Los procesos del Vaticano para elegir al sucesor del papa Francisco empiezan a moverse. Conoce cómo se elige un nuevo papa y cuánto podría tomar. Además, quiénes se perfilan como candidatos para responder una gran pregunta: ¿continuará la línea de Francisco, conocida como progresista o dará un giro hacia el conservadurismo católico? Los detalles de esta elección, que tendrá una cuota ecuatoriana.
POR: Esteban Cárdenas Verdesoto
“Adiós, papa Francisco”, “Fallece el papa Francisco”. Así lució el feed de todas las redes sociales, las portadas de los medios y las publicaciones de usuarios desde la madrugada de hoy. Todos anunciaban la muerte de Francisco I, el primer papa latinoamericano (argentino) y jesuita en llegar al culmen del escalafón dentro de la Iglesia Católica. Hoy, por la madrugada, el mundo despidió a Jorge Mario Bergoglio.
“(Francisco) nos enseñó a vivir los valores del evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente a favor de los más pobres y marginados”, escribió Kevin Farrel, carmalengo del Vaticano, en el comunicado que dio a conocer la muerte. “Esta mañana, a las 07:35, el Obispo de Roma, Francisco, volvió a la casa del Padre”.
El Papa ya había presentado varias complicaciones de salud semanas antes, con una neumonía que lo llevó a ser hospitalizado. Esto lo dejó debilitado, condición que fue aún más clara en sus últimas palabras públicas emitidas en la bendición realizada desde la Plaza de San Pedro por las pascuas. La causa oficial de la muerte fue un ictus cerebral —un accidente cerebrovascular—, según reportó la agencia EFE.
Con su muerte, los mensajes desde mandatarios y altos personajes mundiales no han dejado de llegar. El presidente reelecto, Daniel Noboa, emitió un comunicado en el que brindaba sus condolencias. “Hoy el mundo ha perdido un líder espiritual que marcó nuestra era con su valentía de hacer las cosas diferentes, su sencillez y su fé. Desde Ecuador nos unimos en oración a toda la iglesia y a los millones de fieles que hoy lloran la partida del papa Francisco”, escribió el mandatario en sus redes sociales.
Pero, ¿ahora qué viene después? ¿Cómo se elige al sucesor de Francisco? Te lo contamos:
‘Habemus cónclave’
Con la confirmación oficial del fallecimiento del papa Francisco, se activó el protocolo que marca el inicio del periodo de Sede Vacante. Además, se declara luto por nueve días y se determina la velación pública del cuerpo del pontífice. En este caso, se prevé que las exequias también duren nueve días, un periodo conocido como Novemdiales.
El término Sede Vacante, que literalmente significa “silla vacía”, indica que la silla de Pedro está libre y que el poder en la Iglesia Católica pasa, temporalmente, al camarlengo, en este caso el cardenal Kevin Farrel. Su rol es vital: certifica la muerte del pontífice, sella las estancias papales y convoca al cónclave, un evento eclesiástico que decidirá al próximo líder de los más de 1.300 millones de católicos en el mundo.
El cónclave es la reunión del Colegio Cardenalicio para elegir al nuevo pontífice. Sólo participan los cardenales menores de 80 años, quienes se encierran en la Capilla Sixtina bajo estrictas normas de aislamiento y confidencialidad. Los mismos electores, en reunión, fijan la fecha del cónclave. El día en que se realice, la jornada inicia con una misa en la Basílica de Pedro: la Misa Solemne Pro Eligiendo Pontífice.
Una vez terminada la misa, los cardenales electores se trasladan en solemne procesión desde San Pedro hasta la Capilla Sixtina, entonando el canto Veni Creator Spiritus para invocar, según el dogma católico, la venida del Espíritu Santo. Luego de esto, el cardenal decano toma juramento a los electores para preservar el secreto del cónclave y sus decisiones. No pueden tener contacto con el exterior, y se les retiran celulares, dispositivos electrónicos y cualquier canal de comunicación. El juramento es riguroso: cualquier filtración puede acarrear sanciones eclesiásticas.
Ya iniciado el cónclave, empiezan también las jornadas de votaciones. Para esto, el candidato debe contar con votos de al menos dos tercios de los cardenales electores. En este caso, los cardenales que participarán del evento son 138, por lo que se habla de 92 votos en total. Las votaciones son secretas. El primer día hay sólo una; si en esta no se alcanzan los votos, el segundo día se harán dos votaciones; y a partir de esto, si aún no hay consenso, cada día se realizarán cuatro votaciones. Esto puede tardar entre 15 y 20 días hasta que se termine de tomar una decisión. Si no se alcanza esta mayoría tras múltiples votaciones (hasta 34), se pasa a votar sólo entre los dos candidatos más votados. Para la elección, cada cardenal escribe el nombre del candidato de su elección en una papeleta, que deposita en una urna de plata y bronce sobre el altar.
Tras cada votación, las papeletas se queman. El humo que emana de la chimenea de la Capilla Sixtina indica el resultado: negro, si no hay consenso, o blanco, si se ha elegido un nuevo Papa. Si el humo sale blanco, una vez aceptado el cargo, el nuevo pontífice se presenta en el balcón de la Basílica de San Pedro para pronunciar su primera bendición.
El cónclave aún no tiene fecha definida para esta reunión, tras la muerte de Francisco, pero se espera que se convoque entre 15 y 20 días después del fallecimiento de Francisco. Mientras tanto, el mundo católico observa con intriga quién será el próximo líder espiritual de más de mil millones de fieles.
La huella ecuatoriana en Roma
En esta ocasión, Ecuador también tendrá voz en el cónclave. Así lo confirmó Monseñor Andrés Carrascosa Coso, Nuncio Apostólico en el país, quien recordó que el cardenal Luis Cabrera Herrera, arzobispo de Guayaquil y presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, participará como elector. Cabrera fue nombrado cardenal por el propio Francisco en el último consistorio, de diciembre de 2024, y se unirá al resto de los purpurados en Roma.
“El arzobispo de Guayaquil tiene que participar en las reuniones previas al cónclave y en el cónclave que elegirá (al nuevo papa)”, indicó Carrascosa en declaraciones públicas. “En cambio, los que estamos aquí tenemos que ocuparnos de que celebremos acá, más que irnos a Roma”, añadió.
Monseñor Carrascosa también reveló detalles íntimos de la relación entre el papa Francisco y Ecuador. “Cuando el Papa me nombró nuncio en Ecuador y pasé por Roma, me dijo: ‘Quiero que sepas que rezo todos los días por Ecuador’”, recordó. Bergoglio le contó que, durante su tiempo como provincial de los jesuitas en Argentina, había mantenido un acuerdo con los jesuitas ecuatorianos para intercambiar estudiantes. De ahí nació su vínculo con la devoción a la Virgen de la Dolorosa del Colegio, a quien le rezaba cada día.
“El país estaba en su corazón”, concluyó Carrascosa. Y en señal de gratitud, la Nunciatura Apostólica en Quito abrirá un libro de condolencias para que los fieles puedan expresar sus mensajes, tanto de forma presencial como virtual.
Mientras tanto, el reloj del Vaticano corre. En los próximos días, se reunirán los hombres con el poder de decidir quién será el próximo líder de la Iglesia. Y con ellos, el peso de la historia, el deber de la fe y la mirada atenta del mundo entero.
¿Qué nombres suenan?
La figura de Francisco estuvo asociada a una Iglesia más abierta, pastoral, comprometida con los pobres, el medio ambiente y el diálogo interreligioso. A continuación, los nombres más mencionados como posibles sucesores, según su tendencia ideológica y su cercanía con el legado de Francisco. Estos han sido extraídos de medios de comunicación internacionales y del libro aprobado: ‘El próximo papa: los principales cardenales candidatos’:
- Pietro Parolin (Italia, 69 años)
Tendencia: Moderado/progresista.
Relación con Francisco: Muy cercano. Es su Secretario de Estado y fue su principal figura diplomática. Representa una opción de continuidad institucional. Su visión eclesial busca equilibrio entre la tradición y los cambios impulsados por Francisco. - Matteo Zuppi (Italia, 68 años)
Tendencia: Progresista.
Relación con Francisco: Aliado claro. Cercano a la comunidad de Sant’Egidio, promotor del trabajo con migrantes y marginados. Su visión social y pastoral es una prolongación directa del papado de Francisco. - Luis Antonio Tagle (Filipinas, 67 años)
Tendencia: Progresista.
Relación con Francisco: Altamente afín. Fue nombrado por él para liderar el Dicasterio para la Evangelización. Tiene un perfil humilde, cercano a los pobres, multicultural, y muy alineado con la visión universal de la Iglesia que promovió Francisco. - Jean-Claude Hollerich (Luxemburgo, 66 años)
Tendencia: Progresista.
Relación con Francisco: Muy cercano. Jesuita como él, es un defensor de una Iglesia moderna, más inclusiva. Se ha manifestado abierto al debate sobre temas como el celibato y la homosexualidad, lo que lo convierte en una figura transformadora. - Robert Sarah (Guinea, 79 años)
Tendencia: Ultradoconservadora.
Relación con Francisco: Distante y en ocasiones crítico. Es el referente del ala tradicionalista de la Iglesia. Se opone a reformas como la comunión a divorciados vueltos a casar o la apertura a otras formas de familia. Sería un giro radical respecto al legado de Francisco. - Fridolin Ambongo Besungu (República Democrática del Congo, 64 años)
Tendencia: Progresista.
Relación con Francisco: Alineado. Arzobispo de Kinshasa, defensor de los derechos humanos y del medioambiente. Apoya la visión ecológica y social de Francisco, y ha tenido un rol activo en el Sínodo para la Amazonía. - Pierbattista Pizzaballa (Italia, 59 años)
Tendencia: Moderado.
Relación con Francisco: Cercano. Patriarca latino de Jerusalén, con experiencia en diálogo interreligioso y geopolítica. No es un reformista explícito, pero mantiene una postura pastoral muy cercana al enfoque franciscano. - Péter Erdő (Hungría, 71 años)
Tendencia: Conservadora.
Relación con Francisco: Neutral. De perfil académico, ha mantenido cierta distancia de los grandes debates internos. Representaría una opción más doctrinal y menos pastoral, pero sin una ruptura abierta con el pontificado anterior. - Willem Jacobus Eijk (Países Bajos, 71 años)
Tendencia: Ultradoconservadora.
Relación con Francisco: Alejada. Criticó algunas de sus posturas, especialmente en temas bioéticos y familiares. Simboliza una vuelta a posturas más rígidas en doctrina moral. - Anders Arborelius (Suecia, 74 años)
Tendencia: Progresista-moderado.
Relación con Francisco: Alineado. Primer cardenal sueco, promotor del ecumenismo y del trabajo con minorías. Representa una Iglesia dialogante, similar a la promovida por Francisco. - Jean-Marc Aveline (Francia, 65 años)
Tendencia: Progresista.
Relación con Francisco: Muy cercano. De origen argelino, con amplia experiencia en el diálogo con el islam. Fue creado cardenal por Francisco y es uno de los símbolos de la Iglesia abierta y plural. - Malcolm Ranjith (Sri Lanka, 76 años)
Tendencia: Conservadora.
Relación con Francisco: Distante. Ha sido crítico de algunas reformas del papa y mantiene una postura tradicional, especialmente en liturgia. Representaría una visión más disciplinada de la Iglesia. - Peter Ebere Okpaleke (Nigeria, 62 años)
Tendencia: Moderado.
Relación con Francisco: Cercano. Fue nombrado cardenal por Francisco en 2022, tras haber sido rechazado como obispo de Ahiara por motivos étnicos. Posteriormente, fue designado obispo de la nueva diócesis de Ekwulobia. Su liderazgo se caracteriza por una visión pastoral enfocada en la reconciliación y la inclusión, alineándose con la apertura promovida por Francisco. - Charles Maung Bo (Myanmar, 76 años)
Tendencia: Moderado/progresista.
Relación con Francisco: Cercano. Fue creado cardenal por Francisco en 2015, convirtiéndose en el primer cardenal de Myanmar. Ha sido una voz destacada en favor de los derechos humanos, la paz y el diálogo interreligioso en un país marcado por conflictos internos. Su liderazgo pastoral y su enfoque en la reconciliación y la justicia social reflejan los valores promovidos por Francisco.
A medida que se acerca el momento de la elección, las especulaciones crecen, no sólo sobre los nombres, sino sobre el continente del cual provendrá el próximo pontífice. En diálogo con Infobae, Inés San Martín, vicepresidenta de Comunicación de las Obras Misionales Pontificias y especialista en el Vaticano, advierte que la gran incógnita que enfrentan los cardenales es si “quieren un Papa europeo o no”. Una pregunta que, como se señala, también puede leerse como: “¿quieren continuidad con el papado de Francisco o no?”.
Según San Martín, la posibilidad de que un latinoamericano vuelva a ocupar el trono de Pedro es remota, y para los candidatos norteamericanos “no hay ninguna chance”. En cambio, observa un escenario donde África podría tener mayor protagonismo, destacando las figuras del congoleño Fridolin Ambongo Besungu y del nigeriano Peter Ebere Okpaleke como representantes significativos del sur global.
El vaticanista Edward Pentin, autor del libro El próximo Papa: los principales cardenales candidatos, coincide en que hay nombres sólidos, pero también matiza con elementos prácticos. Por ejemplo, aunque Pietro Parolin es uno de los favoritos, su cargo como Secretario de Estado juega en contra: “Tradicionalmente el secretario de Estado no es elegido”, explica San Martín.
Y aunque perfiles como los de Matteo Zuppi o Luis Antonio Tagle parecen continuar con la visión pastoral y abierta de Francisco, también enfrentan resistencias. Zuppi, por su cercanía al papa saliente, podría encontrar obstáculos entre los cardenales más conservadores. Tagle, en cambio, aunque carismático y pastoral, es considerado “demasiado joven” para algunos, lo que implicaría un pontificado largo y, por tanto, más difícil de consensuar.
Así, el próximo cónclave no sólo definirá quién será el nuevo rostro de la Iglesia, sino qué rumbo tomará frente a los desafíos contemporáneos: modernización, inclusión, conservación doctrinal o apertura pastoral. Lo único cierto es que el humo blanco que se alce desde la Capilla Sixtina traerá consigo no sólo un nuevo nombre, sino una respuesta al dilema que deja Francisco: ¿continuar su legado o iniciar un giro en el timón de Roma?
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