La Portavoz del Gobierno dijo que el suministro eléctrico está garantizado para el país, incluso para el estiaje. Sin embargo, expertos explican que esta oferta dependerá de tres cosas: que el estiaje no sea tan severo como en 2024, recuperar capacidad termoeléctrica y que Colombia nos venda energía.
POR: Juan Camilo Escobar
Expertos en generación e infraestructura eléctrica advirtieron que el anuncio del Gobierno de incrementar en cerca de 1.000 megavatios la capacidad de generación eléctrica tiene, en la práctica, pocas probabilidades de concretarse antes de la próxima temporada de estiaje. Señalaron que sólo restan dos meses, mientras que este tipo de proyectos requeriría, al menos, hasta noviembre, considerado históricamente el mes más crítico del periodo seco.
Diego Morales, representante del Colegio de Ingenieros Eléctricos del Azuay, señaló que el Operador Nacional de Electricidad (Cenace) ya había advertido con anticipación que los 979 megavatios adicionales deberían estar disponibles antes del estiaje.
“Deberían estar listos antes de septiembre, pero el Gobierno ha dicho que estarían a finales de año”, dijo Morales. “Aun así, esperamos que así sea, aunque es un proceso muy complicado. Parte de lo que se prevé incorporar aún está en fase de estudio de mercado y, en el mejor de los casos, estaría disponible en noviembre o diciembre. Es un escenario muy complejo”.
Para Morales, evitar apagones en la próxima temporada seca dependerá de tres factores: que el estiaje no sea tan severo ni prolongado como el del año anterior; que se recupere parte de la capacidad de los parques termoeléctricos, muchos de ellos fuera de operación desde hace años; y que se garantice el suministro de energía desde Colombia.
“Por ahora, creemos que es muy difícil garantizar que no habrá apagones”, añadió. “Esperamos que las acciones necesarias se ejecuten antes de septiembre u octubre”.
Fernando Salinas, investigador académico y expresidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos de Pichincha, coincidió en que el anuncio del Gobierno carece de sustento técnico.
“La garantía de que no habrá apagones gracias a la recuperación parcial del parque termoeléctrico y nuevas contrataciones por cerca de 1.000 megavatios no es realista”, sostuvo. “Los contratos por 241 megavatios que debían cumplirse en octubre pasado no se han ejecutado. Esto pone en duda que se pueda evitar el racionamiento en la temporada seca”.
Salinas agregó que, si el proyecto Pascuales, de 260 megavatios, se firma el próximo mes, estaría listo, en el mejor de los casos, a finales de diciembre. “Ambos proyectos llegarían tarde para el inicio del estiaje, en octubre”, dijo.
El especialista también matizó el ofrecimiento del Gobierno de que estarían disponibles los casi 500 megavatios de la interconexión con Colombia. “La experiencia nos muestra que Colombia ha priorizado su propio abastecimiento antes que las exportaciones”, explicó. “Además, todo depende de las condiciones climáticas en ese país, lo cual está fuera de nuestro control. Así que no hay ninguna certeza”.
La portavoz del Gobierno, Carolina Jaramillo, anunció en una rueda de prensa celebrada hoy, en el Palacio de Carondelet, que el país dispone de la capacidad necesaria para enfrentar el periodo de estiaje —que afecta las cuencas donde operan las principales centrales hidroeléctricas entre septiembre y noviembre— sin cortes de luz.
Así, afirmó que el suministro de energía eléctrica está garantizado gracias a medidas de corto y mediano plazo adoptadas por el Ejecutivo, como la recuperación de capacidad instalada, el rescate de proyectos paralizados y el alquiler de generación temporal.
“Se ha asegurado la disponibilidad del servicio eléctrico con acciones concretas: recuperación de 696,7 megavatios, rescate de 204 megavatios del proyecto Toachi-Pilatón y alquiler de 300 megavatios”, dijo la funcionaria.
Se trata de la segunda vez que el Gobierno exhibe esas cifras de recuperación luego de que el 14 de enero ya indicara que de los 696,7 megavatios recuperados hasta diciembre de 2024, 187,3 megavatios son hidroeléctricos y 509,4 megavatios son térmicos.
EL MISMO OFRECIMIENTO
Además, Jaramillo reiteró el ofrecimiento que el Gobierno de Noboa ha realizado en semanas anteriores de que para finales de 2025 se incorporarán al Sistema Nacional de Transmisión (SNT) un total de 979,5 MW de energía firme, y se prevé añadir otros 1.003 MW entre 2026 y 2027.
También anunció una estrategia para modernizar el Sistema Nacional de Transmisión, que permitirá mejorar la calidad del servicio, reforzar la soberanía energética y ampliar la interconexión con Perú. “Esto es clave porque los beneficios son múltiples”, subrayó la portavoz.
La diversificación de la matriz energética es otro eje central del plan gubernamental. Según Jaramillo, el país cuenta con un potencial identificado de 13.132 MW en proyectos renovables, y un potencial adicional por explorar que alcanzaría los 36.200 MW. Para impulsar esta transición, Ecuador busca atraer inversiones por 1.500 millones de dólares en proyectos eólicos, solares e hidroeléctricos, con una capacidad proyectada de 912 MW.
En este contexto, destacó el Proyecto Hidroeléctrico Cardenillo, que se impulsará con inversión privada, así como un portafolio de 67 proyectos de generación renovable que suman 1.400 MW, de los cuales 31 ya cuentan con certificación oficial.
La portavoz también confirmó que el embalse de Mazar, una de las principales fuentes de generación hidroeléctrica del país, está al 99,75% de su capacidad. Este nivel se habría logrado mediante una “estrategia responsable de administración”, que incluyó la optimización de Coca Codo Sinclair, la recuperación de centrales térmicas y la gestión de la demanda industrial.
Como parte de la visión a largo plazo, el Gobierno prevé incorporar 300 MW de energía nuclear al sistema eléctrico nacional, aunque no se ofrecieron detalles sobre fechas o convenios específicos.
“La planificación del Gobierno Nacional nos permite afirmar que se está mirando hacia el futuro para que el Ecuador tenga energía renovable y alternativas. El propósito es claro: descartar la posibilidad de apagones, incluso en los momentos de estiaje”, concluyó Jaramillo.
2024 vs. 2025
Ecuador proyecta un incremento en su demanda energética para 2025, estimada en 30.480,75 gigavatios hora (GWh) bajo un escenario hidrológico semi-seco, según un análisis técnico del Cenace y la Agencia de Regulación y Control de Electricidad (Arconel). Esta cifra supera levemente la generación registrada en 2024, que alcanzó 30.473,2 GWh, año en que el país además registró su pico histórico de demanda con 5.063,2 megavatios (MW) el 11 de abril, según el informe de rendición de cuentas publicado por el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE).
El estudio de 2025 indica que el 70% de la demanda será cubierta por centrales hidroeléctricas, mientras que un 23% provendrá de fuentes térmicas, cuya expansión es necesaria para garantizar la confiabilidad del suministro. Esta dependencia creciente de la generación térmica implica mayores costos operativos y un aumento en las emisiones contaminantes, señala el informe.
El documento también destaca que el crecimiento de la demanda para 2025 considera nuevas cargas de transmisión, así como la expansión de las empresas distribuidoras y comercializadoras.
En 2024, el 74,7% de la energía generada provino de fuentes renovables, principalmente hidroeléctricas (72,8%), y un 1,9% de fuentes no convencionales, como solar y eólica. La generación térmica, en cambio, representó un 21,2%, mientras que las importaciones cubrieron el 4,1% del consumo nacional.
CONTRATOS INCUMPLIDOS
Jaramillo también señaló que el suministro eléctrico no depende exclusivamente de los contratos con las empresas Austral y Progen, firmados el 2 de agosto de 2024, los cuales fueron una de las principales medidas del Gobierno para mitigar el déficit de generación que provocó racionamientos severos en 2024.
Jaramillo indicó que el Ejecutivo mantiene el proceso de terminación unilateral de los contratos de generación firmados con Progen, aunque no precisó cuándo se concretará esa decisión. También se refirió a los contratos suscritos con Progen y Austral, cuyo cumplimiento ha sido cuestionado.
La vocera aseguró que la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) cuenta con la capacidad técnica y operativa para asumir y concluir los trabajos que quedarán pendientes tras la salida de Progen.
El 2 de agosto de 2024, la empresa estadounidense Progen firmó dos contratos millonarios con el Gobierno del presidente Daniel Noboa, comprometiéndose a instalar 49 motores en tres meses para mitigar la crisis eléctrica. Más de un año después, ambos contratos continúan incumplidos.
En la práctica, en plena crisis de apagones —que empezaron el 18 de septiembre y se extendieron hasta fines de diciembre de 2024, con cortes de hasta más de 10 horas por día—, los ecuatorianos no se beneficiaron de ambos contratos, firmados por el Gobierno como parte de su estrategia para enfrentar la emergencia energética que afectó al país durante ese año.
El primero contemplaba la instalación de 50 megavatios en Quevedo, que debían entrar en operación el 5 de noviembre de 2024. El segundo establecía la entrega de 100 megavatios en la zona de El Salitral, en Guayas, con plazo hasta el 29 de noviembre del mismo año.
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