La Unidad de Bienestar Animal realizó un estudio en 53 parroquias de la capital lo que muestra que los perros callejeros aumentaron 500% en cinco años. En un recorrido por el sur, se observaron a 27 perros deambular en las calles.
Al caminar por el barrio Santa Clara, al sur de Quito, se escuchan los ladridos de los perros. En cada esquina del sector, se observan a los perros sin collares identificativos, se los ve delgados y con abundante pelaje.
La mirada de los animales es una mirada triste y, en ocasiones, desesperada. Los ojos de los peludos lucen llenos de lagañas. Algunos se acercan a olfatear a las personas.
En este barrio, alejado de la ciudad, se realiza una extensa caminata. Mientras hacemos el recorrido en el lugar contamos entre cinco y siete perros que deambulan sin placa o collar. La mayoría de los perros son machos.
Al preguntar a los vecinos del sector, si alguno de los perros tiene dueño, dicen que no, que siempre se pasean por todo el barrio, pero no saben de quiénes son.
“Ellos caminan por aquí, pero nunca salen con alguien. A veces, se quedan en las puertas de las tiendas esperando que les den comida o agua. Siempre van tres o cuatro, como que fueran amigos”, dice Carlos Pillataxi, morador del sector.
Al avanzar en el recorrido por más de 15 minutos, se contabilizó alrededor de 27 peludos.
Un perro deambulando por las calles de Quito. // Foto: Karen Mantilla U.
Si en este sector, el conteo de perros abandonados fue alto, hay otras cifras que muestran la alarmante situación. La Unidad de Bienestar Animal (UBA) realizó un estudio en 53 parroquias de Quito, desde septiembre hasta diciembre del 2023, que muestra que en cinco años, desde el 2018, los perros en situación de calle aumentaron hasta en un 500% y la distribución depende de la situación geográfica.
Además, el estudio arrojó que existen tres machos por cada hembra en esta situación. Y se concluye que en la capital hay alrededor de 97.000 perros callejeros. Es decir, en Quito existe un perro callejero por cada 19 habitantes.
La entidad asegura que la presencia de animales en situación de calle en la capital provoca problemas de salud pública, éticos, sociales y ambientales. Por lo que señalan que hay riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas y la proliferación de plagas.
“En zonas urbanas hay una densidad de 507 perros por kilómetro cuadrado, mientras que en áreas rurales es de 341 perros por kilómetro cuadrado”, dijo Karina Pisco, directora de la unidad de bienestar animal Quito, el 7 de febrero en un evento que realizó UBA por sus dos años de aniversario.
En los sectores: Llano Chico, Cochapamba, Calderón y El Condado, presentan un crecimiento de perros en situación de calle.
Recorrido en la Ecuatoriana
Por otro lado, en el sur, en el barrio la Ecuatoriana, existe la mayor densidad de perros en condición de calle por kilómetro lineal, mientras que en Guamaní y Turubamba disminuyó la cifra.
Ecuador Chequea se movilizó por la avenida principal de este barrio y se evidenció que el comercio informal está muy presente, desde venta de ropa hasta comida son los comercios del lugar. Sin embargo, es en los puestos de comida rápida en donde se observan perros sin dueños.
En cada carro de comida, se ven de dos a tres perros. Atentos, miran asar los pinchos, esperando que alguien les lance comida. Los dueños de los puestos les ahuyentan, hay gente que les grita y los perros salen con miedo.
Junto a otros vendedores también hay perros, los comerciantes afirman que no son de ellos, que sólo los ven y les dan comida.
Al recorrer seis cuadras del sector, contabilizamos 20 perros, todos estaban cansados, sacaban su lengua, porque hoy, al sur de la ciudad, ha sido un día soleado.
Dos perros comiendo restos en la Ecuatoriana.
La falta de esterilización es el problema principal
Para la ingeniera Andrea Torres, presidenta de la organización ‘Aulla Ecuador’, las cifras de UBA son ciertas. El incremento es más que notorio. Y considera que el problema parte de la compra de animales, por la raza, o porque son “más bonitos”.
“Al hacer esto, significa que siguen reproduciendo animales y piensan que ya no puedo tener un perrito y le reciban en un refugio. Y si nadie le quiere recibir, los botan a la calle sin esterilizar”, dice.
Torres considera que actualmente no hay la cultura de la esterilización, por lo que los animales se siguen reproduciendo y es una cadena de nunca acabar.
“Por más trabajo que hemos hecho, las organizaciones de rescate también con campañas de esterilización gratuitas, aparte del Municipio, pues le cuento que no se logra frenar al 100%, porque la gente es altamente irresponsable”, asegura.
Con esto también concuerda, la rescatista Cinthya Chalco. Enfatiza que los dueños de los perros no entienden que la no esterilización trae repercusiones “graves”. “No tener la cultura, es no saber que las mascotas se pierden y terminan muertos, atropellados, envenenados o en peleas de perros porque tienen la necesidad de reproducirse más”.
Si se quiere una solución, las leyes deben ser más estrictas
Las dos expertas consultadas consideran que no habría una solución puntual hasta que no haya leyes firmes como: una multa para quiénes no esterilicen a las mascotas o, también, un mayor control por parte de las entidades competentes.
“Dar más veedurías ciudadanas a personas voluntarias para que ayuden al municipio porque ellos no se dan abasto por la gran cantidad de casos que tienen, no es que no hacen su trabajo, sino que de verdad ellos tienen recursos limitados y personal limitado”, afirma Chalco.
“Dar una solución puntual en un país donde no hay leyes firmes y si las hay, no se da cumplimiento. Lamentablemente es muy difícil, sin embargo, sí se puede dar consejos para que la gente primero se eduque y segundo traten de mejor manera a sus animales”, dijo Torres.
Ellas aseguran que mientras más fuertes sean las leyes, la gente puede hacer conciencia. Mientras sean “suaves”, o exista carencia, las personas no harán caso.
“No basta solamente con una multa monetaria, deberían ir a la cárcel tanto los que abandonan, como los maltratadores. Tampoco hay un control en los barrios de Quito que más índices de sobrepoblación y abandono de fauna urbana”, dijo Chalco.
Frente a los resultados, la UBA, informó que hay una clara necesidad de expandir el estudio con el fin de incluir: censo de animales casa por casa, involucrar a instituciones en la gestión de está problemática y poner en marcha la estrategia ‘Dejando Huella’.
“El plan permitirá la determinación de puntos problemáticos, mantener contacto directo con líderes barriales para capacitación constante y así lograr un censo poblacional. Atender casos urgentes y que la UBA pueda llegar a los lugares más necesitados con ferias de salud animal, jornadas de esterilización gratuitas y generar conciencia y responsabilidad ciudadana”, puntualizaron.
¿Qué hacer sí veo un perro en la calle?
Para las consultadas, primero hay que ser un buen ciudadano y no taparse los ojos frente a esta problemática. Chalco, por ejemplo, elaboró una lista con algunos consejos que usted puede tomar:
- Adopta si tienes las posibilidades.
- Se puede ser un hogar temporal hasta encontrar buenos adoptantes.
- Compartir las publicaciones de perros perdidos, que también son parte de la estadística.
- Mostrar empatía con los peludos.
- Llevar siempre croquetas, no sabe cuándo fue la última vez que comió un perro.
- Fuera de su casa coloque un tazón de agua, para que cualquiera pueda tomarlo.
- No vendarse los ojos ante el problema.
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