Poco más de 16.000 votos separaron a Daniel Noboa de Luisa González en la primera vuelta; pero estaría en disputa un millón de votos —entre nulos y blancos—, por lo que el debate presidencial del domingo genera expectativa. El día del debate, inicia la campaña.
POR: Hugo Constante
“Voy a esperar el debate para ver a quién doy mi voto en la segunda vuelta”, asegura Mateo Pérez, ingeniero mecánico de 25 años de edad. El joven indica que primero quiere escuchar las propuestas de los candidatos para optar en las urnas por el oficialista Daniel Noboa o por la correísta Luisa González. Está en este dilema porque el candidato presidencial de su preferencia no pasó de la primera vuelta.
Noboa y González llegan al debate presidencial obligatorio de segunda vuelta, que se realizará el domingo a partir de las 20:00, con apenas 16.746 votos de diferencia a favor del candidato-presidente.
Con tan estrecha diferencia, analistas consideran que el debate ha generado expectativa porque se realiza el mismo día en que inicia la campaña electoral y las estrategias de los candidatos finalistas deben apuntar al voto de los indecisos y al de ese electorado que en primera vuelta se pronunció por el voto nulo o por el blanco, que suman 1’009.222 ciudadanos. Por lo que esa estrategia inicia con lo que hagan o dejen de hacer los candidatos en el debate.
Distintas visiones
Samuel Lema, coordinador de la unidad de las izquierdas, pidió a las organizaciones sociales que “no se dejen engañar” por lo que digan en el debate o a lo largo de la campaña. Para él, los candidatos plantean propuestas que después no cumplen. Según el dirigente, lo importante es estar atento a la labor que realicen como Gobierno, gane quien gane. “El pueblo está a la expectativa de quién va a exponer mejor. Pero no es porque se habla bonito, porque se lleva una propuesta bonita que se debe decidir el voto. Lo importante es que cumplan lo que proponen”, manifestó.
Por su parte, el presidente del Frente Popular, Nelson Erazo, considera que, al estar polarizada la ciudadanía frente a las dos candidaturas y tener una elección tan cerrada, el debate sí puede ser un elemento importante pero no determinante al momento de “inclinar la balanza” electoral hacia uno u otro candidato en las urnas. “El problema no es el debate, sino que cada que hablan los dos candidatos o sus seguidores, parecería que ninguno de los dos quiere ganar la elección, porque los dos dos ‘meten las de andar’”, dijo Erazo. Con este panorama electoral, considera que en segunda vuelta lo que crecerá es el porcentaje de voto nulo.
Los expertos
Gustavo Vallejo, analista político, considera que, por los porcentajes electorales con los que llegan los candidatos, intentarán “hacerse poco daño” durante el debate y que será más bien un “round de estudio” para lanzar lo fuerte en el transcurso de la campaña electoral. “Puede pesar, pero creo que en el transcurso de los días irán más bien a tratar de convencer a esos ‘nichos’ que no se pronunciaron en la primera vuelta, lo que requiere una estrategia sectorizada”, comentó Vallejo.
Mientras que para el analista electoral Alfredo Espinosa, el debate no tendrá un rol decisivo, ya que el foco de atención ciudadana se centrará en la campaña electoral, por lo que vienen realizando los dos candidatos. “El formato del debate, tanto de primera como de segunda vuelta, es poco amigable, ya que los candidatos no pueden interactuar libremente”, dijo el especialista.
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