En campaña, la Presidenta electa se manifestó hacia la continuidad de la política de López Obrador y ha sido muy crítica con el asalto de Ecuador a la Embajada de su país. Analistas ven muy poco probable una solución al impasse en el corto plazo. 

La recién electa presidenta de México, Claudia Sheinbaum, enfrentará una crisis diplomática que se extiende ya por tres meses desde la ruptura de relaciones con Ecuador. El conflicto se originó tras el asalto a la embajada mexicana en Quito, el pasado 5 de abril, para arrestar al exvicepresidente Jorge Glas y entregarlo a la Justicia, que lo procesa por supuestamente malversar fondos públicos para la reconstrucción de Manabí, tras el terremoto de 2016; además de que tiene dos sentencias en su contra por corrupción. 

Aunque Sheinbaum aún no ha emitido un pronunciamiento oficial como mandataria electa, durante la campaña dejó clara su alineación política con el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), de que no tiene intención de entablar un diálogo con Ecuador ni de restablecer relaciones bilaterales sin sanciones previas.

Así, el 10 de abril, al día siguiente de que AMLO mostrara un video de cámaras de seguridad que registraron el momento de la incursión policial a la Embajada mexicana, Sheinbaum declaró: “(Lo ocurrido) es completamente condenable, viola todos los protocolos internacionales y es una violación a la soberanía de México, no tiene otro nombre”.

“El video de la entrada violenta a la Embajada de México en Ecuador que dio a conocer el presidente en su mañanera, provoca una enorme indignación”, declaró en ese entonces Sheinbaum.

SIN SOLUCIÓN A LA VISTA

En pocas palabras, la crisis política sigue sin una solución a la vista, sin registrar avance alguno en aproximaciones reales para retomar el diálogo entre ambos gobiernos. Esto luego de que la actual ministra de relaciones de México, Alicia Bárcena, realizara un aclaración con la cual hizo volar por los aires la aspiración de su homóloga ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld, de que Suiza medie en el conflicto diplomático.

Bárcena aclaró que al Gobierno suizo se le ha pedido única y exclusivamente que actúe como canal diplomático entre ambas naciones, pero no para el restablecimiento de las relaciones, sino sólo para que se salvaguarden los bienes de la Embajada mexicana en Quito. Bárcena remató: “México no busca diálogo con Ecuador. Ese quedó cancelado tras el asalto a nuestra Embajada y seguirá en la Corte (Internacional de Justicia de las Naciones Unidas)”.

ESTANCAMIENTO

Analistas internacionales consultados por Ecuador Chequea coinciden en que la llegada al poder de Sheinbaum reduce las posibilidades de restablecer las relaciones diplomáticas entre Ecuador y México en el corto plazo. Así, explicaron, los dos países están en un «estancamiento» diplomático que podría empeorar con la próxima resolución de la Corte Internacional de Justicia sobre sus demandas mutuas.

Esteban Santos comentó: «Espero estar equivocado, pero las posibilidades de restablecer las relaciones son nulas. Sheinbaum no sólo ganó, sino que barrió con 30 puntos de diferencia. Tendrá absoluta gobernabilidad y ha anticipado que no sólo continuará, sino que profundizará el legado de López Obrador».

Santos recordó que la CIJ no es un foro para facilitar acuerdos diplomáticos, ya que su función es resolver disputas legales. Destacó que el espacio para la diplomacia es el bilateralismo, donde México ha adoptado una postura firme al expresar su falta de interés en dialogar con Ecuador. Por lo tanto, según Santos, el veredicto de la CIJ sobre la disputa entre los dos países no afectará en absoluto la voluntad de aquellos que deseen establecer relaciones diplomáticas con uno u otro.

Similar previsión expresó el excanciller y analista internacional Francisco Carrión, tras recordar que el nuevo Gobierno mexicano tendrá la misma línea política que el actual. “Todo haría pensar que el asunto va a continuar como ahora, no veo mayor posibilidad de cambio”.

La catedrática de relaciones internacionales Gabriela Rosas consideró que, para una posible solución, lo político tiene más peso que lo jurídico, como lo demostró, aunque en un caso diferente hace más de una década, el descongelamiento de las relaciones entre Ecuador y Colombia cuando este último cambió de gobierno. Esta reconciliación se produjo después de un año de ruptura, que ocurrió tras la incursión colombiana en la zona amazónica ecuatoriana de Angostura, en marzo de 2008, con el objetivo de eliminar a un líder de las FARC.

«También es importante tener en cuenta que estamos en un año prelectoral y es necesario observar cómo se va perfilando el panorama», expresó Rosas. «En caso de que este Gobierno sea reelegido, complicaría aún más las relaciones diplomáticas con México, que continuarán igual de tensas».

La CIJ puede facilitar jurídicamente la resolución de disputas y controversias entre ambos países», comentó Rosas. «Sin embargo, el restablecimiento propiamente dicho depende de las gestiones políticas y diplomáticas que concreten ambas partes». En el actual momento, esto resulta sumamente difícil. Ecuador ha mostrado voluntad política para ello, mientras que México ha insistido más en la aplicación de sanciones internacionales, comentó.

«Buscarán medidas de reparación, entre ellas medidas económicas, y posiblemente estas puedan ser muy fuertes. Entonces debemos estar preparados», agregó Rosas.

SALIDA POLÍTICA

El escenario de estancamiento diplomático se ve agravado por el previsible conflicto político que puede enfrentar Ecuador al inicio del próximo periodo de elecciones presidenciales en 2025. El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, planea participar en estas elecciones, pero ha manifestado su intención de no ceder temporalmente el poder a la vicepresidenta Verónica Abad, con quien mantiene un enfrentamiento abierto.

«Es incierto si Abad sucederá a Noboa, pero es evidente que tiene una política internacional completamente diferente a la del actual presidente», dijo Santos, señalando que en un escenario de tanta convulsión e inestabilidad política, la continuidad de Sheinbaum en la Presidencia de México ha dejado claro que su línea roja es la entrega de Glas, algo inaceptable para el Gobierno de Noboa. «La única salida realista para llegar a un acuerdo es que ambas partes depongan estas posiciones», agregó.

RESOLUCIÓN DE LA CIJ

En medio del complejo panorama político y judicial, tanto Ecuador como México aguardan la sentencia definitiva de la Corte Internacional, después de que ésta desestimara la solicitud de medidas cautelares de México tras la incursión del cinco de abril en su embajada en Quito. La CIJ determinó que Ecuador ya había ofrecido garantías para proteger las instalaciones diplomáticas mexicanas en el país.

«Esta resolución, sea cual sea», comentó el abogado internacionalista Esteban Santos, «no puede obligar ni a Ecuador ni a México a restablecer sus relaciones diplomáticas, ya que esto corresponde a las decisiones soberanas de sus políticas exteriores».

El excanciller Carrión recordó que para el actual Gobierno mexicano la resolución de la CIJ es prioritaria para su decisión de impulsar que se imponga una sanción internacional a Ecuador. “El presidente López Obradror ha dicho que se seguirá el juicio y que Ecuador se atendrá a las consecuencias que la CIJ resuelva”.

Y esta posible resolución puede ser una sanción a Ecuador, dijo Carrión luego de recordar que fue un error invadir la embajada de México, lo que fue una violación a las conveciones de Viena y de Carácas sobre derechos diplomáticos. 

‘PERDEMOS TODOS’

Los analistas consultados coincidieron en señalar que en la actual crisis diplomática, «todos perdemos», debido a las dificultades que enfrentan los ciudadanos de ambos países para realizar trámites consulares en terceros países mientras las relaciones diplomáticas están congeladas o estancadas. Estos trámites son necesarios tanto para personas en situación de movilidad humana como para asuntos comerciales o turísticos.

El excanciller Francisco Carrión comentó que el efecto inmediato es que miles de migrantes ecuatorianos que atraviesan Centroamérica y México estarían en total indefensión, ya que no tienen consulados en México. “Anteriormente, había dos consulados ecuatorianos en el país que podían brindar ayuda, pero ahora no hay ninguno”, dijo.

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