Pese a las alarmantes estimaciones de pérdidas por apagones que superan los 12 millones de dólares por hora, el Gobierno reporta solo un despido intempestivo en el primer mes de racionamientos eléctricos. Gremios productivos consultados señalan que hay grandes pérdidas.
POR: Juan Camilo Escobar
A pesar de que los principales gremios productivos estiman pérdidas de 12 millones de dólares por cada hora de apagones que comenzaron el 18 de septiembre, las estadísticas oficiales del Gobierno de Daniel Noboa no reportan despidos intempestivos masivos tras el primer mes de racionamientos eléctricos.
En el Sistema Único de Trabajo, se ha registrado un solo caso de despido intempestivo, ocurrido el 12 de septiembre, seis días antes de que Noboa ordenara el inicio de la tercera ronda de apagones desde octubre del año anterior.
Hasta el cierre de esta nota, el Ministerio de Trabajo no ha respondido a un pedido de información estadística sobre los empleos afectados por sector económico y sobre despidos o reducciones de personal, directas o indirectamente atribuibles a los apagones.
Las estadísticas oficiales señalan que entre el 1 de septiembre y lo que va de octubre finalizaron 8.019 contratos laborales, lo que representa una reducción del 7,75% en comparación con los 103.466 contratos laborales vigentes.
Por su parte, las 3.175 empresas que terminaron contratos representan el 15,1% de las 20.991 empresas con contrataciones laborales durante ese período. Sin embargo, estas estadísticas oficiales presentan un vacío importante que impide conocer con certeza las razones por las cuales finalizaron más de las tres cuartas partes de los contratos laborales.
De hecho, la causa de la terminación del 68,3% de los 8.019 contratos finalizados permanece «en blanco». En cuanto al 31,7% restante, la principal causa identificada es el acuerdo entre las partes, seguido de 370 casos por causas previstas en los contratos, 357 por conclusión de la obra y 317 por término del período de prueba.
Además, estas estadísticas de contratos del Ministerio de Trabajo representan, en la práctica, un subregistro de la realidad laboral del país, abarcando apenas dos quintas partes de los trabajadores o 24 de cada 100 personas con empleo registrado en la Seguridad Social, según estadísticas de empleo del Instituto Ecuatorianos de Estadísticas y Censos (INEC), consultadas hoy, 21 de octubre.
Al consultar al respecto, el INEC informó que no ha realizado un estudio específico sobre el impacto de los apagones en el empleo, limitándose a sus informes mensuales regulares. El último de estos informes, actualizado hasta agosto de 2024 —18 días antes del inicio de los apagones actuales—, muestra un incremento en la tasa de desempleo, que subió del 3,5% al 4,0%, mientras que el empleo adecuado cayó del 35,0% al 34,3% entre agosto de 2023 y agosto de 2024. El subempleo aumentó ligeramente, del 21,2% al 21,3%, la tasa de empleo total disminuyó del 96,5% al 96,0%, y la informalidad se redujo marginalmente, del 54,6% al 54,4%, en ese mismo período.
¿Cómo ha afectado los apagones a los distintos sectores?
Consultados al respecto, ni el Comité Empresarial Ecuatoriano ni la Cámara de Comercio de Quito proporcionaron cifras exactas sobre sus estimaciones de pérdida de empleo atribuible, directa o indirectamente, a la más reciente serie de apagones. No obstante, ambos gremios coincidieron en que cada hora de apagones representa una pérdida estimada de al menos 12 millones de dólares, lo que equivale a 96 millones de dólares por cada jornada de ocho horas sin electricidad.
Para Marcela Arellano, presidenta de la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Libres (Ceols), aunque no se cuenta con estadísticas confiables sobre el impacto en las pequeñas y medianas empresas —que generan el 93% de los puestos de trabajo en el país—, ya se están sintiendo graves repercusiones tras un mes de apagones, tanto en la cantidad como en la calidad del empleo.
“Lo que más nos preocupa es que varios empresarios están aprovechando esta crisis energética, por un lado, para despedir a los trabajadores y, por el otro, para privatizar la generación de electricidad, que debe estar en manos del Estado. Los privados han manejado el sector eléctrico durante los últimos seis años, y ahora un Gobierno vinculado con las empresas no ha podido responder a la gestión pública de los recursos energéticos”, manifestó la dirigente sindical.
Holbach Muñetón, presidente de la Federación Nacional de Cámaras Provinciales de Turismo, señaló que las pérdidas estimadas por cada hora de apagón oscilan entre 200.000 y 300.000 dólares. Este impacto económico se debe a que los racionamientos en el suministro eléctrico están causando cancelaciones de reservas y la suspensión de eventos en numerosos establecimientos turísticos a nivel nacional.
Muñetón destacó que este es uno de los aspectos más visibles de la crisis, aunque existen otros factores igualmente preocupantes para la economía del sector hotelero. Entre ellos se encuentra el aumento de costos operativos. Para evitar interrupciones durante los prolongados apagones, los hoteles están asumiendo un incremento en sus costos de entre 200 y 2.000 dólares diarios para el funcionamiento de sus propias centrales de generación eléctrica.
“Son estimaciones muy cautas, muy conservadoras y no alarmistas. Eso es lo que nos están diciendo nuestros reportes de actividades basados tanto en las actividades que teníamos previstas durante estas semanas como por los incrementos en los costos de operación de acuerdo con las distintas capacidades de nuestros agremiados”, agregó el representante del principal gremio turístico del país.
Por su parte, Norman Boch, presidente del gremio que representa a una veintena de hoteles de lujo en Quito, señaló que mantener sus establecimientos “100% operativos” las 24 horas del día está generando un considerable aumento de costos. Esto se debe no solo a la adquisición de combustible para las plantas generadoras de electricidad, sino también al tiempo necesario para su mantenimiento.
Boch agregó que esta es la segunda gran afectación económica consecutiva de la que el sector de los hoteles de cuatro y cinco estrellas aún no se ha recuperado, tras la caída de reservas que se registró a inicios de este año debido a la declaración de un conflicto armado interno.
“Es una pérdida en ingresos. Hay un menor flujo y dificultades en las operaciones de los hoteles. La reducción de personal no se ha producido porque los hoteles de cuatro y cinco estrellas seguimos funcionando al 100% con generadores. Sin embargo, estamos trabajando con las autoridades de energía y de hidrocarburos para lograr un mejor precio del diésel durante esta crisis, ya que esto sí encarecerá los costos”, afirmó.
El sector ganadero enfrenta una grave disminución en su producción debido a la combinación de una sequía prolongada y la crisis energética que afecta al país, según la Asociación de Ganaderos de la Sierra y el Oriente (Agso). Estas condiciones adversas han reducido en aproximadamente un 15 % la producción diaria de 5,4 millones de litros de leche por parte de unos 290 mil ganaderos productores de leche,
Gabriel Espinosa, presidente de Agso, afirmó que los ganaderos han tenido que adaptar sus operaciones para enfrentar la falta de energía. «Hemos tenido que hacer modificaciones en las fincas para poder seguir trabajando. Muchos ganaderos han instalado pequeños generadores para realizar los ordeños, pero el verdadero desafío está en la cadena de frío, ya que la leche, siendo un producto perecible, necesita refrigeración constante», explicó.
Espinosa también destacó la necesidad de adoptar energías alternativas, como la solar o la eólica, en las zonas rurales. Sin embargo, reconoció que la inversión inicial es alta y que los productores necesitarían acceso a créditos con bajas tasas de interés para financiar este tipo de proyectos. «Cada productor podría destinar al menos una hectárea de su tierra para la generación de energía alternativa», agregó.
El representante señaló además que el sector ganadero enfrenta una nueva amenaza que va más allá de la crisis energética y la sequía que es la creciente inseguridad y el abigeato, es decir el robo de ganado perpetrado por bandas organizadas.
En este sentido, señaló que para hacer frente a este problema, la AGSO y la Policía han iniciado un plan piloto de seguridad rural en el cantón Mejía, provincia de Pichincha, con el objetivo de frenar el avance del abigeato. Este plan también cuenta con la participación del Municipio de Mejía, en un esfuerzo conjunto para fortalecer la seguridad en las zonas rurales, donde los productores se han visto cada vez más afectados por este delito.
También señaló que el abigeato no sólo genera importantes pérdidas económicas para los ganaderos, sino que también contribuye a un clima de inseguridad en las áreas rurales. «Estamos trabajando de la mano con la Policía y las autoridades locales para garantizar la seguridad de nuestros productores. Este plan piloto es el primer paso hacia una estrategia más amplia para combatir el robo de ganado», explicó Espinosa.
Para Paúl Vera, representante del Observatorio, el sector bananero es uno de los sectores productivos más golpeados durante este año, en primer lugar por la sequía y después por los apagones que impiden realizar casi todas sus operaciones que dependen de la electricidad, como el corte, lavado, empaquetado de la fruta, así como las operaciones en los puertos para su embarque y envío a mercados en el extranjero.
“Todos los procesos del sector bananero se han visto afectados porque son procesos que tienen operatividad durante todo el día. Así, hay afectaciones a las operaciones logísticas, pero también de consecución de insumos”, acotó.
Por ahora, el representante señaló que la entidad consolida un informe con los balances de los distintos actores del sector.
“Ahora son los apagones pero en los últimos dos años hemos tenido complicaciones bastante serias por la sequía, que afectó en primer lugar al Canal de Panamá y luego al Canal de Suez. Esta crisis lo que hace es agravar más la situación”, dijo.
Ligero alivio en puertos
La reducción del consumo de energía, que estaba programada para los puertos privados de Ecuador a partir de hoy, 21 de octubre, fue cancelada, según informó la Asociación de Terminales Portuarios Privados del Ecuador (Asotep). Esta medida había sido planeada debido a la crisis energética que enfrenta el país, pero fue descartada después de que las autoridades evaluaran su impacto en el comercio exterior.
La Corporación Nacional de Electricidad (Cnel) había notificado a los puertos que debían reducir su consumo eléctrico a un máximo de 1 megavoltio-amperio (MVA). Esto habría afectado seriamente la refrigeración de los contenedores, en especial en la isla Trinitaria, en Guayaquil, donde solo 150 de los casi 7.000 contenedores semanales podrían haber permanecido refrigerados.
Sin embargo, Asotep informó hoy que CNEL Guayaquil decidió no proceder con la desconexión de los puertos privados de la red de 69 kv, reconociendo el riesgo que esta medida implicaba para las exportaciones del país. «Los puertos seguirán operando normalmente para facilitar las actividades del comercio exterior», señaló Asotep a través de su cuenta en la red social X.
La asociación agradeció la rápida acción de diversos líderes gremiales y representantes de diferentes sectores, cuya gestión fue clave para evitar una situación crítica. José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura y de la Corporación de Gremios Exportadores del Ecuador (Cordex), destacó que la colaboración entre los gremios permitió que el problema fuera abordado rápidamente con las autoridades, quienes brindaron una solución inmediata.
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