El voto nulo se ubica en el tercer lugar en la preferencia electoral. Los analistas consideran que es difícil que ese voto se capitalice a favor de uno de los dos finalistas, porque es un voto antisistema.
POR: Hugo Constante
Confirmado que Ecuador tendrá una segunda vuelta presidencial, Carlos Panchi, estudiante universitario, está pensando seriamente en anular su voto, ya que asegura que ninguno de los dos candidatos finalistas le representan.
En primera vuelta se pronunció por Juan Iván Cueva, del Movimiento Amigo; lo consideraba un político joven con propuestas interesantes. Sin embargo, su candidato no pasó y ahora, con miras a la segunda vuelta, el joven asegura que no quiere el regreso del correísmo, por su historia cuando fue Gobierno; pero tampoco se anima a votar por el oficialismo, ya que considera que ha demostrado rasgos autoritarios.
Adriana Merino, trabajadora independiente, indicó que en la primera vuelta votó nulo ya que no cree en ningún político y que ese criterio lo mantendrá en la segunda vuelta, prevista para el 13 de abril.
Lo cierto es que según los resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE) los votos nulos en esta primera vuelta se ubican como la tercera “preferencia” electoral con el 6,80%, luego de la votación que logró el presidente candidato oficialista Daniel Noboa (44,16%) y de la correísta Luisa González (44%); pero por encima de la obtenida por el candidato de Pachakutik Leonidas Iza (5,24%).
¿Se puede captar el voto nulo?
Con miras al balotaje, ya se van insinuando acercamientos que los dos candidatos finalistas podrían tener con otros sectores para atraer su votación. Sobre todo el correísmo, que ha “regresado a ver” a los votantes de Iza. ¿Pero se puede captar el voto nulo? Karina Granja Altamirano, experta en comunicación política; y Giuseppe Cabrera, máster en análisis político, indican que el voto nulo tiene sus características particulares.
Cabrera asegura que es un rechazo al sistema y ninguno de los candidatos representa a ese elector, lo que implica que es más probable que el porcentaje aumente levemente antes que disminuya en la segunda vuelta.
“Si no les representó los 14 candidatos que se quedaron en primera vuelta, menos aún se van a sentir representados por los dos candidatos finalistas”, indica Cabrera. La opción que les queda a los candidatos que pasan a la segunda vuelta, dice el analista, es buscar atraer a los votantes de los otros candidatos, incluidos los de Iván Saquicela, el de menor porcentaje, ya que, poco a poco, se va sumando en una elección tan cerrada como la del 9 de febrero, pudiendo incluso llegar a ser determinantes.
“Deben apuntar a que no crezcan los blancos y nulos, no a qué se reduzcan”, opina, y considera que, si alguna votación puede irse al nulo es el de los que optaron por el candidato de Pachakutik. “Es gente que lo que ve representado en Leonidas Iza, es más complicado que lo vean en González o Noboa”, afirmó.
En la misma línea es el análisis de Granja, quien recuerda que el voto nulo terminó en tercer lugar, lo que podría considerarse como un voto protesta por el descontento con los candidatos y sus propuestas, lo que llevó a que esos electores no se sienten identificados para nada con ninguno de los postulantes. “En los últimos procesos electorales hay nuevas generaciones que están más presentes en el padrón, pero tienen desconfianza en los partidos políticos y en el sistema”, opina Granja. Asegura que es “probable, pero poco posible”, que ese voto pueda ir a alguno de los candidatos finalistas, ya que es un voto muy radical, que implica incluso una ideología de rechazo al sistema. Granja manifestó que si se quiere atraer ese voto, los postulantes deben empezar a generar confianza, lo que se logra, dice, con dejar de lado el baratillo de ofertas, lo superficial y enfocarse en decir cómo van a solucionar los problemas del país. “Algo que también podría incidir es el debate de segunda vuelta”, indicó.
Los dos especialistas agregan que en la práctica, aunque la campaña para la segunda vuelta se cumplirá entre el 24 de marzo y el 10 de abril, los dos candidatos iniciaron ya ese camino para captar nuevos votantes.
El voto nulo y blanco en Ecuador desde el regreso a la democracia, en primera o única vuelta
Año Blancos Nulos
1978 3,6% 5,9%
1984 8,2% 8,4%
1988 8,3% 8,1%
1992 5,9% 10,0%
1996 7,4% 8,4%
1998 6,8% 8,5%
2002 4,6% 9,1%
2006 4,8% 11,8%
2009 6,7% 6,3%
2013 1,9% 7,2%
2017 2,7% 7,0%
2021 3,10% 9,55%
2023 2,04% 6,77%
2025 2,16% 6,80%
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