La verificación de datos, o verificación de hechos, de hechos de interés público y declaraciones de figuras públicas se ha convertido en una tendencia mundial. Esta práctica se remonta a uno de los principios básicos del periodismo, como el contraste de fuentes.
Gracias al desarrollo tecnológico y la disponibilidad de información en Internet, la verificación de datos abre nuevas posibilidades para la exploración en bases de datos oficiales e independientes. El objetivo principal es guiar al público en la toma de decisiones para no quedarse con una sola versión de los hechos. Es una oportunidad para reivindicar el periodismo.
En medio de la transformación de la concepción de los medios debido a la web 2.0, propuse este estudio experimental en colaboración con dos medios digitales que verifican el discurso público: Ecuador Chequea y Gk.city.
Los periodistas de ambos sitios trabajaron con 15 estudiantes de periodismo de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) durante enero y febrero de 2017 para verificar los datos del discurso de los ocho candidatos presidenciales.
La verificación de los datos es difícil de sostener en Ecuador porque requiere inversión continua, dedicación exclusiva e investigación en profundidad por parte de los periodistas.
Más allá de las declaraciones, la verificación de datos es una necesidad, no solo del periodismo, sino también de los ciudadanos, para fortalecer la transparencia y construir sociedades informadas para una mejor toma de decisiones en democracia. Por lo tanto, el objetivo de este estudio es determinar la factibilidad de realizar una verificación de hechos en los medios ecuatorianos.
¿Cómo monitoreamos a los candidatos presidenciales?
El 3 de enero de 2017, se iniciaron oficialmente las campañas electorales de Ecuador. El intenso trabajo de verificación de las declaraciones habladas fue realizado por estudiantes de periodismo en la USFQ que analizaron las ocho parejas de candidatos a la presidencia y vicepresidencia en colaboración con Gk.city y Ecuador Chequea. En ambos sitios, un grupo de 15 estudiantes verificó las declaraciones durante cuatro semanas, desde el 16 de enero hasta el 10 de febrero de 2017, hasta siete días antes de las elecciones.
La metodología en el trabajo de campo con los alumnos abarcó seis pasos:
1. Taller explicativo sobre el proceso de investigación de los estudiantes de periodismo de la USFQ con editores de los sitios involucrados: Iván Flores ** (Ecuador Chequea) y Lisette Arévalo (Gk.city).
2. Distribución del trabajo colaborativo y organización de equipos entre los estudiantes de periodismo para el seguimiento de los candidatos.
3. Observación y seguimiento del discurso presidencial en medios, eventos públicos y sus redes sociales.
4. Aprobación del profesor y luego del editor, y análisis (relevancia pública y contenido) de las declaraciones comprobables dichas por los candidatos presidenciales.
5. Confirmación de datos con fuentes oficiales y no oficiales para calificar la veracidad de la declaración. Primera revisión por parte del profesor y segunda por los editores.
6. Informe semanal realizado por los equipos de estudiantes como un informe de seguimiento de cada declaración verificada entregada
7. Evaluación académica y argumentativa de los estudiantes de periodismo de la USFQ en la práctica de verificación de hechos.
Como su maestra, organicé la clase en parejas y les asigné un candidato para que los supervisara. Los editores de Gk.city y Ecuador Chequea explicaron sus procesos de verificación y el rango de valoración que aplican a las declaraciones verificadas.
Con Gk.city, acordamos entregar una declaración verificada de un candidato cada semana. Sin embargo, no siempre fue posible obtener declaraciones de todos, porque había candidatos que rara vez incluían datos verificables en sus discursos. Generalmente, cuando hablaban, se concentraban en ofertas y promesas de campaña.
Con Ecuador Chequea, para evitar repetir las mismas funciones o no competir entre los medios de comunicación, el compromiso fue participar en la verificación de las declaraciones del primer debate presidencial del 25 de enero y publicar la verificación al día siguiente.
Brechas entre discurso, datos e información pública.
El discurso de los candidatos no fue uniforme. Tratan de convencer a los ciudadanos a votar por ellos, incluso si eso significa mentir. Se dedican a la retórica deliberativa para lograrlo. Se trata de la auto promoción. Para ellos, la verdad con datos no es lo más importante porque no sirve para persuadir. Por otro lado, las promesas hacen.
Sin embargo, las declaraciones tienden a ser más persuasivas cuando provienen de fuentes confiables o altamente creíbles. Y la credibilidad no nace de la noche a la mañana, se construye poco a poco y se puede destruir en minutos.
Dado esto, el trabajo de los verificadores de los hechos conlleva una gran responsabilidad en las temporadas electorales. Como todos los periodistas, tienen una misión con su público. Formalmente, escriben para un amplio público democrático, pero también proporcionan información destinada a ayudar a los ciudadanos a decidir su voto en las urnas o en sus vidas.
Pero la verificación de los hechos requiere tiempo y dedicación exclusiva que los periodistas no tienen. «El trabajo de los verificadores de hechos no se ajusta al de las salas de redacción, en las que la prisa tiene prioridad sobre el trabajo más riguroso de verificación y más documentación», dijo Iván Flores. Es cierto que el ritmo es diferente, hay más rigor, pero no mucho tiempo. Si pasan muchos días, la coyuntura de la información se pierde y el tema puede ser olvidado o suplantado por otra novedad.
La carrera electoral fue una circunstancia convincente para los estudiantes. Sin embargo, también fue una puerta abierta a las fuentes. En tiempos de campaña, todos los candidatos quieren hablar. Aunque había muchos discursos para monitorear, había poca información para recopilar en ellos.
Problemas para acceder a la información.
La legislación en varios países, especialmente los de Europa, reconoce la importancia del acceso a la información. Ecuador no está fuera de esta tendencia. Cuenta con la Ley Orgánica de Transparencia y Acceso a la Información Pública (LOTAIP), que está vigente desde 2004. Sin embargo, este reglamento no obliga, sino que promueve, precisamente, el acceso, la disponibilidad y la entrega de información a cualquier ciudadano.
Entonces, si hay inconsistencias y falta de datos, la entidad no está obligada a producir información que realmente no existe en los registros públicos.
En la práctica de verificar los hechos con estudiantes de periodismo de la USFQ, tuvimos varios problemas en este sentido debido a la falta de información o la inconsistencia de los datos de las entidades públicas a cargo de emitirlos. El resultado de este inconveniente fue la no publicación de la declaración porque no se pudo verificar.
Además de la falta de información, también hay información no divulgada. El Consejo de Seguridad Nacional puede clasificar ciertos datos como reservados bajo la protección de la seguridad nacional.
En resumen, aunque existe una ley que permite, en términos de discurso y de nombre, «transparencia y acceso a la información pública», hay ciertos vacíos en sus artículos que dificultan el proceso de cumplimiento.
Una de las mayores dificultades para verificar los datos es la disponibilidad y el acceso a bases de datos actualizadas. Este aspecto no está claramente especificado en el LOTAIP.
En su trabajo como editora en Gk.city, Lisette Arévalo descubrió que hay fuentes que nunca dan información. Por lo tanto, la búsqueda y verificación de datos puede convertirse en un proceso que puede demorarse durante meses.
https://knightcenter.utexas.edu/blog/00-20117-research-ecuadorian-students-and-digital-media-unite-fact-check-presidential-candidate



