Las autoridades ecuatorianas y distintos técnicos explican que las lluvias que se han dado recientemente en Esmeraldas y otras provincias, no tienen que ver con El Niño. Y que no se debe relacionar la alerta de la NOAA con la situación del país.
En Ecuador existió una confusión que generó preocupación en redes sociales, tras una alerta emitida por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), anunciado la llegada del Fenómeno de El Niño. Muchos sugirieron que las lluvias registradas en Esmeraldas, por ejemplo, estarían relacionadas con El Niño, o que este fenómeno ya está presente en el país. Sin embargo, los expertos aclaran que no es así, y que sus impactos aún no llegan a Ecuador.
Las lluvias que se han presentado en Esmeraldas y otras provincias no están relacionadas con El Niño, sino con condiciones climáticas propias de la temporada. El mar ya se está calentando y las condiciones están dadas para que el fenómeno se dé, pero los impactos en precipitaciones aún no se sienten en el territorio ecuatoriano.
La semana pasada, la NOAA detalló en un informe que se espera que el fenómeno de El Niño sea de moderado a fuerte a finales de otoño y a principios del invierno. “La influencia de El Niño en EE.UU. es débil durante el verano y más pronunciada desde fines del otoño hasta la primavera. Para el invierno, hay un 84% de posibilidades de que El Niño tenga una fuerza mayor que moderada, y un 56% de posibilidades de que se desarrolle un El Niño fuerte. Por lo general, las condiciones moderadas a fuertes de El Niño durante el otoño y el invierno dan como resultado condiciones más húmedas que el promedio desde el sur de California a lo largo de la costa del Golfo y condiciones más secas que el promedio en el noroeste del Pacífico y el valle de Ohio”, especificó.
Michelle L’Heureux, científica climática del Centro de Predicción del Clima, citada en el boletín de la NOAA, explica que: «Dependiendo de su fuerza, El Niño puede causar una variedad de impactos, como aumentar el riesgo de fuertes lluvias y sequías en ciertos lugares del mundo. El cambio climático puede exacerbar o mitigar ciertos impactos relacionados con El Niño. Por ejemplo, El Niño podría generar nuevos récords de temperatura, particularmente en áreas que ya experimentan temperaturas superiores al promedio durante El Niño».
¿Qué significa esta declaratoria?
El Niño es un fenómeno climático natural que sucede cuando las temperaturas de la superficie del mar se vuelven más cálidas que el promedio en el océano Pacífico. También se conoce como Fenómeno de El Niño (FEN) o ENSO, por sus siglas en inglés, (El Niño Southern Oscilation). Durante este fenómeno, la superficie del océano Pacífico tropical se calienta más de lo común, especialmente en el ecuador y a lo largo de las costas de Sudamérica y América Central. El fenómeno ocurre, en promedio, entre cada 2 y cada 7 años.
El teniente de navío Michael Linthon, director de Oceanografía y Meteorología del Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada del Ecuador (Inocar) explica que El Niño es un fenómeno a gran escala, que no sólo afecta al Ecuador, sino que se manifiesta y afecta a muchos países del mundo.
“Lo que dijo la NOAA es que las condiciones de El Niño están en pleno de desarrollo; pero para declarar este fenómeno oficialmente se deben cumplir ciertos parámetros se mantengan en el tiempo, que es aproximado de siete meses. Lo que ha hecho la NOAA es simplemente una advertencia, porque es algo irreversible, porque las condiciones de El Niño están en pleno desarrollo. Es cuestión de cada país evaluar cómo esas condiciones regionales del Pacífico nos pueden afectar”, sostiene.
“Todavía en nuestro país los efectos de El Niño todavía no los vamos a tener, porque estamos entrando a una época seca”, detalla Linthon. Además, asevera que por El Niño en el país tenemos un calentamiento en el mar, pero todavía no se tiene un acoplamiento directo del océano y la atmósfera para que se produzcan lluvias a causa de este fenómeno.
Linthon dijo que en el país hay que ver cómo avanzan las condiciones de El Niño y quizá para septiembre ya se realice la declaratoria del evento, pero no con impactos directos. Los efectos más grandes se verán a inicios de la época invernal, y se podrían ver desde mediados de noviembre o inicios de diciembre.
Juan José Nieto, director del Ciifen, especifica que “el fenómeno de El Niño tiene que ver con una región que se llama Niño 3,4, un cajón entre América y Oceanía. Ese cajón se mantiene cálido más allá de medio grado centígrado, durante más de seis meses consecutivos. Entonces, la NOAA analiza que todas las condiciones están dadas para el fenómeno, excepto el tiempo; sin embargo, el organismo basado en eventos pasados (…) no esperó los seis meses e hizo la declaratoria (de que El Niño está presente)”.
Nieto explica que El Niño se define por el calentamiento de esa zona en el Pacífico, pero que eso no significa que ya empezará a llover en Ecuador o en Perú, o que habrá sequías en Colombia, Venezuela o Centroamérica. “Es un calentamiento exclusivo en esa región del Pacífico, que se llama Niño 3.4. De ahí las confusiones que se están creando”, detalla.
Para Ecuador no se esperan todavía esos impactos relacionados con la declaratoria de que El Niño ya está presente. “No es que porque se declara que El Niño está presente, mañana ya va a llover o el próximo mes, creemos que todavía falta. Los impactos de El Niño se cree que todavía no vayan a darse en Ecuador, sobre todo en el tema de lluvias”.
Theofilos Toulkeridis, experto en geología, mineralogía y geografía explicó que, en Ecuador, el fenómeno de El Niño tiene un porcentaje de probabilidad de entrar de un 25% en este año y un 93% de que se registre en el próximo año. Por lo tanto, manifiesta que ese análisis todavía se mantiene, pues no ha cambiado.
“Ahora, ¿qué está pasando? Es que la gente se enloquece y ve a algún otro fenómeno extremo que era programado y lo categoriza como parte de este fenómeno (de El Niño) y dice que lo que tenemos El Niño y no es el caso”, afirma.
Toulkeridis dice que la parte del Pacífico occidental es la que se ha calentado, que es la está al otro lado del Pacífico en el que nosotros nos encontramos. Por ello, hasta que lleguen las anomalías a nuestro lado tendrán que pasar algunos meses.
“Alguien que dice que tenemos El Niño ahora, no tiene idea de lo que está hablando, porque hasta que venga a este lado toma tiempo y ese tiempo es bien calculado. Llegará aquí, como es común, en Navidad. Por eso se lo conoce como El Niño. Más o menos llegará en diciembre”, asegura.
El Inocar también ratificó que la alerta de la NOAA no corresponde a nuestro país. El Comité para el Estudio Regional del fenómeno de El Niño (Erfen) en Ecuador asegura que hay una probabilidad del 80% de que este evento se presente el segundo semestre de este año.
“El área de análisis del evento El Niño de la NOAA se enfoca principalmente en el Pacífico Central, por lo cual, su alerta aún no corresponde al territorio ecuatoriano. Los resultados del Índice ecuatoriano del fenómeno de El Niño (Iefen), para junio, mantiene el estado de aviso en observación”, aclaró el Inocar.
Michael Linthon aclara que las lluvias que se han dado en el litoral son hechos independiente al desarrollo del fenómeno de El Niño y se deben a factores atmosféricos, sobre todo al proceso de transición de estacionalidad.
Juan Andrés Arévalo, ingeniero hidrometeorólogo en Venezuela dice que las temperaturas en el mar en el Pacífico Oriental han venido incrementándose y que venimos de una fase fría, denominada como La Niña; sin embargo, se ha venido calentado de manera progresiva el índice de El Niño 3,4, que es el índice de temperatura con anomalía.
Arévalo menciona que para que la atmósfera reaccione al comportamiento oceánico toma tiempo, porque la atmósfera necesita acoplarse al comportamiento del mar. Por ello, dice que para empezar a ver los impactos del fenómeno se debe ver cómo se acopla al ambiente.
“Para Venezuela es importante que se consolide la respuesta atmosférica para que se consolide el impacto. En países como Ecuador, Colombia, Perú, Chile, que son países muy cercanos al Pacífico, cuando se empezarían a ver impactos es diferente y dependerá de las autoridades de cada país. Por ello, se debe consultar a cada país”, enfatizó.
Impactos de El Niño
De acuerdo con un reporte de National Geographic, los fenómenos de El Niño que han causado más daño en la historia se han presentado como diluvios muy fuertes, por lo que se han deslizado laderas de las montañas. Entre 1972 y 1973, las temperaturas del océano se dispararon frente a la costa peruana, lo que provocó que casi se termine con la industria pesquera de la anchoveta. En el 2016, los corales en todo el Pacífico se blanquearon, en América del Sur se provocaron grandes inundaciones y se provocaron incendios en Australia a causa de las sequías.
El Niño afecta el clima, las temperaturas del planeta y la vida marina. En Ecuador, según la Secretaría de Gestión de Riesgos (SNGRE), fue golpeado en 1982 y 1997 por este fenómeno, que cobró decenas de vidas y destruyó gran parte de los cultivos, así como de la infraestructura vial.
Nieto detalló que para sentir los impactos de la lluvia en Ecuador habría que esperar algunos meses. Pero, mencionó que en el mar se puede evidenciar cómo los microorganismos perciben el fenómeno como el calentamiento del mar y buscan migrar hacia aguas más frías para su desarrollo. Explica que por este proceso, la cadena de alimento del mar se rompería, debido a la migración de especies.
El director del Ciifen señaló que, incluso algunas aves pueden empezar a migrar y que habrá impacto en la captura de peces de interés comercial y que aparecerá un excedente de larva de camarón.
“El oleaje también es otra característica, cuando hay eventos de El Niño hay una disminución de huracanes en el Caribe, pero hay un aumento de las tormentas que ocurren en México en el Pacífico. Esas tormentas generan olas y viajan largas distancias, por lo que llegan a Ecuador en una dirección en que sí puede causar problemas en algunas playas y coinciden los aguajes con olas de tormenta que ocurren un par de veces al mes. Si el nivel del mar se encuentra más alto vamos a tener un daño en infraestructura en el perfil costero”, detalló Juan José Nieto.
Las lluvias en Esmeraldas no están relacionadas a El Niño
Mucha gente ha dicho que lo que ocurrió en Esmeraldas como las lluvias e inundaciones, fueron producto del fenómeno de El Niño. Theofilos Toulkeridis dice que “no es cierto y quienes no conocen la temática se equivocan y malinterpretan”. Por ello, asevera que hay que entender que tenemos otros fenómenos, como La Niña, pero que casi nadie habla de eso, porque no es tan catastrófica.
“Lo que está pasando ahora y lo que ocurrirá hasta fin de año, es parte de un fenómeno más largo en duración. Es absolutamente falso decir que tenemos el fenómeno de El Niño. Son lluvias, lo que ocurrió en Esmeraldas es lo que tendremos a través del cambio climático. (…) La gente está mal interpretando al decir que ahora tenemos el fenómeno de El Niño, recalca el experto.
El Director de Oceanografía y Meteorología del Inocar asegura que estamos finalizando una estación lluviosa que se ha retrasado y prolongado. Por ello, aún se han registrado lluvias. Linthon explica que las lluvias en el país se deben a que la estación se ha alargado, debido a que finaliza un largo período del fenómeno de La Niña, que duró casi tres años por lo que se alteró la estacionalidad.
El pasado lunes, el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) emitió un comunicado en el que confirmó que las precipitaciones registradas no tienen que ver con el fenómeno de El Niño y dijo que este se encuentra en estado de desarrollo y bajo vigilancia constante.
“Las 12 horas de lluvia fueron el resultado de diversos factores océano-atmosféricos que han afectado el territorio nacional”, aclaró la entidad.
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