Ecuador tiene aseguradas 20 millones de vacunas contra la COVID-19 que llegarán al país progresivamente a lo largo de este año, según el Ministerio de Salud Pública. Este 14 de abril de 2021, el MSP informó que se recibieron 53.820 dosis de la vacuna Pfizer y el viernes arribarán otras 110.000 dosis de AstraZeneca.
Hasta el momento el país cuenta con 1’553.280 de dosis y se espera que hasta finales de este mes llegue un nuevo cargamento con un millón de vacunas Sinovac, informó el ministro de Salud, Camilo Salinas, este 14 de abril de 2021 en una cadena nacional.
En el país actualmente está en marcha la Fase 1 de vacunación que incluye a adultos mayores, profesores, policías, personal de las Fuerzas Armadas y personas con discapacidad. En esta fase se prevé vacunar a 2’000.000 de personas dentro de estos grupos. Salinas explicó que se aplican las vacunas de Pfizer, AstraZeneca y Sinovac. Agregó que esta fase culminará el 20 de mayo.
En la misma cadena nacional, el presidente del Directorio del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), Jorge Wated, afirmó que se planea vacunar a cuatro millones de ecuatorianos hasta el final del gobierno de Lenín Moreno.
Los últimos datos oficiales del MSP son del 10 de abril de 2021 e indican que 274.160 personas han recibido la primera dosis de la vacuna; mientras que 180.300, la segunda. Estos datos coinciden con las bases de datos de GitHub y John Hopkins University que realizan el monitoreo del proceso de vacunación a nivel mundial.
¿Cómo se desarrolla la jornada de vacunación para los adultos mayores?
Elena Jaramillo, de 90 años, fue citada para recibir la vacuna el 5 de abril a las 10:15 en el colegio Luis Napoleón Dillon, en Quito. A su llegada, varios adultos mayores estaban en fila, incluso cuando no era su turno. En la entrada de la institución se encontraba un grupo de familiares que acompañaba a sus padres en silla de ruedas que habían esperado desde las 03:00 para poder vacunarse.
En el lugar también había una fila para adultos mayores con discapacidad y otra para personas sin discapacidad. En la primera se encontraban aproximadamente unas 50 personas, mientras que en la segunda se hallaban alrededor de 30.
Al entrar al colegio, las filas se dividieron de la misma manera. Para proceder a la vacunación, las personas deben seguir por diferentes estaciones que guían el proceso. En la primera, los adultos mayores reciben un formulario para llenar los datos del aspirante a la vacuna y se les toma los signos vitales.
En la siguiente estación se registra al paciente en la base de datos y se le consulta si se ha vacunado previamente en contra de la influenza, si toma anticoagulantes, y si padece hipertensión, diabetes, o cáncer. Posteriormente, pasan a la estación final, para recibir la vacuna.
Jaramillo recibió la primera dosis de la vacuna Pfizer. El personal de salud le explicó que al día siguiente puede tener dolor en el brazo y le recomendó ponerse compresas de agua fría. Asimismo, le dijeron que en 21 días le llegaría la confirmación de su siguiente cita para la segunda dosis.
En la última etapa, los adultos mayores deben esperar 30 minutos para tomarles nuevamente los signos vitales y así poder retirarse. La espera final es para detectar síntomas adversos y poder controlarlos a tiempo. El proceso de vacunación de Jaramillo duró alrededor de tres horas, sin contar el recorrido al recinto.
Los pormenores del registro para acceder a la vacuna
La plataforma del Plan Vacunarse todavía presenta algunos inconvenientes: no está activa todo el tiempo y hay personas registradas que aún esperan turnos tardíos. Además, el acceso a la tecnologías es una traba para los adultos mayores.
Por ejemplo, Elena Jaramillo, de 90 años, se registró en el portal el 19 de marzo de 2021 y recibió un comunicado que le indicaba que en máximo en una semana le asignaría el turno para recibir la vacuna. Sin embargo, el mensaje tardó dos semanas.
Jaramillo cuenta que sin la ayuda de sus hijos no hubiera logrado registrarse. ‘‘Yo no sé manejar eso, apenas uso mi celular. El sistema es muy complejo. Creo que, como yo, hay varios adultos mayores que no saben usar este tipo de páginas’’, relata. En su caso, ella no sabía que había una hora específica para ir a su turno de vacuna. ‘‘Me tocaría estar ahí a las siete de la mañana para hacer la fila, van demasiadas personas y ni así alcanzan a vacunarse’’, agrega.
A estos inconvenientes se enfrentan varios adultos mayores que viven solos y no tienen a quién pedir ayuda.
De acuerdo con el Ministerio de Salud, los pacientes con enfermedades de riesgo ya están registrados junto a los jubilados gracias una lista proporcionada del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Pero incluso aquí se han demostrado inconsistencias.
Tal es el caso de Jaime Capelo, de 61 años, un hombre jubilado con una cardiopatía grave. Capelo sufrió un pre-infarto en 2005 y desde ahí se ha sometido a distintas cirugías por el taponamiento de sus arterias. Actualmente, tiene seis stents (dispositivo para desobstruir las arterias) en el corazón y sus médicos lo consideran un ‘‘paciente milagro’’.
En noviembre de 2020, fue internado en una clínica privada con COVID-19. Permaneció interno alrededor de dos semanas y muy débil. Las pastillas que toma para su corazón tuvieron que ser suspendidas para tratarlo. Su pronóstico no era muy bueno, pero se recuperó. Ahora se encuentra esperando por su vacuna. ‘‘No me ha llegado nada. No sé si pueda registrarme porque no cumplo con el mínimo de edad’’, manifesta.
Algunas personas que deberían recibir atención prioritaria, como Capelo, siguen a la espera de su vacuna.
Según el ministro de Salud, los jubilados del IESS están recibiendo la vacuna, sin embargo, no precisó cifras.
La situación en los ancianatos
En el Hogar Corazón de María, al norte de Quito, los adultos mayores recibieron a finales de marzo una inyección contra la influenza. Según los médicos, no pueden ser vacunados para la COVID-19 en un periodo de alrededor de un mes. El centro 10 del Ministerio de Salud coordina la vacunación en esta residencia, donde viven 130 personas de la tercera edad. Mientras transcurre el tiempo de espera entre inoculaciones, la administración del lugar, ubicado en la avenida de La Prensa, ha enviado una lista de receptores para la vacuna contra la COVID-19 y están a la espera de una respuesta del Ministerio.
En el ancianato Hogar del Corazón de Jesús, de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, se han vacunado contra la COVID-19 alrededor del 70% de los adultos mayores. Según Deisi Girón, trabajadora de la fundación, las vacunaciones restantes no se han realizado porque los familiares no han permitido la inoculación. Según la página web de la residencia, allí se atiende a más de 200 adultos mayores.
El panorama es diferente en un ancianato privado de Quito, cuya administración prefirió mantener la reserva de su nombre. No saben nada al respecto de los turnos de vacunación, aun cuando la directora del geriátrico lleva conversando meses con el Ministerio de Salud. En este lugar se atiende a 10 adultos mayores, ocho mujeres y dos varones.
Este reportaje fue realizado por María Paz Capelo y Juan Velasco, estudiantes de periodismo de la Universidad San Francisco.