Este domingo te acompañaremos durante esta jornada: cobertura en vivo, la llegada de los candidatos, los detalles más relevantes, programas especiales… y, por supuesto, el fact-checking en vivo, que nuevamente haremos junto a GK.
POR: Juan Camilo Escobar
Este domingo, a partir de las 20:00, los candidatos presidenciales finalistas, Daniel Noboa y Luisa González, se enfrentarán en el debate obligatorio organizado por el Consejo Nacional Electoral. Ecuador Chequea activará su equipo periodístico durante todo ese día, para llevarte lo mejor de la cobertura, los datos más relevantes sobre el debate, el proceso y los candidatos.
Además, retomamos nuestra alianza con GK para hacer el fact-checking en vivo del debate.
Esta nueva ronda de fact-checking tiene como objetivo analizar y corroborar la veracidad de las afirmaciones, cifras y propuestas de ambos aspirantes, con el fin de proporcionar al electorado información precisa, respaldada por datos verificables.
El proceso de verificación en tiempo real se centrará en una serie de criterios clave: la exactitud de las estadísticas presentadas, la transparencia de las fuentes utilizadas, y la consistencia de los argumentos con relación con los hechos: no sólo identificarán afirmaciones incorrectas o manipuladas, sino que también ofrecerán el contexto necesario para que los votantes puedan comprender la información.
La importancia de la cobertura y el fact-checking
En tiempos de elecciones la desinformación se propaga con la velocidad de un virus, infiltrándose en los discursos, las redes sociales y las estrategias de campaña. Para ciudadanos, expertos en comunicación y políticos, su presencia es innegable: no es sólo un subproducto del proceso electoral, sino una herramienta deliberada de la “campaña sucia” destinada a erosionar la credibilidad del oponente.
Además, a dos días del debate presidencial de los dos finalistas, la correísta Luisa González y el presidente-candidato Daniel Noboa, el fenómeno adquiere una urgencia particular. Los dos finalistas se preparan para un enfrentamiento que podría redefinir la contienda y moldear la voluntad del electorado. En juego no sólo está la segunda vuelta, prevista para el 13 de abril, sino la percepción misma de la realidad en un país donde la política se libra tanto en las urnas como en la narrativa que la precede.
Pablo Escandón, especialista en cultura digital y catedrático de la Universidad Andina Simón Bolívar, recuerda que durante los períodos electorales, la desinformación se intensifica, afectando principalmente a un electorado cautivo que consume información sin cuestionarla. Este fenómeno, advierte Escandón, refuerza los sesgos preexistentes de los votantes, ampliando la polarización y consolidando las estrategias comunicacionales de los candidatos.
«La desinformación reafirma las creencias y decisiones que ya hemos tomado, agrandando la brecha entre posturas políticas y dándole mayor fuerza a los mensajes de campaña», explica Escandón. Agrega que, dentro de los planes de campaña, muchos candidatos incorporan estrategias de desinformación como una herramienta para descalificar a sus adversarios y atraer a los indecisos mediante mensajes cargados de emotividad.
En redes sociales, este tipo de propaganda se ve amplificada por la presencia de trolls, granjas de bots y contenido falso, generando una «campaña sucia» permanente que se intensifica en momentos clave del proceso electoral. «Se está utilizando inteligencia artificial para la creación de deepfakes, videos o audios manipulados que parecen reales y refuerzan la percepción pública sobre ciertos candidatos», advierte Escandón
Ante este panorama, el experto recomienda que los ciudadanos acudan directamente a las fuentes oficiales de los candidatos y eviten caer en la desinformación viralizada en redes sociales. «Es clave recurrir a medios de comunicación con trayectoria y periodistas con credibilidad, así como a plataformas especializadas en fact checking, como Ecuador Chequea, que permiten verificar la validez de la información», enfatiza Escandón.
Gustavo Cusot, doctor en comunicación y catedrático de la Universidad San Francisco de Quito, considera que la creciente saturación de canales informativos está dificultando el acceso a información de calidad en Ecuador. Destacó la importancia de contar con fuentes confiables, páginas de buena reputación y sellos de credibilidad para evitar caer en la trampa de la desinformación, especialmente en tiempos electorales.
“Hoy en día, tener buenas fuentes sigue siendo valioso; si la información proviene de una fuente dudosa o no fidedigna, es crucial validar su veracidad”, afirmó Cusot. Subrayó la necesidad de desarrollar un criterio sólido a la hora de elegir qué fuentes consultar. “Es indispensable cotejar la información, buscarla en otras fuentes confiables y, si no se encuentra en una fuente verificada, no debe considerarse confiable”, agregó.
El académico también señaló que, durante las campañas electorales, se incrementa la difusión de información diseñada para desvirtuar la imagen del oponente. “Muchos mensajes son exagerados o incluso falsos, lo que forma parte de la ‘campaña sucia’, una estrategia que busca manipular y condicionar la percepción pública con fines electorales”, afirmó Cusot. Esta práctica, según el académico, se vuelve aún más peligrosa cuando los ciudadanos se limitan a leer titulares confusos sin profundizar en el contenido.
Cusot advirtió que este tipo de desinformación no sólo afecta a la campaña de los candidatos, sino que representa un riesgo significativo para la democracia. “La apreciación previa que un elector pueda tener sobre un candidato o partido político condiciona su percepción, y cualquier información puede ser tomada como verdadera, aunque no lo sea”, explicó.
ANTECEDENTE
En el debate presidencial del 19 de enero, los candidatos discutieron temas cruciales, como la seguridad, la eficiencia del Estado y la economía. A lo largo de más de tres horas de intervención, presentaron sus propuestas y se confrontaron sobre sus visiones para el futuro del país. Sin embargo, en sus discursos también surgieron datos y cifras que resultaron ser erróneos o imprecisos, lo que refleja una peligrosa tendencia a la desinformación en la política ecuatoriana.
Para garantizar la transparencia y verificar la veracidad de las afirmaciones hechas, los medios Ecuador Chequea y GK realizaron un fact-checking en tiempo real durante el evento. Se verificaron un total de 20 declaraciones de los candidatos, de las cuales la mayoría (9) estuvieron relacionadas con el eje de seguridad, un tema crucial en la agenda electoral.
De las verificaciones realizadas, la gran mayoría resultaron imprecisas, engañosas o falsas: 8 de las afirmaciones fueron calificadas como imprecisas, mientras que 6 fueron consideradas engañosas y 3 fueron falsas. Esto plantea serias dudas sobre la precisión de la información proporcionada durante el debate.
CRITERIO EXPERTO (EN PRIMERA PERSONA):
“Es crucial que nos convirtamos en ‘arquero’ y ‘stopper’ de la desinformación”,
Laura Zomer, CEO y cofundadora de Fact Chequeado y cofundadora de la Red Latam Chequea, comentó:
“El papel del fact-checking en periodos electorales es crucial, pero, en realidad, es fundamental en todos los periodos. Sin embargo, en elecciones los ciudadanos prestan mayor atención a las declaraciones de los políticos, y es en esos momentos, o durante crisis como la pandemia u otras crisis sociales, cuando el trabajo de los fact-checkers cobra aún más relevancia.
Nuestro trabajo es esencial porque nos encargamos de diferenciar lo dicho de lo hecho, utilizando los mejores datos disponibles. Nos encargamos de separar la ficción de la realidad y, en resumen, aportamos información y contexto para que la gente pueda tomar decisiones más informadas, no sólo en el ámbito electoral, sino también en cuestiones relacionadas con la salud o la vida cotidiana.
Para evitar que los ciudadanos se conviertan en víctimas fáciles de los desinformantes durante los periodos electorales, recomendamos recordar que quienes lucran con la desinformación siempre apelan a nuestras emociones.
Si los contenidos que recibes en tu celular o ves en redes sociales te generan enojo, tristeza o frustración, es posible que esa sea la intención de los desinformantes: manipularte para que compartas ese contenido sin cuestionarlo. La clave es detenerse y preguntarse: ¿quién originó este contenido? ¿Cuál es la fuente? ¿De dónde proviene? ¿Es de la región o del momento que dice ser esa imagen?
El consejo número uno es que, si un contenido te llama especialmente la atención y juega con tus emociones, te detengas y actives tu pensamiento crítico, formulando estas preguntas básicas.
Otra recomendación importante es tener en cuenta que, en la actualidad, la inteligencia artificial generativa facilita la creación de imágenes, videos y audios muy realistas, pero alterados, con voces de líderes, personajes públicos e incluso de familiares. Es crucial que nos convirtamos en ‘arquero’ y ‘stopper’ de la desinformación.
En lugar de contribuir al negocio de la desinformación y permitir que las plataformas sigan obteniendo beneficios de ello, cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de actuar como un «arquero». Cuando recibas contenido sospechoso, que no esté claro en cuanto a su origen o que no tenga una fuente confiable, lo mejor es descartarlo, detenerlo y evitar que siga circulando y causando daño.
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