
Rocío Carpio
Opinión
Rafael Correa tiene otro antagonista en los medios: Guillermo Lasso. Sí, quien fuera su mayor contendiente en las urnas hoy es un promotor del Sí en la campaña, pero siempre sosteniendo un discurso que igualmente intenta separarse ideológica y políticamente de Lenín Moreno. Ayer (10 de enero), por ejemplo, Ecuavisa en su página web los enfrentaba mano a mano en una pequeña nota sobre el avance de ambas contiendas. Con el paso de los días, los medios han ido reemplazado a quien era la primera figura activa del Sí, Gustavo Larrea, por el líder de Creo.
El excandidato a la Presidencia tiene más imagen y arrastre mediático, indudablemente, y los medios lo saben. Larrea, además, no puede hacerle peso a Correa en esta lid, pues su imagen carece de la popularidad del expresidente. Por ello es que la figura de Lasso empieza a ser imprescindible para construir la narrativa binaria de la campaña. Una simple lógica de peso y contrapeso.
Mientras a Larrea se lo citaba con un discurso emocional, cuasi visceral, en el que dejaba claro que “se acababa la era del despotismo, el insulto y el abuso de poder”, Lasso, por el contrario, es tratado como una especie de figura analítica, que si bien apuesta todo por el Sí, no pone las manos en el fuego tampoco por todas las preguntas de la consulta y el referéndum. Y así lo dejó claro en la entrevista que le realizó Janet Hinostroza el pasado martes 9, en la que recalcó que apoyará el Sí, «pese a que las señales enviadas hasta el momento estén demostrando lo contrario».
Y con esas señales se refería a la terna para vicepresidenta, y a la elección de María Alejandra Vicuña como segunda mandataria. Y en ese sentido, Lasso se convierte en una especie de catalizador del mensaje que la opinión pública, a través de los medios, nos quiere enviar: hay que votar por el Sí pero con el beneficio de la duda. Precisamente en dicha entrevista, Hinostroza orienta sus preguntas de tal forma que el líder de Creo responde siempre cauteloso de no apoyar ciegamente la consulta.
Por ejemplo, critica que en el tema de la derogación de la Ley de Plusvalía no haya un acompañamiento de una política real de fortalecimiento de la economía, así como señala que la principal falencia de la consulta es que no incluye la derogatoria de la Ley de Comunicación. La periodista de Teleamazonas, por su lado, le hace referencia a la pregunta sobre la reestructuración del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, expresando que “no puede ser un cheque en blanco”, aludiendo que el contralor Pablo Celi eligió una comisión proba para analizar la deuda pública y que lo mismo se debe esperar de la elección de dicho nuevo Consejo.
Lasso, entonces, responde lo que la periodista persiguió con su pregunta: “nuestra propuesta es decir sí a esa pregunta, pero con una reserva: cuidado se trata simplemente del paso del poder de Correa a Moreno”. Esta idea alrededor de la tercera pregunta ya ha sido desarrollada y analizada por diversos actores de la opinión pública e incluso se ha tratado en redes, por lo que era menester que surgiera en esta entrevista.
Nuevamente, la pugna Correa-Moreno salta a la vista, y los cambios políticos coyunturales como la elección de la nueva Vicepresidenta cobran protagonismo y se ligan, inevitablemente, al actual terreno inestable en que se mueve el contexto de la consulta. Lasso termina siendo ese personaje que materializa y le pone voz a todas las dudas que han generado los últimos acontecimientos políticos del país.



