Ecuador ha capitalizado una mayor demanda de sus exportaciones y una caída en la productividad de sus competidores. ¿Qué sigue?
POR: Juan Camilo Escobar
En lo que va del 2025, las exportaciones no petroleras ni mineras de Ecuador —como el camarón, las flores y el banano— continúan creciendo con fuerza, manteniendo la buena racha del año pasado. En 2024, estas exportaciones alcanzaron 24.849 millones de dólares, su nivel más alto desde que el país adoptó el dólar como moneda, hace 25 años.
Ese buen desempeño contrastó con la situación general de la economía ecuatoriana: el Producto Interno Bruto (PIB) creció un 2,4% en 2023, pero en 2024 se redujo un 2%, una caída significativa en medio de la crisis provocada por los racionamientos eléctricos.
Así, estas exportaciones no petroleras y no mineras crecieron un 24% entre enero y abril de 2025, en comparación con el mismo periodo de 2024, impulsadas por un fuerte desempeño del camarón, el cacao y los productos agroindustriales, informó el gremio exportador en su boletín mensual.
Según cifras del Banco Central, recopiladas por la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), el valor de estas exportaciones alcanzó los 8.195 millones de dólares, representando el 67% del total exportado en el periodo. En contraste, las ventas internas apenas crecieron 7% en los últimos 16 meses, subrayó el gremio.
Entre los principales productos exportados destaca el camarón, con un aumento del 19% en valor, seguido del cacao y sus elaborados, que duplicaron sus ventas, con 1.623 millones de dólares. También se registraron alzas en banano y plátano (12%, con 1.515 millones de dólares) y enlatados de pescado (15%, con 575 millones de dólares), mientras que el atún y otras especies pesqueras cayeron 12%, con apenas 98 millones de dólares.
Los tres principales destinos de la oferta no petrolera no minera fueron la Unión Europea, Estados Unidos y China, que concentraron el 65% del valor exportado. Las exportaciones al mercado europeo crecieron 33%, mientras que a EE.UU. aumentaron un 40%.
BALANCE COMERCIAL TOTAL
En cuanto al comercio total, la balanza comercial registró un superávit de 2.805 millones de dólares en los primeros cuatro meses del año, de los cuales 2.034 millones corresponden al comercio no petrolero. Así, en el mismo periodo, las importaciones no petroleras crecieron 10%, impulsadas por un aumento del 9% en materia prima y del 16% en bienes de capital, lo que Fedexpor interpreta como una señal de reactivación productiva.
“El principal desafío será preservar ese crecimiento cuidando cada centímetro de competitividad”, afirmó el presidente ejecutivo de Fedexpor, Xavier Rosero Carrillo, en su mensaje editorial que acompañó al reporte estadístico. Añadió que el sector enfrenta presiones externas por la caída de precios y menor demanda en los mercados internacionales, agravadas por los conflictos en Oriente Medio, que podrían encarecer los costos logísticos globales.
El gremio también alertó sobre la necesidad de fortalecer la seguridad en toda la cadena logística y de producción, y pidió reducir las ineficiencias en el aprovisionamiento de energía, un insumo clave para la industria exportadora.
“Los costos de servicio y aprovisionamiento de energías no pueden seguir cargando con las ineficiencias de las empresas estatales”, advirtió Rosero. Fedexpor saludó el anuncio de auditorías internacionales a estas empresas como un paso necesario hacia tarifas más competitivas y una provisión continua.
Además, la organización señaló que espera avances en la ratificación de acuerdos comerciales con Corea del Sur y Canadá, así como negociaciones con Japón, Panamá, República Dominicana y Emiratos Árabes Unidos para ampliar los mercados de exportación ecuatorianos.
A estas preocupaciones se agregan pedidos de las cámaras de producción de combate a la inseguridad que afecta a sus operaciones. Así, la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA) pidió hace pocas semanas al Gobierno intensificar las medidas de seguridad en zonas estratégicas del sector exportador, ante el incremento de hechos delictivos que amenazan la cadena logística y productiva, especialmente en áreas marítimas del Golfo de Guayaquil.
Consultados sobre este tema, representantes de este gremio recordaron que durante una reciente mesa de seguridad convocada por los ministerios del Interior, Defensa, Producción y Relaciones Exteriores, la CNA y otros gremios empresariales expusieron los riesgos crecientes que enfrentan productores y exportadores por tierra y mar.
En este sentido recordaron que es indispensable que se cumplan los ofrecimientos del Gobierno de mejoras en la infraestructura de los puestos de apoyo marítimo (PAM) ubicados en Matorrillos, Fimasa y Santa Cecilia, tres zonas georreferenciadas como de alta peligrosidad por su cercanía con rutas logísticas clave en el Golfo.
LA ECONOMÍA
Dos analistas económicos consultados coincidieron en que, pese al sólido desempeño de las exportaciones no tradicionales de Ecuador en 2024 y lo que va de 2025, el gremio exportador enfrenta riesgos estructurales que podrían afectar la sostenibilidad del crecimiento. Por tanto, consideraron indispensable que, tanto el sector privado como el Estado, implementen medidas urgentes para mejorar la competitividad del sector.
Recordaron que, a pesar de las debilidades estructurales de los sectores productivos y exportadores —como la baja inversión en tecnología y la escasa articulación entre sectores—, Ecuador logró capitalizar una mayor demanda internacional el año anterior y el primer cuatrimestre de este año.
No obstante, señalaron que buena parte de ese impulso obedeció a la caída en la productividad de países competidores, y que el desafío ahora será reinvertir las utilidades generadas para mejorar eficiencia, logística y valor agregado.
“El crecimiento de las exportaciones en los primeros meses del año responde principalmente a un incremento en las ventas de productos como el camarón y el banano, que forman parte de la canasta exportadora tradicional de Ecuador”, señaló Diego Olmedo, empresario y analista económico. A su juicio, el país ha sabido capitalizar un contexto internacional en el que algunos competidores han enfrentado caídas en productividad y menores niveles de rendimiento.
“Ecuador ha logrado posicionarse como un proveedor confiable de productos agroindustriales, en especial camarón, banano y cacao. No obstante, este impulso responde a una coyuntura favorable, más que a un fortalecimiento estructural del aparato exportador. La capacidad instalada ha permitido responder rápidamente al aumento de la demanda, pero no existen garantías de que este ritmo de crecimiento se mantenga en el futuro”, sostuvo Olmedo.
Para consolidar ese crecimiento, el analista recomendó “una estrategia de reinversión intensiva en infraestructura productiva, innovación tecnológica y capacitación del talento humano”. A su juicio, sin estos factores, Ecuador corre el riesgo de perder competitividad ante eventuales correcciones de mercado o recuperación de países competidores.
Desde la academia, la economista y catedrática universitaria Grace Guerrero coincidió en que el buen desempeño exportador ha sido clave para mejorar la balanza comercial, pero advirtió que parte importante del sector productivo depende de insumos importados.
“El crecimiento de las exportaciones suele venir acompañado de un aumento en las importaciones, especialmente de materias primas, bienes intermedios y bienes de capital”, explicó Guerrero. “Esto se ha repetido históricamente, y 2025 no ha sido la excepción”.
Guerrero subrayó que productos como las flores ecuatorianas han mantenido una demanda estable en los principales mercados de destino. No obstante, insistió en que una estrategia de desarrollo exportador sostenible debe considerar también la diversificación productiva, mejores relaciones de todos los actores de la cadena de producción y exportación, y una política industrial orientada a la competitividad.
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