El ministro del Interior, John Reimberg, aseguró la noche del domingo que “Quito está en paz” luego de que las fuerzas del orden dispersaran a manifestantes en el centro norte de la capital. En un video difundido en las redes sociales del Ministerio del Interior, Reimberg grabó su mensaje desde el parque El Arbolito, epicentro de las movilizaciones, y afirmó que el Bloque de Seguridad —integrado por la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas— “ha hecho una gran labor en las calles de Quito y en las afueras también, haciendo que la paz se mantenga”.
“Hemos cumplido. Quito está en paz”, expresó el ministro, al sostener que los operativos evitaron “ataques e incidentes promovidos por unos pocos revoltosos”.
Según Reimberg, las vías de la capital permanecen abiertas y la circulación “se desarrolla con normalidad”. Añadió que los operativos del Bloque de Seguridad continúan “en todas las provincias del país”, en cumplimiento del estado de excepción vigente, y reiteró el compromiso del Gobierno de mantener la seguridad y estabilidad.
Las declaraciones se produjeron después de que cientos de manifestantes fueran dispersados con gases lacrimógenos en los alrededores de los parques El Arbolito y El Ejido, donde confluyeron las marchas convocadas contra el incremento del precio del diésel.
El alcalde de Quito cuestionó el uso de la fuerza
Horas antes, el alcalde Pabel Muñoz criticó lo que calificó como “excesivo uso de la fuerza” durante los operativos desplegados por el Gobierno en la capital. En su cuenta de X (antes Twitter), Muñoz afirmó que Quito amaneció “con un despliegue de policías y militares nunca antes visto”, y que los cierres viales implementados “prácticamente impidieron el ingreso al hipercentro de la ciudad”.
“Lo que debería verse como una medida para cuidar la seguridad de todos terminó siendo un terreno en el que se pudo ver excesivo uso de la fuerza. Esto es reprochable desde cualquier punto de vista”, escribió.
El alcalde también hizo un llamado al diálogo e instó al Gobierno Nacional a atender las causas estructurales de las manifestaciones. “Hago un llamado a las autoridades nacionales a encontrar una solución urgente y estructural a las demandas sociales”, agregó.
Muñoz advirtió que convertir a Quito en una “ciudad sitiada” contradice el discurso oficial de paz:
“Eso no habla de paz sino de imponerse por la fuerza”, concluyó.
Las declaraciones del alcalde se difundieron poco después de la intervención del ministro Reimberg, generando visiones contrapuestas sobre el balance de la jornada: mientras el Gobierno habló de “paz y cumplimiento del deber”, desde el Municipio se insistió en “diálogo y límites al uso de la fuerza”.
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