Por segundo año consecutivo, Ecuador registra un retroceso en el Índice de Percepción de la Corrupción, con una puntuación de 32 sobre 100, la más baja en los últimos 9 años. Un informe de Transparencia Internacional ubica al país en el puesto 121 de 180 evaluados, una caída continua desde 2021.
POR: Juan Camilo Escobar
Ecuador registra una preocupante caída en la lucha contra la corrupción, alcanzando apenas 32 puntos sobre 100 en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2024, según el informe que ayer publicó Transparencia Internacional.
Este puntaje no sólo representa un descenso de dos puntos respecto a 2023, sino que también lo devuelve a los niveles más bajos de la última década (2012 y 2015), ubicando a Ecuador en el puesto 121 de 180 países evaluados.
Según los datos de Transparencia Internacional, Ecuador experimentó una leve mejora entre 2017 y 2020, cuando su puntaje pasó de 32 a 39 y su posición en el ranking global subió del puesto 117 al 92. Sin embargo, desde 2021 la puntuación ha caído nuevamente, perdiendo siete puntos en cuatro años y retrocediendo 29 posiciones en el ranking.
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Este índice, que mide la percepción de la corrupción en el sector público, se basa en evaluaciones de expertos y encuestas a empresarios y otros actores sociales. Un puntaje más alto indica una menor percepción de corrupción, mientras que una puntuación baja refleja altos niveles de opacidad y corrupción: 0 (altamente corrupto) a 100 (transparente).
La Fundación Ciudadanía y Desarrollo (FCD), en su calidad de punto de contacto de Transparencia Internacional en Ecuador, señaló que el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) se elabora anualmente desde 2012 para evaluar la corrupción en 180 países, utilizando fuentes como indicadores del Estado de derecho, libertad de expresión, libertades económicas, derechos humanos y entrevistas con actores políticos, empresariales y de la sociedad civil.
“El IPC evalúa al país con relación a temas como las libertades civiles, el Estado de derecho y el funcionamiento de las instituciones. Este descenso en el IPC refleja, en parte, el empeoramiento de Ecuador en otros índices clave, como el Estado de derecho y la libertad de expresión y de prensa", señaló el director de la FCD, Mauricio Alarcón. "Como resultado, estamos viendo una caída en el IPC”, agregó.
Alarcón advirtió que la situación en Ecuador se ha deteriorado por la “deficiente institucionalidad, violación sistemática del Estado de derecho, impunidad generalizada y una legislación inadecuada que no se aplica”. Destacó casos de corrupción como ‘Metástasis’, ‘Purga’ y ‘Encuentro’, los cuales han expuesto nexos entre la justicia, el crimen organizado y las economías ilícitas.
“Poner en evidencia las redes de corrupción, la infiltración del narcotráfico y el crimen organizado, y la impunidad que prevalece, así como la falta de estabilidad institucional que impide la renovación de la Corte Nacional de Justicia y la Corte Constitucional, pone al país en esta situación crítica”, afirmó Alarcón, tras explicar que la caída en este índice también se explica por la percepción general sobre la estructura del Estado ecuatoriano.
“Estamos entre la media más corrupta del mundo y de América Latina”, sostuvo el representante, luego de recordar la caída más grande registrada del país en este índice en casi una década.
Además, destacó que la ausencia de mecanismos de prevención de la corrupción, como las declaraciones obligatorias de conflicto de intereses de funcionarios, sigue causando desconfianza en la comunidad internacional. Como se recuerda, en 2021 la Asamblea Nacional archivó el proyecto de ley para implementar esta medida, en medio de críticas de distintos sectores de desinterés de los partidos políticos en introducir este tipo de reformas legales.
EN EL MUNDO
Más de dos tercios de los 180 países evaluados por Transparencia Internacional obtuvieron menos de 50 puntos en la escala.
Así, a nivel global, la corrupción sigue siendo un problema persistente, con más de dos tercios de los países obteniendo menos de 50 puntos. Ecuador, con una puntuación por debajo de la media global (43 puntos), se encuentra dentro del grupo de países con problemas serios de corrupción.
Uruguay, el país latinoamericano mejor clasificado, ocupó el puesto número 13 a nivel mundial, con una calificación de 76 puntos, superando a potencias como Alemania, Japón y el Reino Unido.
Dinamarca, Finlandia y Singapur encabezan el ranking con las puntuaciones más altas, reafirmando su reputación como las naciones con menor percepción de corrupción en el sector público. En contraste, Venezuela, Somalia y Sudán del Sur se encuentran en los últimos puestos, afectados por conflictos prolongados, crisis económicas y políticas y “debilidad institucional”, señala el organismo.
Transparencia Internacional advierte que la corrupción está profundamente arraigada en los países con los puntajes más bajos, donde "la fragilidad y los conflictos han socavado los mecanismos de control y rendición de cuentas".
LA COYUNTURA ELECTORAL
Según un monitoreo realizado por la Fundación Ciudadanía y Desarrollo sobre las organizaciones políticas que participaron en las elecciones presidenciales del 9 de febrero, ninguna ha cumplido con la obligación legal de reportar sus ingresos y gastos de manera quincenal.
En este contexto, la organización señaló que el Consejo Nacional Electoral (CNE) no ha tomado medidas, dado que la ley permite a las organizaciones políticas presentar los informes finales hasta 90 días después de las elecciones y corregir errores dentro de un plazo de hasta dos años. Además, la FCD advirtió que las organizaciones políticas no muestran interés en reformar el Código de la Democracia para subsanar esta situación..
¿Y LAS SOLUCIONES?
El director de la FCD, Mauricio Alarcón, destacó que para abordar la corrupción estructural en Ecuador es esencial que ciudadanos, autoridades e instituciones trabajen en conjunto para superar lo que describió como “tres círculos” de corrupción.
En primer lugar, Alarcón subrayó la necesidad de dejar de considerar la corrupción como algo inevitable. “Lo más urgente es que dejemos de normalizar la corrupción. Actualmente, vivimos una situación en la que hemos aceptado la corrupción como un mal necesario. Los ciudadanos deben entender que no deben ser corruptos para obtener servicios básicos como un pasaporte o educación pública", expresó.
El segundo círculo, según Alarcón, es la restauración de las instituciones del país. “Es vital devolver al país su institucionalidad, asegurando que las instituciones funcionen correctamente y cuenten con autoridades estables que no garanticen impunidad”, explicó.
El tercer círculo se refiere a la aplicación efectiva de las leyes. “Las leyes no deben quedar guardadas en archivos, sino que sus disposiciones deben ser cumplidas y su incumplimiento debe ser sancionado", concluyó.
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