Las dos vías principales de conexión entre la Costa y la Sierra se vieron afectadas tras las lluvias. La construcción de muros de contención, en zonas propensas a deslizamientos puede evitar estos inconvenientes. Conozca los detalles:
Entre febrero y marzo se presentaron lluvias de diferente intensidad en varias zonas del país. Debido al temporal, la región más afectada fue la Costa. Aunque, en algunos puntos de la Sierra también se dieron precipitaciones de alta intensidad. El clima afectó a algunas estructuras, pues en las principales vías del país se registraron deslizamientos de tierra.
Por ejemplo, la semana pasada, la vía Calacalí – La Independencia quedó bloqueada en el kilómetro 70 por un derrumbe. Un bus de la cooperativa Trans Esmeraldas que pasaba por el sector, quedó cubierto de tierra y de árboles.
La vía estuvo bloqueada por más de doce horas, lo que ocasionó gran tráfico vehicular y gran molestia en los usuarios que pasaban por el sector. Ese día, la maquinaria del Cuerpo de Bomberos de Los Bancos y de la Prefectura de Pichincha acudieron al sitio para evacuar a los pasajeros y al chofer. También, se dedicaron a las labores de limpieza de la calzada.
(Deslizamiento con el bus atrapado- Foto: Prefectura de Pichincha)
Esa misma semana, hubo otro deslizamiento, esta vez fue en el kilómetro 69 de la vía Mitad del Mundo – Río Blanco y un deslave también sucedió en el kilómetro 43 de la vía Alóag – Santo Domingo.
Estos hechos no son recientes, las dos vías la Alóag-Santo Domingo y la Calacalí-La Independencia, que sirven de conexión entre la Costa con la Sierra, cierran seguido y más aún cuando la época invernal se hace presente.
La vía Alóag-Santo Domingo comenzó a presentar problemas estructurales desde finales de febrero de 2024, a causa de las fuertes lluvias en la zona.
El 27 de febrero, se registró un hundimiento en el kilómetro 82, por lo que el puente Lelia en la vía Alóag- Santo Domingo colapsó y la vía fue cerrada.
Los testimonios de las vías
Estos eventos causan molestia en algunos ciudadanos por la interrupción que se genera. El 3 de abril, Jhonatan Chiluisa manejaba por la vía Calacalí, día en el que ocurrió el deslave que afectó al bus de la cooperativa Trans Esmeraldas, su destino era Santo Domingo; sin embargo, no logró llegar debido al gran tráfico en la zona, pues esperó más de cuatro horas y como no avanzaba en la vía se regresó a Quito, por una vía alterna.
“Nos dimos la vuelta siguiendo a los otros carros. Ese día tenía libre en el trabajo y tenía que ir a dejar unas pastillas a mí abuelo que vive en Santo Domingo, por lo que aproveché para ir y regresar, pero nunca llegué, fue imposible. Yo me regresé y las pastillas las mandé por encomienda”, contó Chiluisa.
Foto: Cortesía Jhonatan Chiluisa. Día del deslizamiento.
Otro caso, fue el del transportista, Segundo Ramírez. Conducía un tráiler con herramientas para la construcción y recuerda que ese día él sí logró cruzar antes que sucediera el deslave, pese a la lluvia, pasó y llegó a su destino. El problema se ocasionó cuando intentó regresar con carga a Quito y no pudo hacerlo.
Por medio de un chat de choferes, Ramírez se enteró que la vía estaba cerrada y se quedó en la Costa para evitar “el mal genio que causa quedarse atrapado en la vía”.
Además, recalca que no es la primera vez que suceden estas obstrucciones en la vía, ya que toda la vida ha trabajado en la carretera y cuando las lluvias vienen tienen que “salir rezando” de sus hogares, para que no les “coja” el deslave.
“Yo logré cruzar con algún transportista, pero ya no pudimos regresar. Eso retrasa a todas las partes, pues la carga no se entrega a tiempo y por ende las empresas tampoco. No nos descuentan, porque saben que no fue nuestra culpa, pero nosotros preferimos estacionarnos y esperar. Lo que si, es que hay que tener cuidado con la delincuencia, como estamos cargados, puede ser que alguien quiera aprovecharse. Para estar estresados, mejor nos quedamos ahí esperando”, dice Ramírez.
Foto: Cortesía- Segundo Ramírez. Él y sus compañeros están parqueados en las vías.
El estado de las vías Alóag-Santo Domingo y la Calacalí-La Independencia
Al momento, no hay una alerta del cierre de estas vías. Por su parte, el Ministerio de Transporte y Obras Públicas informó que en Santo Domingo, la única vía que se encuentra cerrada es la vía E385, La Concordia- Puerto Nuevo, km 23, debido al colapso de una alcantarilla. Por lo que si es necesario que transite por ese sector puede tomar vías alternas como: La Concordia- Plan Piloto- La Villegas- La Concordia- Santo Domingo- El Carmen-Puerto Nuevo.
En Pichincha en la vía E20, Pifo- Papallacta, en el sector la Virgen Km19, se registra un deslizamiento, por lo que solo está habilitado un carril.
Desde la Prefectura de Pichincha dijeron a Ecuador Chequea que “no hay voceros, para que puedan explicar el estado de las vías”. Sin embargo, a través de sus redes oficiales han comunicado sobre los hechos que sucedieron la semana pasada.
Por ello, detallaron que lo ocurrido el 3 de abril, desde las 5h30 iniciaron con la limpieza del deslizamiento registrado en el km 69 de la vía Mitad del Mundo – Río Blanco. “Se estima que estas labores duren aproximadamente cuatro horas, por lo que la vía continúa cerrada. Toma precauciones”, señaló la entidad.
Desde la Prefectura de Santo Domingo aseguraron a Ecuador Chequea que después de la emergencia reportada en el Km 82 de la vía Alóag-Santo Domingo, que también conecta con Pichincha, la Prefectura junto al Ministerio de Transporte y Obras Públicas, y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, trabaja en la instalación del puente tipo delta.
Al momento, la estructura metálica de 56 metros de longitud está lista y se realizan las pruebas necesarias para su lanzamiento sobre el río Lelia, esto está previsto para las próximas horas.
Desde este lunes, tras un acuerdo firmado entre la Prefectura y Carlos Eguez, dueño de la Hacienda Río Lelia, se habilitó el paso para vehículos livianos desde las 06:00 a las 22:00 por el puente alterno, que se encuentra dentro de su propiedad.
Para el transporte pesado, se encuentran habilitadas las vías: Alluriquín-La Florida- Las Mercedes, Tinalandia-La Florida y la vía estatal Las Mercedes-Los Bancos.
“Desde el 1 de marzo que colapsó el puente de hormigón armado, hemos venido trabajando sin descanso por devolverle la conectividad al país entero. Ha sido un trabajo arduo junto al Cuerpo de Ingenieros y nuestro equipo técnico, que se han mantenido operativos 24/7 para garantizar la seguridad de todos los usuarios de la vía”, aseguró la Prefecta, Johana Núñez.
Además, aseguraron que la entidad trabaja en el mantenimiento rutinario y periódico de su tramo de competencia como la vía Unión del Toachi- Santo Domingo, así como en la limpieza del talud en el Km 83, donde en los últimos meses se han registrado de manera recurrente el desprendimiento de rocas.
“Sobre este punto, tenemos previsto realizar en los siguientes meses, un geomanto con refuerzo de malla de alta resistencia y anclaje, a fin de controlar la erosión y estabilizar el talud”, indicó Núñez.
Foto: Cortesía de la Prefectura para Ecuador Chequea. Puente Lelia.
Ayer, según la Prefectura de Santo Domingo de los Tsáchilas y el Ministerio de Transporte, armaron el último tramo del puente ‘delta’ y las cimentaciones están listas. Además, informaron que posterior a ello, se colocará una alcantarilla.
¿Hay manera de evitar los derrumbes extremos?
El Ingeniero Civil Holbeein Velásquez explicó a Ecuador Chequea que las lluvias son fenómenos naturales, por lo que desde las entidades se debe preparar e identificar las zonas que comúnmente son afectadas por el invierno.
Y manifiesta que el Gobierno debe ver tres cosas como: la construcción de muros de contención, en zonas propensas a deslizamientos para evitar que la tierra se deslice sobre la vía, la implementación de sistemas de drenaje, que ayuda a evitar la saturación del suelo y reduce el riesgo de deslizamientos y la reforestación en zonas montañosas, que ayuda a estabilizar las laderas y prevenir la erosión del suelo.
“Estas cosas se deben hacer antes, no cuando las lluvias llegan. Se tiene que hacer antes, cuando el invierno no esté presente, porque no se sabe con exactitud cuándo dejará de llover o cuándo hará sol, pero sí hay picos en donde hay temporadas con sol y ahí se deben aprovechar, para que se prevengan estas molestias que causan o causarán alguna vez en la vida. Porque si no se hacen estas prevenciones, las consecuencias de los deslaves van a seguir sucediendo”, enfatizó Velásquez.
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