La duda no está resuelta: ¿las clases podrán ser presenciales este 2020? En el régimen Sierra-Amazonía se inicia un nuevo año escolar el próximo 1 de septiembre; mientras que en el Costa-Galápagos arranca el segundo quimestre. Los cierres provocados por la pandemia afectaron en total a 4.4 millones de estudiantes (2,5 millones del régimen Costa y Galápagos y 1,9 millones del régimen Sierra y Amazonía) a escala nacional.
Con 11 cantones en semáforo verde hasta mediados de agosto de 2020, las medidas para frenar la propagación del coronavirus empiezan a disminuir.
En redes sociales, padres de familia del Centro Educativo Balandra Cruz del Sur, en Guayaquil, expresaron su preocupación por el planteamiento que les hiciera el colegio para un retorno voluntario a la ‘normalidad’. Francisco Fioravanti, directivo de la institución, corroboró la intención de arrancar con un plan piloto de retorno a la presencialidad en septiembre, con el permiso de las autoridades. “Es opcional y se combinará mucho con la virtualidad, no todos van a estar en el colegio al mismo tiempo. Habrá unos tres días presenciales y aplicaremos el distanciamiento y el uso de las mascarillas: al principio para todos los niveles, y después podríamos dejar que los más pequeños no las usen. Es más difícil para ellos”.
Mientras la ministra de Gobierno, María Paula Romo, anunció que se estudia la aplicación de al menos dos proyectos pilotos para reinicio de las clases presenciales en Guayaquil, la alcaldesa de la ciudad, Cynthia Viteri, se mantuvo en que las clases presenciales no se retoman. «No podemos utilizar a nuestros niños y nuestros jóvenes para probar en un plan piloto», argumentó.
¿Es seguro volver?
Un estudio de Jama Pediatrics sugiere que los bebés y los niños pequeños pueden portar cargas virales extremadamente altas del nuevo coronavirus. Los autores encontraron tanto material viral en la garganta y las vías respiratorias de los pequeños como en los adultos infectados y, a veces, 100 veces más que en los adultos. Esta investigación sugiere que los más chicos presentan un riesgo mayor de transmisión a quienes los rodean que los más grandes. El reto principal para un posible retorno a la escuela es que niñas y niños adopten y se adapten a las normas de bioseguridad (uso de mascarillas, lavado de manos constante).
En su sitio web, la Unicef establece recomendaciones para la reabrir los centros educativos, que debería estar acorde con la respuesta sanitaria global de cada país a la COVID-19 para proteger a los estudiantes, profesores, empleados y a sus familias.
Algunas de las medidas prácticas que pueden tomar las escuelas incluyen:
- Escalonar el comienzo y el cierre de la jornada escolar
- Escalonar las horas de comer
- Mover las aulas a espacios provisionales o al aire libre
- Crear turnos para reducir el número de alumnos por clase
La Unesco también estableció un protocolo para el retorno a las escuelas, con base en las experiencias vividas en Asia y África. Este protocolo pone énfasis en evaluar la disponibilidad de docentes, personal de limpieza, suministros e instalaciones de agua, saneamiento e higiene, equipos de protección personal y espacio para asegurar la distancia física.
En Uruguay, que hasta el momento es el único país de América Latina en regresar a clases, la asistencia presencial no es obligatoria. El retorno a las aulas se realizó de manera escalonada, desde el plan piloto en escuelas rurales el 22 de abril, la primera etapa el 1 de junio y desde entonces, en fechas separadas por 15 días, todos los niveles -excepto la universidad- retomaron las actividades presenciales.
¿Cómo han sido las experiencias de la reapertura de escuelas en Europa?
En todos los países de Europa que han reabierto las clases (excepto en España e Italia) se cumplen las reglas básicas de mantener la distancia social, cuidar la higiene y hacer grupos reducidos (un promedio de 15 alumnos por clase).
En Bélgica han establecido las «burbujas de contacto» para los niños de educación inicial y básica. Con este mecanismo les permiten relacionarse solamente con sus compañeros de clase.
En Noruega, los alumnos se dividen en grupos y cada uno va a clase días diferentes de la semana. En Dinamarca van todos juntos, pero los padres no pueden ingresar al colegio.
En Francia están probando, desde mediados de mayo, un sistema de rotación de turnos de 15 alumnos por aula en los colegios. En Holanda los alumnos pueden ir a clase sin mascarillas, pero con estrictas revisiones del sistema de ventilación de escuelas y colegios.
Hasta septiembre tampoco podrán acudir al colegio millones de niños en Reino Unido. Allí, el Gobierno plantea a los padres dar su consentimiento para que se les haga pruebas PCR, para comprender el impacto y las tasas de transmisión del nuevo coronavirus dentro de las escuelas.
¿Cuánto tiempo más se puede sostener la virtualidad?
Las cifras oficiales en materia de conectividad reflejan que Ecuador no estaba preparado para asumir el reto educativo que la pandemia le planteó al mundo. La Encuesta Multipropósito de 2018, del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Inec), reflejó que el 64% de ecuatorianos que residen en la zona urbana tienen acceso a internet, y que el porcentaje de hogares con internet en Ecuador es del 46%.
El plan Aprendemos Juntos en Casa obligó a ampliar las actividades virtuales, lo que se traduce en dificultades para las niñas, niños y jóvenes que viven en zonas rurales. El Ministerio de Educación expone que hay 884.008 estudiantes en áreas rurales distribuidos en escuelas fiscales: 453 862 en régimen Sierra y 430 146 en Costa.
En las zonas rurales, solo el 38 % tiene acceso a Internet: 335.924. Pero 548.084 alumnos no. En las áreas urbanas también hay complicaciones. De los 2.412.861, el 64 % accede a la red. 1.544.231 pueden conectarse, pero 868.630 no.
El Ministerio de Educación afirmó el pasado 21 de julio que en las zonas rurales del país, el retorno progresivo a las aulas será opcional cuando sea aprobado por el COE nacional. «Las familias pueden escoger si envían a sus hijos a la escuela o deciden continuar con el Plan Educativo Aprendemos Juntos en Casa», detalló la ministra.