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viernes, diciembre 5, 2025
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Guía para un uso efectivo de las mascarillas contra la tosferina

La mascarilla ha vuelto en escuelas y colegios por 60 días en 4 provincias por el aumento de casos de tosferina en el país. En medio de este brote, cabe detenerse a preguntarse, ¿cómo usarla correctamente y cuánto dura su eficacia? Conoce los detalles: 

POR: Esteban Cárdenas Verdesoto 

En Ecuador se ha conocido que las cifras de casos de  tosferina han aumentado en los últimos días. Ayer en la mañana, el ministro de Salud, Édgar Lama, detalló en una entrevista con TC Televisión, que en el país hay un total de 380 casos confirmados de tosferina. Lo que ha encendido alertas, sobre todo, porque este valor ya supera en más del 100% a los casos registrados en todo 2024. 

El Ministerio de Educación determinó que todos los estudiantes y trabajadores de instituciones educativas deberán utilizar mascarilla en Manabí, Santo Domingo de los Tsáchilas, Pichincha y Guayas por 60 días. 

Dicha disposición comenzó este lunes, por lo que el fin de semana estos productos se agotaron en farmacias y otros locales debido a su alta demanda, lo que también contribuyó al aumento exponencial de su precio al público. Ayer, el abastecimiento aún se mantenía con problemas, según constató Ecuador Chequea en farmacias de Quito. 

En medio de esta coyuntura, llegan también algunas preguntas a la población. ¿Cuál es la forma adecuada de usar la mascarilla? ¿Cuáles son más útiles para evitar el paso de la bacteria que ocasiona la tosferina? y ¿qué otras medidas se pueden tomar para cuidarse? Te lo contamos: 

Mascarillas seguras 

Ana María Gómez, médica epidemióloga, asegura que “desde el punto de vista epidemiológico y de control de infecciones, la indicación del uso de mascarillas como medida preventiva ante el aumento de casos de tosferina en Ecuador es una medida adecuada, aunque no es la más efectiva de manera aislada. Principalmente porque este mecanismo depende de la calidad de la mascarilla y el comportamiento humano correcto al momento de usarla”. 

Por esto, la experta afirma que es importante también guiar a las personas hacia un correcto uso de este implemento de bioseguridad. 

Y es que no todas las mascarillas protegen igual. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), las mascarillas tipo N95 o KN95 son las más eficaces para prevenir la transmisión de enfermedades respiratorias como la tosferina. Esto se debe a que están fabricadas con materiales de filtración de alta eficiencia, capaces de atrapar partículas de hasta 0,3 micras, y tienen un diseño que permite un ajuste hermético al rostro, evitando la entrada de aire por los bordes. De hecho, la OMS ha señalado que este tipo de mascarillas puede filtrar hasta el 98% de las partículas en el aire cuando se usan de forma correcta.

Las mascarillas quirúrgicas también son útiles, sobre todo para evitar la propagación de las gotículas que expulsa una persona al toser, hablar o estornudar. Si bien su capacidad de filtración es menor a la de una N95, rondando el 95%, su efectividad se mantiene siempre que se utilicen por tiempos cortos, se mantengan limpias y secas, y no presenten roturas ni deformaciones. Según el Ministerio de Salud y el Manual de Precauciones Estándar de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), su uso está indicado como medida de protección ante enfermedades transmitidas por gotas, como la tosferina, siempre que exista una distancia menor a un metro con una persona contagiada.

El caso de las mascarillas de tela, de esas que hoy por hoy se ofrecen en las calles de la ciudad ante la escasez, es distinto. Aunque fueron ampliamente utilizadas durante la pandemia de Covid-19, su capacidad de filtración es mucho menor. Investigaciones compiladas por la OPS indican que, dependiendo de la calidad de la tela y el número de capas, estas mascarillas podrían filtrar entre un 30% y un 70% de partículas respiratorias.

“Sirven más como barrera para evitar que una persona enferma expulse gotas al aire, pero no ofrecen una protección confiable para quienes desean evitar contagiarse en espacios cerrados o con poca ventilación”, explica Xavier Mendoza, médico experto en enfermedades respiratorias. Por eso, en el contexto actual, su uso se recomienda sólo como última opción o complemento, especialmente en lugares con alta circulación de personas.

Correcto uso

En el caso de las mascarillas, la calidad del material y el estado físico de la mascarilla también importa. La OPS advierte que todas las mascarillas tienen una vida útil limitada, tanto en términos de caducidad como de duración efectiva durante su uso. Las mascarillas quirúrgicas, por ejemplo, están diseñadas para usarse una sola vez, durante un máximo de ocho horas. Si se humedecen, algo muy frecuente con la respiración prolongada o en climas cálidos, pierden efectividad y deben ser reemplazadas inmediatamente. Lo mismo ocurre con las N95, que aunque pueden tener una duración de hasta 8 horas continuas, no están diseñadas para usarse varios días seguidos.

En cuanto a la fecha de caducidad, tanto las N95 como las quirúrgicas suelen tener un tiempo de vida útil de entre tres y cinco años desde su fabricación. Por lo que, recomiendan los expertos, es importante revisar estos aspectos antes de usar una mascarilla que, por ejemplo, está guardada desde tiempos de pandemia. 

Después de ese periodo, el material filtrante y las bandas elásticas podrían haber perdido sus propiedades. “Una mascarilla vencida podría no sellar bien o dejar pasar partículas que antes sí filtraba. No es recomendable utilizarla, especialmente, si existe otra opción disponible”, señala Mendoza. 

Pero, más allá de estos aspectos, el correcto uso de la mascarilla también es clave para evitar contagios. El Ministerio de Salud ha insistido en que el implemento debe cubrir por completo la nariz y la boca, ajustarse a los laterales del rostro sin dejar espacios y no ser tocado constantemente. Si se necesita quitarla temporalmente, se debe guardar en una bolsa limpia, nunca en el bolsillo ni sobre superficies sucias. Además, debe colocarse y retirarse con las manos limpias para evitar la contaminación.

Así, esta barrera se puede manejar como una opción efectiva para evitar el contagio de tosferina o cualquier infección respiratoria. Y su uso adecuado también es relevante. Sin embargo, no es la única forma de evitar la proliferación de  la enfermedad. 

Otras medidas

Para Mendoza, el uso de mascarilla, aunque importante, no es suficiente por sí solo. “La estrategia debe ser integral. Mascarilla, sí. Pero también vacunación, ventilación de espacios, lavado frecuente de manos y atención temprana ante síntomas como tos persistente. No se puede pensar que el cubrebocas es una solución mágica, es sólo una pieza de un rompecabezas más amplio”, sostiene.

Por otro lado, Gómez también aporta a este tema. “La medida adecuada para controlar la aparición de casos de tosferina siempre será la vacunación. La indicación del uso de mascarillas en Ecuador es una medida complementaria razonable dentro de una estrategia integral para controlar el aumento de casos de tosferina, especialmente, en entornos escolares. Sin embargo, la vacunación sigue siendo la piedra angular para la prevención y el control a largo plazo de esta enfermedad”. 

Según la OPS, el brote de tosferina que vive Ecuador se relaciona directamente con una caída significativa en las tasas de vacunación infantil en los últimos años, lo que ha dejado a miles de niños, sobre todo, menores de seis meses, vulnerables a la enfermedad. En este grupo etario también se concentran la mayoría de muertes registradas por esta causa. De los 11 fallecidos confirmados, la mayor parte corresponde a bebés. 

Ante esta situación, el Ministerio de Salud ha reforzado sus brigadas de vacunación y ha adelantado el calendario de aplicación de dosis a los bebés desde los dos meses de edad y ha ampliado el margen de vacunación hasta los 6 años, cuando antes era hasta los 5 años. Además, ha recomendado que mujeres embarazadas y personas que convivan con recién nacidos reciban la vacuna como medida preventiva. 

Es importante recordar que el uso de mascarillas sigue siendo una herramienta clave para reducir el riesgo de contagio de tosferina, pero su efectividad depende de varios factores: el tipo, la calidad, el tiempo de uso y el comportamiento del usuario. En momentos como este, donde los casos aumentan cada día, la información clara y basada en evidencia marca la diferencia entre el temor y la prevención efectiva. 

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Pablo Terán
Pablo Terán
Webmaster en Ecuador Chequea. Profesional en Comunicación Social, experiencia-26 años. He trabajado en diferentes medios de comunicación, entre ellos Diario La Hora, por 18 años. Fui Editor de Sociedad, Quito e Interculturalidad. Tengo, además, una maestría en Psicología Holística.

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