Los cortes de luz pueden traer consecuencias sobre los aparatos electrónicos. Los talleres de reparación se van llenando de equipos dañados y las refrigeradoras son las más sensibles. ¡Sigue estas recomendaciones y cuida tu bolsillo!
POR: Juan Camilo Escobar
Calles bloqueadas por vehículos detenidos frente a semáforos apagados, comercios incapaces de atender a sus clientes habituales y ventanillas de oficinas públicas y privadas sin sistema para ofrecer turnos a los usuarios son algunas de las escenas que reflejan la magnitud de la crisis de apagones en Ecuador.
A medida que los racionamientos entran en su tercera semana, otro escenario, igualmente significativo, emerge: los servicios técnicos y talleres de reparación, con más clientela que la usual. En estos lugares, los ciudadanos enfrentan el costo de los daños provocados por los repentinos retornos de energía, con electrodomésticos como refrigeradores, televisores y computadoras afectados por las fluctuaciones del voltaje.
A uno de estos talleres, ubicado en la avenida La Prensa y Gustavo Lemos, llegó apresurada María Crespo, acompañada de un familiar técnico. Propietaria de un restaurante en Cotocollao, cada día sirve almuerzos a una clientela fija y el tiempo apremiaba.
A pesar de su urgencia, el taller estaba lleno. Se encontró rodeada de otras personas, todas enfrentando problemas similares: electrodomésticos dañados por la sobrecarga de potencia que había acompañado el reciente restablecimiento del suministro eléctrico. La ansiedad era palpable en el ambiente, mientras cada uno esperaba su turno, con la esperanza de que sus equipos pudieran ser reparados a tiempo para no afectar sus negocios.
Con la experiencia adquirida durante las dos series de apagones anteriores, en octubre de 2023 y abril pasado, los dos técnicos responsables atendían con agilidad, uno a uno, a los clientes que llegaban en busca de repuestos. La mayoría de las solicitudes se centraban en las refrigeradoras, los electrodomésticos más afectados por las fluctuaciones en el suministro eléctrico.
Los precios del repuesto más solicitado, el “motor de compresión“, variaban según la marca y el modelo de las refrigeradoras. El más económico costaba 50 dólares, mientras que los motores para refrigeradoras de gran capacidad comenzaban en 70 dólares.
Con evidente preocupación, María Crespo comentaba: “Ya estábamos muy afectados porque, por los apagones, tuvimos que cambiar de menú y hacer compras diarias en menores cantidades, lo que nos quita tiempo. Y, por si fueran pocos estos golpes, ahora la refrigeradora se quema. Tenemos que solucionar sobre la marcha porque no podemos decirle a la clientela que espere nomás; es una clientela fija que ya pagó por adelantado”, dijo mientras su técnico de confianza pagaba 70 dólares por el repuesto.
Con el repuesto en mano, ambos salieron en una apresurada carrera hacia su restaurante, ubicado en plena zona comercial de Cotocollao.
Entre los clientes que acudían a este local se encontraban técnicos por cuenta propia. Ellos explicaron que, desde que comenzó esta nueva serie de racionamientos eléctricos, han tenido “al menos un pedido por día” de clientes afectados en distintas zonas de la ciudad.
Daniel, uno de los responsables de este local, recomendaba: “Lo que les sugerimos es que compren un regulador de voltaje. Los precios varían entre 9 y 12 dólares y hay modelos específicos para televisores, microondas, refrigeradoras y lavadoras. Pueden invertir en este producto, pero ya no en renovar el equipo. En cambio, una visita técnica cuesta 20 dólares, a lo cual hay que agregar el costo de la reparación y el precio de los repuestos”.
Una recomendación similar ofreció Luis Morales, propietario de un taller especializado en equipos de audio y video, ubicado en la calle John F. Kennedy, en El Condado: “Como todo es incierto, no se respetan los horarios de los cortes y no se sabe a ciencia cierta a qué hora volverá la luz. La precaución que recomendamos es que desconecten los equipos y usen reguladores de voltaje”.
Entre los casos más frecuentes que ha recibido este técnico desde que comenzaron los apagones están los daños en las “tarjetas” de los televisores de 32 pulgadas. En este sentido, explicó que, si existe la posibilidad de reparar, el costo es de 40 dólares; si no, se reemplaza por una tarjeta nueva, con precios que comienzan desde los 70 dólares.
En dos locales de servicio técnico especializados en teléfonos celulares, los técnicos han emitido una clara advertencia: la “sobrepotencia” con la que regresa el suministro eléctrico puede inutilizar teléfonos de gama media. Este fenómeno no sólo puede “dejar rostizado el tren de carga”, sino que también afecta a otros componentes esenciales del dispositivo.
“Si el cortocircuito alcanza la memoria interna, recomendamos al cliente que considere cambiar de equipo. Hemos atendido casos de usuarios que han sufrido daños al tener el cargador conectado al celular”, afirmó Carlos Morales, uno de los técnicos.
Gabriel Inga, de otro taller de celulares, indicó que la reparación de este tipo de problemas puede tardar entre una hora y media y un día, dependiendo de la disponibilidad del técnico y la carga de trabajo.
Ante la necesidad de contar con sus dispositivos para continuar con sus labores diarias, algunos clientes optan por esperar en los locales mientras se realizan las reparaciones, indicaron los técnicos.
Además, en los tres tipos de servicios técnicos visitados, sus responsables insistieron en la recomendación de desconectar los dispositivos, no sólo para protegerlos de los apagones, sino también para ahorrar en la factura de electricidad. Esto se debe a que muchos electrodomésticos modernos continúan consumiendo energía, incluso cuando están apagados, lo que representa un costo adicional para los consumidores.
La recomendación de los técnicos es, en la práctica, la única medida aplicable ante la falta de garantía que cubra los daños por sobrecargas eléctricas, explicaron dos grandes cadenas de electrodomésticos ubicadas en el centro comercial Condado Shopping, en el norte de la ciudad. En su lugar, en estas cadenas ofrecen seguros con precios superiores a los 60 dólares al año.
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