo lugar, se ubicó el banano y plátano, con ventas que alcanzaron los $768 millones, aunque experimentaron una contracción en volumen de -5%, acompañado de un leve crecimiento en valor de apenas 2%.
Por su parte, el cacao en grano mostró un impresionante aumento, duplicando su valor exportado con un crecimiento del 100%, alcanzando los $748 millones, y un crecimiento en volumen de 73%, lo que lo convierte en el producto con mayor crecimiento porcentual en el periodo. En cuarto lugar, las conservas de atún también reflejaron un desempeño positivo, con un valor de exportación de $607 millones, aumentando en 35% en valor y en 44% en volumen.
Finalmente, el sector de las flores, tradicionalmente relevante en el mercado europeo, reportó exportaciones por $174 millones. Aunque, las cifras indican una leve disminución en volumen de -2%, mientras que el valor de exportación subió un 3%.
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