La desdolarización ha sido un discurso común de ataque político en varios procesos electorales y, hoy, la desinformación también ha sabido valerse del miedo que provoca. Conoce cómo evitar caer en la trampa, a las puertas de la segunda vuelta.
POR: Esteban Cárdenas Verdesoto
“Desdolarizar para bajar sueldos, Daniel Noboa y su propuesta 2025”, dice una publicación en redes sociales. Tiene colores rojos y amarillos, como si fuera un producto salido de un medio de comunicación. Tiene las etiquetas “Noticias” y “Actualidad”. Pero circula otro post casi idéntico: mismos colores, mismas etiquetas, pero el titular cambia: “Desdolarizar para bajar sueldos, Luisa González y su propuesta 2025”.
Esta aparente coincidencia refleja una estrategia de las redes de la desinformación que se ha recrudecido durante los últimos días, a las puertas de la segunda vuelta electoral: el uso del miedo a la desdolarización para atacar, de lado y lado, a ambos candidatos finalistas en la contienda.
El objetivo: vender la idea de supuestos procesos de desdolarización impulsados por los candidatos. Ecuador Chequea ha identificado varias publicaciones —estas no son las únicas— que intentan posicionar esa idea sobre los dos bandos.
https://www.facebook.com/share/p/18kBQFGFYx/?mibextid=wwXIfr
https://www.facebook.com/share/1A6pukaiKg/?mibextid=wwXIfr
Aunque en páginas diferentes y con seguidores que varían, el discurso es el mismo. Vender la idea de que los políticos buscan desdolarizar es una estrategia que ha vuelto a cobrar fuerza en este nuevo proceso electoral, el que verá su nuevo punto clave el próximo 13 de abril cuando todo el país deberá ir a las urnas para decidir quién gobernará por los próximos cuatro años.
Y aunque este tipo de información es falsa, continúa encontrando raíces en redes sociales, desde las que se expande hasta otros espacios con el objetivo de repetir una y otra vez la misma idea; una idea que cala en lo más profundo de los traumas del país al topar un tema doloroso, el feriado bancario y la dolarización.
¿Es este miedo, el miedo a la crisis total, al que buscan apelar las campañas y las estrategias políticas? La respuesta de los expertos es un contundente sí. Pero, por qué se hace eso y qué tan común es usar este tipo de estratagemas. Aquí te contamos:
Estrategia recurrente
Para entender esta estrategia política de descrédito y de desinformación es necesario remontarse al inicio del nuevo siglo. Específicamente a 1999, cuando el país empezaba a conocer el dólar como moneda de intercambio interna y cuando un feriado bancario dejó en bancarrota a miles de personas en todo el territorio.
Para Valentina Tapia, experta en economía política, es este momento el que marcó un antes y un después de lo que es y será Ecuador y que, “debido a cómo se hizo la transición, también es un proceso que ha dejado una huella casi imborrable en la población”.
“Todos tenemos historias de cómo nuestra familia perdió su dinero, se quedó en la calle, entró a una crisis o, incluso, hasta se suicidó luego de que se anunciara el feriado bancario y luego de toda la crisis que vivió el país en ese entonces. Este hecho marcó a toda una población y a toda una generación que, casi de la noche a la mañana, dejó de utilizar la única moneda que conocía y pasó a hacer cuentas en dólares. Algo que afectó en gran medida a todas las familias del país”, dice.
Sin embargo, los expertos coinciden desde hace años en que la dolarización terminó por ser un salvavidas para la economía: evitó la devaluación de la moneda y ha evitado muchas crisis que otros países no dolarizados de la región han enfrentado. Por eso, estas estrategías intentan aprovecharse del miedo a la desdolarización.
“Casi todo político que ha pasado por un cargo público o que ha buscado un cargo de elección popular en algún momento se ha referido a que algún otro, que no es de su línea o de su agrado, busca desdolarizar el país. Ahora, este juego se ve entre Noboa y González, pero se vio también con Correa, con Lasso y con tantos otros que buscan atacarse entre sí”, dice.
Desinformación y el discurso
El uso de la desinformación para atacar a los candidatos en campaña no es nuevo. En cada proceso electoral, se repiten estrategias similares, diseñadas para manipular la percepción de los votantes y sembrar dudas sobre la credibilidad o las intenciones de los contendientes.
La fórmula que usan es simple: se toma un tema que genera temor o emociones fuertes en la población, se crea una narrativa falsa pero creíble y se replica masivamente en redes sociales hasta que una parte del electorado la asuma como real. En Ecuador, la desdolarización es ese punto sensible. Mencionar la posibilidad de que el país abandone el dólar genera una reacción inmediata.
“La dolarización está profundamente arraigada en la memoria colectiva ecuatoriana”, explica Roberto Cáceres, experto en comunicación política. “Cualquier insinuación de desdolarización genera temor, y eso lo saben bien los estrategas de campaña”.
Pero los desinformadores también han entendido bien esto y lo han utilizado en cada campaña presidencial. En 2021, durante las elecciones que enfrentaron a Andrés Arauz y Guillermo Lasso, circularon múltiples publicaciones que aseguraban que Arauz, por ser parte del correísmo, tenía planes de eliminar la dolarización y volver al sucre. En 2017, se dijo lo mismo de Lenín Moreno. Y en 2013, el rumor apuntó directamente a Rafael Correa.
Ahora, con Noboa y González en la contienda, la estrategia se repite. A través de imágenes manipuladas, supuestos titulares de medios y publicaciones en redes sociales, se busca implantar la idea de que cualquiera de los dos candidatos que llegue al poder llevará a Ecuador a una nueva crisis económica. La estrategia consiste en cambiar el nombre del político en cuestión y difundir la desinformación en distintos espacios digitales, apostando a que algunos votantes la crean sin cuestionarla.
Algunos de los ejemplos sobre esto ya se vieron previamente. Sin embargo, existen muchos más. Algunos de estos, o su mayoría, se han focalizado en el ataque al presidente-candidato, Daniel Noboa.
Así, en redes se puede ver supuestas frases en las que Noboa habría dicho: “El dólar genera sueldos muy costosos”. Algo que es falso.
https://www.facebook.com/share/p/1RydAnrNFv/?mibextid=wwXIfr
De igual manera, se publican imágenes usurpando los diseños de medios de comunicación reales en las que se asegura, en formato de noticia, que Noboa habría dicho que los sueldos altos bajarán si se quita el dólar.
https://www.facebook.com/share/p/1UL5oWEz5k/?mibextid=wwXIfr
Y por último, también se encontraron otras publicaciones que, en frases o supuestas citas, dictan que el presidente-candidato habría dicho que sin dólares “el sueldo baja porque baja”.
https://www.facebook.com/share/p/1M3mVhgAQK/?mibextid=wwXIfr
Todos estos ejemplos dan cuenta de cómo la estrategia ha continuado también difundiéndose durante este proceso electoral crítico para el país.
Cáceres asegura que la desinformación y la generación de este tipo de contenido, “en casi todos los casos”, se incluye en los paquetes de comunicación para campaña que contratan y reciben los candidatos. Y, asimismo, la dolarización es uno de los tópicos “que está en su catálogo”.
Cómo operan los generadores de desinformación
La desinformación electoral no es improvisada. Es un proceso bien estructurado que combina diseño gráfico, lenguaje persuasivo y un sistema de distribución eficaz en redes sociales, que termina por difundirse de persona a persona.
“Estas campañas están diseñadas para parecer legítimas”, señala Cáceres. “Los generadores de desinformación utilizan los mismos colores, tipografías y formatos de medios reconocidos para dar credibilidad al mensaje. O dan posts en formato de citas o simplemente crean discursos falsos. No buscan informar, sino confundir”.
Luego, estas publicaciones son difundidas en cuentas de Facebook, X y hasta WhatsApp, aprovechando la facilidad con la que se viralizan los contenidos en estas plataformas.
En algunos casos, la desinformación no proviene de cuentas anónimas, sino de perfiles que se presentan como “noticieros” o “analistas políticos”, pero que en realidad operan con un sesgo claro hacia un candidato o partido. También existen páginas que han sido identificadas como vectores de desinformación y que, elección tras elección, resurgen con nuevas publicaciones adaptadas al contexto político del momento.
Rodrigo Jordán, experto en comunicación e investigador vinculado a temas de desinformación, asegura que los desinformadores buscan, además, apelar a las emociones de las audiencias para poder llegar con más facilidad y garantizar el impacto deseado de su contenido. Así, temas como la dolarización encajan perfectamente en su tipo ideal.
¿Qué buscan esta estrategia?
El objetivo de estas estrategias es claro y no se basa sólo en desacreditar a un candidato, sino en polarizar a la ciudadanía; así lo asegura Cáceres. La desinformación bien dirigida no solo refuerza las creencias de los simpatizantes de un candidato, sino que también provoca reacciones viscerales en sus detractores.
“Una publicación desinformativa bien elaborada es como un virus”, explica. “Si logra insertarse en la conversación pública y genera suficiente indignación, puede volverse casi imposible de desmentir por completo”.
Además, este tipo de contenidos genera ruido en la conversación pública. Al inundar las redes con información falsa o tergiversada, se dificulta el debate sobre propuestas reales y se desvían las discusiones hacia temas infundados. “Esto confunde al votante, le impide acceder a información confiable y, en muchos casos, lo deja con la sensación de que todos los políticos son iguales o que ninguno es confiable”, dice el experto.
El uso sistemático de la desinformación en campañas electorales, sin embargo, no sólo afecta la reputación de los candidatos, sino que también deteriora la confianza en el sistema democrático. “Si los votantes toman decisiones basadas en información falsa, el proceso electoral pierde legitimidad y el resultado puede estar influenciado por engaños en lugar de por propuestas reales; que es algo que ya está pasando con cada vez más fuerza”, añade.
En países con instituciones frágiles y un alto nivel de polarización, la desinformación puede incluso derivar en crisis políticas o sociales. Un ejemplo de esto se vio en Estados Unidos en 2020, cuando una campaña masiva de desinformación sobre un supuesto fraude electoral contribuyó a la toma violenta del Capitolio el 6 de enero de 2021.
Evita caer en sus garras
Los expertos coinciden en que la única forma de contrarrestar la desinformación es con educación digital y verificación constante de la información. Para esto, Jordan habla de algunas alarmas que deben encenderse al detectar cierto tipo de contenido en redes sociales.
Explica que se debe poner el doble de atención cuando una publicación habla acerca de la dolarización o usa al dólar como fuente de información. Además, recomienda estar atento cuando un post cause emociones fuertes, como el enojo, la indignación o tristeza. “Esta es una primera señal”.
Si las alertas se han encendido, es importante que las personas sepan cómo actuar para detectar desinformación y no caer en su trampa. Para esto, te damos algunas recomendaciones y pasos a seguir.
- Verifica la fuente: Si una publicación viene de una página desconocida o un perfil anónimo, es recomendable buscar el mismo dato en medios confiables. Igual, fíjate en el nombre de la página que lo publica, si está usa algo similar a las denominaciones de los medios de comunicación. En ocasiones añaden o cambian palabras para confundir y hacerse pasar por fuentes confiables.
- Revisa el diseño: Muchos contenidos falsos imitan el formato de los medios, pero con pequeños errores en logos, tipografía o colores. Algunos no incluyen los logos completos o cambian el orden de los elementos.
- Busca el contexto: Las declaraciones o propuestas pueden estar sacadas de contexto o manipuladas para cambiar su significado. Recurre a motores de búsqueda como Google para verificar si lo que leíste ha sido dicho por un medio de comunicación confiable o fuentes oficiales. Si estos lo han repetido, puede ser real.
- Evita compartir sin confirmar: Si la información no está respaldada por fuentes oficiales o no encontraste los indicios suficientes que te demuestren que es real, es mejor no difundirla.
A medida que se acerca la segunda vuelta electoral, los ataques y la desinformación aumentan. Tanto Noboa como González seguirán siendo blanco de estrategias diseñadas para desacreditarlos y manipular la opinión pública; así como podrán atacarse entre sí usando estas estrategias. Por esto, es necesario mantenerte alerta en todo momento para evitar ser una víctima más de las garras de la desinformación.
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