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Las denuncias de extorsión crecieron 470% en tres años
abril 14, 2023

Sólo del 2021 al 2022, el incremento fue del 280%. Mostramos las cifras más actualizadas de la Fiscalía y analizamos los porqués de este delito que se expande en el país. Pero traemos recomendaciones de la Policía para no ser víctimas de los ‘vacunadores’.

POR: Juan Camilo Escobar @EscobarEC

En el 2022 se registraron 6.881 denuncias de delitos de extorsión, lo que representa un aumento del 280% en comparación con el 2021; 369% más que el 2020; y 470% más que el 2019, según datos proporcionados por la Fiscalía General.

El número de  denuncias de ‘tentativas’ de extorsión registradas en el 2022, en cambio, aumentó un 434% en comparación con el 2021, un 690% más que en el 2020 y un 993% más que en el 2019.

DELITOCONSUMADOTENTATIVATOTAL
AÑOS20192020202120222019202020212022
DELITO         
EXTORSIÓN1462186324516886151216345150014874
HOMICIDIO5656697996726105695446295057
SECUESTRO EXTORSIVO21616722756785281200
TOTAL2243269934778125769790891213721131

FUENTE: Fiscalía General del Estado de Ecuador.

Según Wilson Zapata, jefe de la Unidad Antisecuestro y Extorsión de la Policía Nacional, estas cifras reflejan un clima de violencia sin precedentes en Ecuador. “Nunca antes los ecuatorianos hemos visto una situación similar”, dijo a Ecuador Chequea.

El jefe policial explicó que, entre los factores que ocasionan estos delitos, destaca el accionar no sólo de grupos delincuenciales nacionales, sino también de grupos transnacionales que se han expandido desde Centroamérica hacia diferentes países de América Latina desde 2019.

“El incremento viene desde el 2019, que se viene generando a nivel de la región. Países del Centroamérica, como Guatemala, Honduras y Costa Rica, llegaron a pagar el 2% del Producto Interno Bruto sólo en extorsiones”, recalcó, sobre el contexto internacional de este fenómeno, en el cual, dijo, influye la falta de controles internacionales a los flujos migratorios. Zapata manifestó que, para atender estas denuncias, la Policía está organizada en unidades en Pichincha, Guayas, Manabí, Esmeraldas, Los Ríos y El Oro.

Análisis

Lautaro Ojeda, académico que ha dedicado más de dos décadas a investigar las causas de la violencia en Ecuador y América Latina, comentó: “Los valores con los que crecimos están perdiendo fuerza movilizadora en una sociedad que lamentablemente está normalizando el delito”.

Este aumento preocupa a la mayoría de gente “con inmediatez”, pero existe un origen histórico multidimensional y multicausal, sostuvo el experto. Esto quiere decir que, entre las principales causas, como corrupción, pobreza, desempleo e inequidad, no hay estudios que permitan decir cuál es prioritaria, cómo puede abordarse y con cuáles recursos.

Ojeda sostuvo que, mientras no existan estos estudios que sirvan de base para elaborar planes concretos, con sus respectivas formas de seguimiento y evaluación, difícilmente el Estado podrá atender con eficacia, no sólo el incremento de las extorsiones, sino las otras expresiones de la delincuencia.

Según el criterio de Raúl Franco, organizador de una de las escasas convocatorias ciudadanas que recibió una respuesta masiva en Quito, como la Marcha Blanca de diciembre del 2002, una posible organización de la ciudadanía para prevenir extorsiones no es suficiente. En su opinión, la responsabilidad principal de garantizar la seguridad recae en el Estado.

“La situación que estamos viviendo ahora no es comparable con nada de lo que hemos vivido anteriormente. Nunca el país se ha enfrentado con esta ola de extorsiones, sicariato y otros delitos”, sostuvo el promotor de la mencionada marcha, que se organizó en medio de un clima generalizado de indignación y repudio de los quiteños frente al incremento de la violencia jamás visto en el Quito de inicios de los años 2000.

Franco recordó que, precisamente, tras la Marcha Blanca, se logró que en Quito se aprobara una Ordenanza que obligaba al Municipio a reportar periódicamente los resultados de las inversiones en seguridad y se dio paso a la creación de una Tasa de Seguridad. Hoy, las administraciones municipales de turno no informan resultados efectivos más allá del listado de gastos e inversiones, acotó. 

En un recorrido por locales de copias de documentos ubicados en la calle Ulloa, en el centro norte de Quito, sus responsables testimoniaron que en semanas recientes algunas personas se han acercado a preguntar de forma reiterativa y sospechosa “por los dueños del negocio”.

El propietario de uno de estos locales, quien solicitó que no se mencionara su nombre ni el de su establecimiento, manifestó que todos acordaron “no pagar ni un solo dólar» y llamar inmediatamente a la Policía para denunciar cualquier intento de extorsión.

El periódico español El País recogió, en enero anterior, el testimonio de Luis, quien a principios de este año tomó la difícil decisión de cerrar su negocio de fabricación y venta de zapatos en el centro de Guayaquil, así como retirar a sus hijos de la escuela. Luis tomó esta decisión por temor a sufrir nuevos atentados contra su vida, como el que sufrió previamente, donde fue golpeado y rociado con ácido en la espalda por negarse a pagar a delincuentes una extorsión semanal de 30 dólares a cambio de «protección».

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Recomendaciones para prevenir las extorsiones

Zapata dijo que los delincuentes utilizan la extorsión para financiar actividades ilícitas, por lo que es importante que la población no entregue dinero bajo ninguna circunstancia. Con este fin, agregó, la Policía Nacional ha elaborado una serie de recomendaciones preventivas que incluyen:

1.        No proporcionar información personal, familiar o financiera.

2.        Mantener el perfil privado en redes sociales y evitar aceptar amistades de desconocidos.

3.        Evitar contestar llamadas de números desconocidos.

4.        Tratar de estar acompañado en su negocio.

5.        Reforzar la seguridad de su negocio, instalando cámaras y botones de auxilio.

6.        Organizarse en el barrio para activar alarmas comunitarias en coordinación con las Unidades de Policía Comunitarias.

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Si la amenaza es telefónica:

1.        Trate de grabar la conversación.

2.        No confirme información que le proporcionen los extorsionadores. Esta información pudo haber sido obtenida por “inteligencia social”, es decir, a través de lo que la gente publica en sus redes sociales.

3.        Finja que no escucha y evada al extorsionador. “Decir, por ejemplo, estoy en el banco, estoy en una reunión. Esto, para ganar tiempo e inmediatamente tomar contacto con los canales oficiales para denunciar

4.        No se comprometa a entregar ningún pago y muéstrese dispuesto a negociar.

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¿Cómo denunciar?

El jefe policial recordó que existen dos canales oficiales que reciben y canalizan la denuncia protegiendo la identidad del denunciante.

1.        Central telefónica 911.

2.        Central telefónica 1800 335486 (Delito).

Zapata recalcó, sin embargo, que lo importante es una actitud proactiva de la gente para prevenir estos delitos. Para ello, el personal de todas las Unidades de Vigilancia de la Policía, a escala nacional, está capacitado para dar charlas sobre cómo prevenir las extorsiones y otros tipos de delitos a vecinos, escuelas, colegios, empresas o cualquier persona u organización que lo solicite.

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4 tipos de extorsiones

El jefe de la unidad antisecuestro y extorsión de la Policía Nacional, Wilson Zapata, explicó que se han identificado los siguientes tipos de extorsiones:

1.        La extorsión común

–          Se amenaza con violencia directa, asesinato o daño a una persona cercana, y se exige el pago de grandes sumas de dinero en un plazo determinado.

2.        La extorsión siciliana o ‘vacunas’

–          Los delincuentes exigen pagos periódicos en el negocio de su víctima a cambio de “protección”.

3.        La extorsión sexual

–          Se produce cuando las víctimas interactúan con personas desconocidas en redes sociales y envían fotografías íntimas, lo que puede desencadenar una extorsión por parte de los delincuentes que poseen esta información y amenazan con divulgarla.

4.        La extorsión virtual

–          Se da cuando el delincuente obtiene información personal de la víctima a través de los perfiles de redes sociales.

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