2024 ha sido un año lleno de incertidumbre para Petroecuador, con una caída en la producción que ha afectado los ingresos petroleros del presupuesto del Estado. Desde el colapso del OCP hasta la disminución de lluvias, los problemas se acumulan. ¿Qué efectos trae a la economía?
POR: Juan Camilo Escobar
En lo profundo de la Amazonía ecuatoriana, donde el verde de la selva se funde con complejos industriales petroleros, el sonido constante de las máquinas perforadoras se ha convertido en un eco de la dependencia económica del país. Para los trabajadores de Petroecuador, cada día parece una nueva batalla por mantener en marcha la maquinaria que sostiene gran parte del presupuesto nacional. Sin embargo, este 2024 ha sido un año de altibajos, y fluctuaciones inesperadas en la producción de crudo, la columna vertebral de la economía de Ecuador.
A inicios de enero, las noticias eran alentadoras. Los informes de producción mostraban cifras superiores a lo esperado: 405.000 barriles de petróleo extraídos cada día. Parecía que Petroecuador superaría las metas establecidas por el Gobierno, que había fijado un ambicioso objetivo de 390.000 barriles diarios para el año. Seguramente, en las oficinas de la gerencia de la empresa estatal, ubicadas en la Alpallana E8-86 y 6 de Diciembre, en el norte de Quito, los funcionarios respiraban tranquilos. Pero esa calma resultó efímera.
Febrero trajo una primera señal de alerta. Los números empezaron a caer, aunque de manera sutil. De 405.000 barriles diarios, la producción se redujo a 399.000. Marzo no fue diferente, con una leve disminución a 395.000. Las cifras seguían por encima de las metas, pero la tendencia era innegable: algo no estaba funcionando como se esperaba.
En abril y mayo, la extracción se estancó en 394.000 barriles diarios. En junio, en pleno inicio del verano amazónico, la producción cayó en picada. Solo 360.000 barriles diarios, 30.000 menos que las expectativas de Petroecuador. Y las autoridades confirmaron que en junio se dejaron de exportar casi 100.000 barriles diarios de petróleo.
Este desplome en la producción comenzó el 17 de junio, luego de que el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) suspendiera sus actividades debido al peligro de colapso de su infraestructura, causado por el avance de la erosión regresiva del río Coca, exacerbada por las intensas lluvias de la temporada. Esto, a su vez, obligó a apagar los pozos del Bloque 43 – ITT y los bloques 16 y 67, ubicados en Orellana, donde se extrae el crudo pesado.
El impacto en el índice de riesgo país reflejó la magnitud de la crisis. El indicador, que había alcanzado su punto más bajo en abril, con 1.111 puntos, se disparó a 1.421 puntos. Para julio, los pozos mostraron una tímida recuperación, subiendo a 377.000 barriles diarios, y en agosto, el número mejoró levemente a 379.000.
Sin embargo, según las estadísticas de Petroecuador consultadas hoy traen consigo otro descenso entre 373.274 y 364.094 en los primeros días de septiembre, confirmando que la montaña rusa aún no termina.
Otros factores
Por si fuera poco, además del nivel fluctuante de la producción de petróleo, que ha estado por debajo de las expectativas en varios meses de 2024, en semanas recientes se ha registrado un nuevo problema: la disminución de lluvias.
Este fenómeno climático, que ha azotado diversas regiones del país, está afectando directamente la producción de petróleo, sumándose a la lista de obstáculos para la producción petrolera en el transcurso del año, entre los que se encuentran la crisis energética, el mal estado de las tuberías (muchas de las cuales no han recibido el mantenimiento necesario debido a restricciones presupuestarias) y el vandalismo en algunas zonas de operación.
Sobre este último tema, Petroecuador confirmó que el 30 de agosto, la plataforma de producción Oso H, en el bloque Coca Payamino, fue atacada por intrusos que obligaron al personal a detener la operación de los pozos, lo que causó la pérdida de 1.080 barriles.
Así, en días recientes Petroecuador confirmó una reducción de 4.300 barriles diarios debido al cierre temporal de los campos Edén Yuturi y Apaika-Nenke. La interrupción se debe a problemas en el abastecimiento de combustibles, ocasionados por bajos niveles de agua en el Río Napo, en Orellana, que han afectado la navegación fluvial.
La reciente caída en la producción agrava las proyecciones del Banco Central, que en junio advirtió que la disminución de la producción petrolera es uno de los principales factores que están empujando a la economía hacia la recesión. Otros factores claves incluyen la baja en el consumo, la contracción de las ventas, el estancamiento del mercado laboral y el acceso limitado al crédito.
Análisis
¿Qué significa este desplome de la producción petrolera para las finanzas públicas?
La primera consecuencia, de sentido común en un país petrolero, es la disminución de ingresos para el presupuesto general del Estado. El Observatorio de la Política Fiscal (OPF) tiene claras las cifras de este panorama económico: entre enero y agosto, las arcas del Estado recibieron $1.107 millones por la exportación de crudo, un 10,3% menos que en el mismo periodo de 2023, cuando los ingresos alcanzaron $1.234 millones.
Sin embargo, mientras el crudo pierde fuerza, otra fuente de ingresos ha cobrado protagonismo: los impuestos. Impulsado por la implementación de reformas fiscales, el aumento del IVA al 15% y la remisión tributaria, el Estado logró recaudar $11.366 millones en impuestos, un incremento de $1.455 millones, en comparación con el mismo periodo de 2023. Estas medidas, aunque impopulares para algunos sectores, han sido justificadas por el Gobierno de Daniel Noboa, en su intento de sostener las finanzas públicas en medio de una economía golpeada.
A pesar de los ingresos adicionales, el déficit fiscal persistió, situándose en $1,592 millones, debido a la necesidad de cubrir gastos corrientes como sueldos y transferencias, mientras la inversión pública permaneció paralizada, según el OPF. Su director, Jaime Carrera, señala que los ingresos, aunque significativos, sólo han sido suficientes para cubrir los gastos corrientes: sueldos, transferencias a la seguridad social y el pago de intereses de la deuda pública. Así, agrega, la inversión en obras de infraestructura y desarrollo, vital para reactivar la economía y generar empleo, ha quedado prácticamente detenida.
Según los datos del OPF, hasta agosto, la asignación presupuestaria para bienes de larga duración en sectores claves, como la educación, la salud y la seguridad ha sido considerable, pero el gasto efectivo ha sido alarmantemente bajo.
Las Fuerzas Armadas, por ejemplo, recibieron una asignación de $152 millones para la adquisición de bienes de larga duración. Sin embargo, hasta agosto, sólo se devengaron $29 millones y, de este monto, apenas un millón fue efectivamente pagado. La situación es similar en el Ministerio del Interior, donde se asignaron $46 millones, pero el gasto devengado fue de apenas $9 millones, según el observatorio
El panorama en los sectores de educación y salud, pilares esenciales del bienestar social, es igualmente preocupante. El Ministerio de Educación tenía una asignación de $1.253 millones para inversiones en bienes duraderos, pero el gasto ejecutado fue de solo un millón de dólares. En el Ministerio de Salud, la historia es aún más desalentadora. De los $1.474 millones asignados, solo se devengaron $5 millones, lo que refleja una parálisis casi total en la ejecución del presupuesto destinado a mejorar la infraestructura y los servicios de salud.
LOS DATOS DE LA PRODUCCIÓN PETROLERA
- Enero: 405.000 barriles diarios (meta superada).
- Febrero: 399.000 barriles diarios (primer descenso).
- Marzo: 395.000 barriles diarios (leve disminución).
- Abril-Mayo: 394.000 barriles diarios (producción estancada).
- Junio: 360.000 barriles diarios (drástica caída debido a problemas en el OCP).
- Julio: 377.000 barriles diarios (leve recuperación).
- Agosto: 379.000 barriles diarios.
- Septiembre: 373.274 a 364.094 barriles diarios (nuevo descenso).
Fuente: Agencia de Control Hidrocarburífero
Impacto del cierre del OCP
- 17 de junio: Suspensión del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) debido a la erosión regresiva del río Coca y lluvias intensas.
- Pozos afectados: Bloques 43 (ITT), 16 y 67 en la provincia de Orellana.
- Producción afectada: Pérdida de casi 100.000 barriles diarios en junio.
Fuente: Petroecuador, Ministerio de Energía.
Problemas adicionales que afectan la producción de crudo
- Disminución de lluvias: Afecta el abastecimiento de combustibles.
- Crisis energética: Impacto en la eficiencia de la operación.
- Estado de las tuberías: Falta de mantenimiento por restricciones presupuestarias.
- Vandalismo: Ataque a la plataforma Oso H el 30 de agosto, con una pérdida de 1.080 barriles de crudo.
Fuente: Petroecuador.
Finanzas Públicas: Impacto del desplome en la producción
- Ingresos petroleros de enero a agosto de 2024: $1.107 millones (una caída del 10,3 % en comparación con 2023).
- Ingresos tributarios: $11.366 millones (+$1.455 millones respecto a 2023).
- Déficit fiscal: Se mantiene en $1.592 millones.
Fuente: Observatorio de la Política Fiscal (OPF).
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