La propagación de links con un tipo de software que ataca a dispositivos parece indetenible en la era actual. Un estudio ubica al país entre los primeros lugares de Latinoamérica más vulnerable a estos ataques.
POR: Juan Camilo Escobar
“Te mandan por WhatsApp un link, cuando das clicks te piden el correo electrónico, el nombre y la contraseña. Cuando quieres iniciar la sesión te sacan, pero ya se quedaron con tu contraseña”, comenta Carlos Estrella, joven universitario de 19 años.
Esta práctica se trata de una de las formas más usuales con la que ciberdelincuentes propagan enlaces que contienen malware, es decir un tipo de software o código para atacar dispositivos personales o redes de empresas sin que los usuarios lo sepan.
Ecuador es uno de los países de Latinoamérica más vulnerable a este tipo de problemas de seguridad, según un informe de la firma global de ciberseguridad Eset, que tomó en cuenta el criterio de 3.000 responsables de la seguridad informática empresarial.
El informe denominado Security Report Latinoamérica 2025 puntualiza que, el país ocupa el tercer puesto entre nueve países analizados de detecciones de malware por cada 1.000 usuarios con acceso a internet.
Con cerca de 20%, Ecuador está por detrás de Bolivia con 22% y Perú con 47%. En contraste, Chile y Uruguay tienen menos del 10% de personas que son víctimas de enlaces con malware.
Asimismo, el 27%- 3% menos que el año anterior- de los encuestados afirmó haber sufrido un ciberataque en 2024 y el 32% reconoce no contar con herramientas que les permitan confirmar que no hayan sido atacados.
La misma firma asevera que 8 de cada 10 ataques se pueden prevenir con una medida básica de prevención, como la de instalar un antivirus o antimalware. En el país, por ejemplo, el 40% responsables de ciberseguridad de empresas consultadas reconoció no tener un software centralizado para protegerse del malware.
El promedio en América Latina es de 38%, con Paraguay y Honduras con casi el 50% sin protección y, Argentina con 20% sin protección, conforme se evidencia en el gráfico de la firma de ciberseguridad.
Estas protecciones son importantes, pero lo prioritario es una actitud de “cero confianza” frente a cualquier o mail mensaje cuyo origen se desconoce, señala Francisco Aguirre, experto digital de Qbox Latam.
“Nos protegemos no dando clicks a correos sospechosos, manteniendo nuestro sistema operativo y aplicaciones actualizadas y no entrando a redes wifi sospechosas o gratuitas, que pueden usar nuestros datos para hacernos daños”, indica.
Lejos de estas recomendaciones, los ciberdelincuentes propagan links con enlaces de malware con mensajes extraordinarios o inusuales, con los que buscan captar de manera inmediata la atención de la gente.
Así, Carlos Estrella y tres de sus compañeros cuentan que “en el mensaje decía que tú puedes ganar 1.000 dólares diarios por ver videos de TikTok, si ponías tu mail y tarjeta de débito con sus contraseñas, para que te hagan la transferencia ese mismo rato”.
¿Cuáles son los daños ocasionan los ciberataques?
No es un problema reciente, aunque hoy en día hay más formas de ataques en línea, pero también soluciones al alcance de un click, con herramientas cada vez más sofisticadas, desde básicas y gratuitas hasta integrales y de pago para proteger equipos y redes de organizaciones. Estas herramientas no solo funcionan al navegar, sino al recibir correos electrónicos, descargar archivos o trabajar en la nube.
En este contexto, el informe de resultados del Security Report Latinoamérica 2025 identifica 7 principales impactos como: la pérdida o destrucción de información, secuestro de información, infección de malware, filtración de información, denegación de servicio, ataques de ingeniería social y accesos no autorizados.
Lo grave de estos ataques es que muchas vece sus impactos no son inmediatos. “En muchos casos, la verdadera magnitud del daño sólo se manifiesta con el tiempo. Una organización puede saber que ha sufrido una filtración, pero no tener visibilidad sobre el uso que se hará de la información comprometida. Años después, un cliente o socio comercial podría descubrir que sus datos han sido explotados, lo que no sólo genera perjuicios financieros y reputacionales, sino que también puede derivar en acciones legales contra la empresa afectada”, puntualiza el informe.
Según datos de Ciberpol, Unidad Nacional de Ciberdelitos de la Policía, en 2024 los delitos informáticos denunciados e investigados por pedido de la Fiscalía crecieron en 10,1% en comparación con 2023, al pasar de 1.112 a 1.225. En el primer semestre de este año ya se registraron 537 delitos de este tipo, es decir un 44% respecto al año anterior.
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