La demanda de regalos por el Día de la Madre reactiva la economía en la capital. En pastelerías, papelerías, restaurantes y otros locales las expectativas son altas; y toda la creatividad está puesta, tanto en la decoración como en las promociones.
POR: Juan Camilo Escobar
“El Día de la Madre siempre es una verdadera locura: se vende todo, el 100%”, dice Allison Celi, mientras mueve las manos tras el mostrador de una pastelería en el norte de Quito. Acomoda con cuidado una caja de chocolates blancos decorados con corazones rojos y la frase “Feliz día, mamá”. Sonríe y señala que este día supera incluso las ventas de otras grandes celebraciones del año, como Navidad, San Valentín y el Día del Padre.
Celi y los responsables de otras dos panaderías, dos florerías y dos bazares consultados por Ecuador Chequea coincidieron en que, por estas fechas, las preocupaciones económicas parecen quedar en pausa. Todos los consultados señalaron, sin dudar, que el Día de la Madre es una fecha clave que impulsa sus ventas de manera significativa.
El Día de la Madre no sólo representa un aumento en las ventas, sino también una oportunidad para que los pequeños negocios se mantengan a flote en los tiempos difíciles de los que hablan las estadísticas oficiales: en 2024, la economía ecuatoriana registró una contracción del 2% en su Producto Interno Bruto (PIB), según cifras preliminares del Banco Central, muy por debajo de la previsión inicial de un crecimiento del 1%. Este retroceso marcó la tercera caída anual desde que Ecuador adoptó el dólar como moneda oficial, en el 2000.
El desempeño negativo superó las proyecciones más pesimistas de los organismos multilaterales. El Fondo Monetario Internacional (FMI) había estimado una caída del 0,4%, mientras que el Banco Mundial había anticipado una contracción del 0,7%. La desaceleración, según el Banco Central, fue el resultado de una combinación de factores estructurales y coyunturales, como la crisis de los cortes eléctricos prolongados, que afectaron la producción industrial y comercial; el deterioro de la seguridad en varias provincias; y una caída en el consumo.
Sin embargo, ese escenario económico parece quedar relegado en la previa del Día de la Madre: los responsables de los negocios consultados indican que la actividad comercial comienza a incrementarse de forma paulatina durante la semana, se intensifica en la víspera y, el mismo día, “es una locura”, enfatizan.
Así, Celi cuenta, por ejemplo, que en los cuatro años que trabaja en esta panadería ha constatado que “el Día de la Madre es tan especial” que moviliza tanto las ventas que incluso cualquier crisis económica pasa desapercibida. “La gente hace lo que sea para celebrar a su madre. Y, claro, nosotros tenemos opciones para todos los bolsillos: desde pastelitos personales de $1,75, que compran los niños, hasta tortas grandes y brazos gitanos de $9”, explica.
“Es una inversión segura”, dice Celi, refiriéndose al hecho de que no existe el menor riesgo de pérdida en una jornada como esta. Sin embargo, agrega, la intensidad de la demanda implica jornadas laborales largas y agotadoras. “Trabajamos desde el día anterior, porque, como se dice, hasta nos faltan pasteles. Siempre hay clientes que compran dos, tres, o regresan por más”. Ese día, sigue, muchos clientes llegan a su pastelería con apuro, algunos con flores en la mano o niños que eligen los pasteles más pequeños o vasos de gelatina con la misma solemnidad con la que se escoge un regalo de lujo.
Según reportes de la Cámara de Comercio de Quito (CCQ), recopilados por La Hora, la semana previa a la celebración del Día de la Madre representa un periodo clave para el dinamismo económico del país.
“Existe una expectativa positiva en el sector. Tras las elecciones presidenciales, hemos percibido una recuperación en la actividad comercial y un mayor dinamismo en ciertos segmentos. Hay optimismo frente al Día de la Madre, una de las fechas claves para el comercio ecuatoriano, y esperamos que se traduzca en un repunte de ventas. La próxima semana podremos compartir un análisis más completo con datos consolidados”, comenta la presidenta del gremio, Mónica Heller.
DINAMISMO LIMITADO
El director del Observatorio de la Pequeña y Mediana Empresa de Ecuador de la Universidad Andina, Wilson Araque, afirma que el Día de la Madre, celebrado el segundo domingo de mayo, representa un impulso estacional para ciertos sectores económicos.
“Desde la tradición, esta fecha promueve el consumo, ya que las personas buscan obsequios, organizan almuerzos o salen a restaurantes en familia. Esa dinámica termina generando una reactivación económica”, explica.
Sin embargo, Araque destacó que la actual situación económica del país limita el impacto de esta tradición. «La economía se encuentra en un estado de stand-by, sin una recuperación efectiva. La población enfrenta recursos limitados, lo que podría reducir el dinamismo económico que históricamente ha acompañado esta fecha», señala.
El economista recordó que esta situación no es nueva, sino que se arrastra desde la pandemia, periodo tras el cual el crecimiento económico ha sido débil y la generación de empleo insuficiente. “El dinamismo que normalmente acompaña esta fecha sería mayor, si el país atravesara un momento económico más favorable”, sostiene.
A pesar de que la celebración del Día de la Madre generalmente impulsa la actividad comercial, Araque indicó que este año el movimiento comercial podría no alcanzar las expectativas. «Las pequeñas empresas continúan ofreciendo productos tradicionales, como ropa y alimentos típicos de la temporada, pero deben proceder con cautela, ya que el dinamismo económico probablemente no sea el mismo que en años con mejores condiciones», advierte.
Araque recomendó que los negocios que aprovechen esta fecha apuesten por estrategias innovadoras para lograr un mejor impacto de sus productos o servicios en el mercado.
BÚSQUEDA DE OFERTAS ASEQUIBLES
Patricia Loja, responsable de una florería, señala que conoce muy bien el negocio. Por eso asegura que “luego de los apagones, que destrozaron la economía de medio Ecuador”, muchos consumidores aún no tienen los recursos que ellos quisieran para comprar arreglos florales ‘premiun’, es decir, los más frondosos y con diseños estilizados.
“Después de todo lo que hemos vivido, la situación está complicada. La gente no tiene el dinero que quisiera para gastar en flores caras”, dice Loja, al explicar que este año decidió adaptar su oferta, optando por opciones más accesibles, especialmente dirigidas a niños y adolescentes: globos metálicos, con precios que varían entre 50 centavos y un dólar con 50 centavos y globos burbuja, de tres dólares.
“Lo que más vendemos son ramitos desde un dólar, y de ahí los precios suben hasta los cinco o máximo seis dólares. No podemos exagerar, porque la mayoría de nuestra clientela es popular. Conocemos el mercado y sabemos hasta dónde podemos llegar”, agrega.
COMPETENCIA
Camila Recalde, una joven que trabaja en un bazar en el norte de Quito, señala que, para diferenciarse en un mercado saturado de opciones similares en vísperas del Día de la Madre, ofrece “tarjetas personalizables al instante”, las cuales imprime en cartulina especial, similar al papel martillado.
Para ello usa Canva, una plataforma de diseño en línea, para crear dedicatorias únicas de las tarjetas que acompañan los obsequios y preguntar el nombre de la madre a quien va dirigida la tarjeta. “Sin innovar, es imposible competir con la cantidad de bazares que ofrecen lo mismo”, dice Recalde, mientras miraba las vitrinas llenas de chocolates, peluches y arreglos de flores eternas que ella misma arma con paciencia
A dos días del Día de la Madre, la panadería de Celi se prepara con globos rojos y letreros alusivos a la fecha. Una empleada afinaba los últimos detalles de la decoración con esmero. El objetivo era claro: que el local luzca impecable y atraiga la atención de los transeúntes.
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