POR: Juan Camilo Escobar
Escasa fuerza ha mostrado, hasta el momento, el paro nacional convocado por el movimiento indígena. Algunos cierres viales en Imbabura y el norte de Pichincha, no han pasado a mayores y han recibido la acción inmediata de la fuerza pública.
Así empezó la semana consecutiva de incertidumbre frente a las repercusiones de las protestas anunciadas en contra de la reciente alza del precio del diésel, de 1,80 a 2,80 por galón.
Mientras el presidente de la Conaie (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador), Marlon Vargas, declaraba que la medida, el presidente de la República, Daniel Noboa, respondía: “No vamos a ceder ni un milímetro, ni tampoco me voy a ir de aquí”, en referencia al traslado temporal de la sede del gobierno a Latacunga.
Vargas declaró, en un video, que “la respuesta del Gobierno no puede ser represión ni persecución. Convocamos a la unidad de todos los sectores para levantar, con firmeza y dignidad, la voz colectiva por el futuro de nuestras familias y del país”.
Noboa, en cambio, dijo: «Nosotros no tenemos miedo de salir a la calle, no tenemos miedo de enfrentar cualquier amenaza, porque tenemos la tranquilidad de que aquí ganamos… y eso no nos va a hacer retroceder nunca».
Este cruce de declaraciones se produjo mientras Latacunga se convertía en escenario de una marcha indígena en contra del Gobierno; y una contramarcha a su favor.
Así, ante la presencia de simpatizantes del Gobierno que ya se encontraban en las calles del centro de la ciudad y se dirigían a la Gobernación, los manifestantes indígenas que no lograron ingresar, se replegaron al sector de La Estación, en medio de un gran despliegue de militares.
En ese sitio, los dirigentes indígenas declararon que no sólo les impidieron ingresar en dirección hacia la Gobernación de Cotopaxi, sino que realizaron varios actos de provocación con la movilización de tanquetas.
Muchos de los simpatizantes del Gobierno, en cambio, según declaraciones de la ministra de gobierno, Zaida Rovira, llegaron a Latacunga, desde provincias, en especial de la Costa, y se ubicaron a los costados de las vías en el sector del parque Nantinacazo. Y desde ahí se dirigieron hacia el parque central de la ciudad.
MENOS MOVIMIENTO
Ambas partes, sin embargo, no lograron demostrar el poder de sus convocatorias de marchas y contramarchas realizadas en semanas anteriores en Quito y Guayaquil. Con excepción de Imbabura, en el norte, donde se concentraron las principales protestas con bloqueos de vías, en el resto del país sus principales vías se mantuvieron habilitadas en el transcurso de la mañana.
Así, desde las primeras horas, el sistema ECU-911 confirmaba que manifestaciones con cierres viales en varios sectores de Imbabura, en particular en Otavalo, San Rafael, puente del río Blanco, San Luis de Agualongo, partidero de Cotacachi y semáforo de Peguche.
A la altura de San Pablo de Otavalo, por ejemplo, se registraron varios enfrentamientos. Así, en numerosos videos compartidos en redes sociales se podía constatar escenas de lanzamientos de palos y piedras de manifestantes contra policías y militares, y la respuesta de estos con bombas lacrimógenas.
En Pichincha, en cambio, el mismo sistema ECU-911 reportó bloqueos en el cantón Cayambe, la Panamericana Norte, a la altura de la Bola de Guachalá, Panamericana Norte –Olón y redondel de El Cajas.
Además, en pleno ingreso a la Panamericana Norte, en Quito, en sentido sur-norte, a la altura de San Miguel del Común, la intervención de decenas de policías y militares logró controlar un intento de bloquear la vía.
Este intento duró menos de 30 minutos, antes de las cinco de madrugada, confirmaron los responsables del operativo militar con aproximadamente 50 uniformados del Comando 1 de comunicaciones Rumiñahui, de Quito.
Pasadas las 08:20, pese a que los manifestantes ya se habían retirado, en el sitio permaneció una hilera de militares equipados con escudos antimotines, con la que se mantuvo un cerco para evitar que manifestantes salieran a bloquear las vías.
El Gobierno, en cambio, no logró reeditar la convocatoria masiva del 12 de agosto anterior, para una segunda marcha en contra de los jueces de la Corte Constitucional. Así, decenas de simpatizantes pro gobierno se concentraron en los exteriores del edificio sede del organismo, en el centro de Quito.
Soplando vuvuzelas o golpeando tambores, algunos simpatizantes animaban a la gente a lanzar consignas de “Constituyente sí, dictadura no”, en respaldo a la iniciativa del presidente Noboa de convocar a una consulta popular para que los electores decidan si se instale una asamblea constituyente con el encargo de redactar una nueva Constitución.
Tal como sucedió en la marcha del 12 de agosto, simpatizantes consultados por Ecuador Chequea taparon sus rostros y evitaron responder al ser consultados sobre el motivo de su presencia.
EL DISCURSO OFICIAL
La marcha y contramarcha que se realizó en Latacunga, no impidió que la vocera de Gobierno, Carolina Jaramillo, realizara su habitual rueda de prensa de los lunes. Esta vez, por segunda ocasión desde la Gobernación de Cotopaxi y no desde el Palacio de Gobierno.
La funcionaria minimizó la convocatoria al paro para este lunes. “El pueblo ecuatoriano quiere trabajar, quiere sacar adelante al país, muy por el contrario de lo que algunos dirigentes quieren hacer”, dijo. Y agregó que “tenemos unos primeros reportes de pocas movilizaciones o intentos de paralizaciones, que han sido desactivados de forma inmediata con la fuerza pública”, sobre las vías cerradas esta madrugada en Imbabura y el norte de Pichincha. También aseguró que son “pequeños grupos, que no superan las 60 u 80 personas”.
“Esto revela que hay un ánimo de trabajo en la mayoría de los ecuatorianos; para nada un ánimo de apoyar un paro o caotizar el país”, sostuvo.
Jaramillo también aprovechó la presencia de las cámaras y la transmisión en las redes de la Presidencia para reiterar el discurso y las cifras que maneja el gobierno de que se ha entregado más de 300 millones de dólares en incentivos a 590.000 familias en todo el país, como parte de lo que llama ‘programa de redistribución de recursos’.
Además, aseguró, que tras la eliminación del subsidio al diésel se han concretado las siguientes entregas de recursos:
• 9 millones a 12.246 transportistas para evitar incremento de pasajes.
• 78 millones en agricultura, entregados a 78.000 agricultores con el Bono Raíces.
• 130 millones en devolución de IVA a 500.000 adultos mayores y personas con discapacidad.
• 36 millones en devolución de IVA a 1.400 constructores.
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