Donald Trump asumió hoy su segundo periodo como presidente de Estados Unidos y su discurso fue incluso más drástico de lo que se esperaba. ¿Cuál será la posición de Ecuador? Dependerá de quién gane la presidencia, dicen analistas.
POR: Juan Camilo Escobar
El futuro de las relaciones entre Ecuador y Estados Unidos podría depender de los resultados de las elecciones presidenciales ecuatorianas de febrero, coinciden tres expertos consultados. Señalan que el perfil político del ganador, entre los 16 postulantes, podría influir en el rumbo de la relación bilateral.
Este vínculo, históricamente marcado por una significativa población migrante ecuatoriana en EE.UU., cobra mayor relevancia a partir de hoy, con el inicio del segundo mandato —no consecutivo— de Donald Trump, tras cuatro años fuera del poder.
Los especialistas puntualizan que, si un candidato de centro-derecha logra llegar al Palacio de Carondelet, es probable que Ecuador mantenga relaciones estrechas con Washington. Por el contrario, un triunfo de un candidato de izquierda, podría resultar en un distanciamiento. Estos posibles escenarios se enmarcan en el contexto histórico de la relación bilateral, que ha experimentado tanto rupturas como acercamientos a lo largo de los años.
Uno de los episodios más significativos de este vaivén fue la salida del Puesto de Operaciones Avanzadas (FOL) de la base aérea de Manta en 2009, que había sido utilizada por Estados Unidos para detectar, controlar y rastrear aeronaves implicadas en actividades ilícitas, especialmente narcotráfico. La concesión de asilo político en 2012 a Julian Assange, fundador de WikiLeaks y buscado por la justicia estadounidense, tensó aún más las relaciones entre los entonces gobiernos de Rafael Correa y Barack Obama.
Durante la presidencia de Lenín Moreno (2017-2021), las relaciones con Estados Unidos mejoraron significativamente, con el inicio de una colaboración más estrecha en áreas como seguridad, lucha contra la corrupción y comercio. Bajo la corta presidencia de Guillermo Lasso (2021-2023), la relación se mantuvo positiva, con un énfasis particular en la cooperación en seguridad, dada la creciente violencia en Ecuador. Ambos países firmaron un acuerdo para llevar a cabo operaciones marítimas conjuntas con la participación de militares estadounidenses.
Recientemente, el 9 de octubre de 2024, el Departamento de Estado de Estados Unidos emitió una declaración que consideró al expresidente Rafael Correa y al exvicepresidente Jorge Glas como inelegibles para ingresar a territorio estadounidense, citando su implicación en casos de corrupción.
Pero ahora, en un contexto de cambios de gobierno tanto en Estados Unidos como en Ecuador, las relaciones bilaterales atraviesan un periodo de incertidumbre, según señalaron el catedrático en relaciones internacionales Esteban Santos y el exvicecanciller Marcelo Fernández de Córdova. Ambos expertos coinciden en que el futuro de los lazos entre los países dependerá en gran medida del resultado de las elecciones presidenciales en Ecuador.
«Es un momento de transición que genera incertidumbre. Las políticas y el enfoque hacia Estados Unidos podrían cambiar significativamente, dependiendo de quién asuma el poder en Ecuador», afirmó Fernández de Córdova. Por su parte, Santos subrayó que el desenlace de los comicios será crucial, especialmente en temas sensibles como comercio, seguridad y migración.
Los analistas enfatizan que, aunque el regreso de Donald Trump a la presidencia en Estados Unidos marca una continuidad en ciertas políticas, el impacto en las relaciones con Ecuador dependerá de las prioridades del próximo gobierno ecuatoriano. «Será necesario esperar a que se defina el liderazgo en Ecuador para prever con mayor claridad el futuro de las relaciones entre ambos países», dijo Fernández de Córdova.
Antes de profundizar en el análisis, Esteban Santos destaca un gesto simbólico del presidente Donald Trump durante la ceremonia de asunción de su segundo mandato: «Trump rompió con dos siglos de tradición al invitar a líderes extranjeros, algo inédito en la historia de Estados Unidos. No fueron invitados líderes como Lula da Silva, de Brasil; Gabriel Boric, de Chile; o Gustavo Petro, de Colombia. Pero sí Javier Milei, de Argentina, y Daniel Noboa, de Ecuador. Y Noboa se sentó en la primera fila. Es un detalle sumamente relevante», señaló Santos.
Enfatizó que, dependiendo del resultado de las elecciones, uno de los temas más significativos en las relaciones bilaterales que deberá abordar el próximo Gobierno será la prioridad de un acuerdo comercial con Estados Unidos. «Este es un asunto de gran importancia, ya que Estados Unidos es el principal socio comercial de Ecuador», señaló.
“Estados Unidos va a necesitar de sus vecinos del sur, que somos nosotros, pero endureciendo sus posiciones frente a Cuba, Nicaragua y Venezuela. Y esto lo demuestra la designación de Marco Rubio como Secretario de Estado, quien tiene una visión crítica contra esos regímenes”, señaló Fernández de Córdova.
El discurso
En su discurso inaugural como el 47° presidente de Estados Unidos, Donald Trump reafirmó su intención de endurecer las políticas migratorias, «recuperar» el Canal de Panamá y renombrar el Golfo de México.
Trump criticó lo que considera una insuficiencia de recursos dedicados a la protección de las fronteras de Estados Unidos, en comparación con el financiamiento de lo que llamó «la defensa de fronteras extranjeras». Anunció que planea firmar una serie de decretos para implementar su agenda, incluyendo la declaración de una emergencia nacional en la frontera sur.
«Comenzaremos la restauración completa de Estados Unidos y la revolución del sentido común. Todo se trata de sentido común», afirmó Trump.
Implicaciones
Willian Murillo, representante de la organización 1-800-Migrante, expresó que, aunque se anticipaba que Trump reiteraría su discurso de políticas restrictivas, incluidas medidas como el cierre de la frontera sur y la declaración de emergencia, sus declaraciones en el discurso inaugural generan inquietud entre miles de migrantes ecuatorianos y latinos en Estados Unidos, «que están a la espera de soluciones, no de persecuciones».
Consultado sobre si el mandato de Trump disminuye las esperanzas de que Ecuador acceda a un Estatus de Protección Temporal (TPS), Murillo respondió: «No lo creo». Explicó que la presencia del presidente ecuatoriano en la ceremonia de asunción ha generado expectativas sobre su capacidad para abordar este tema directamente con el nuevo presidente estadounidense, luego de que el anterior, Joe Biden, no diera una respuesta favorable.
«Nuestra mayor preocupación es que, cuando las autoridades migratorias busquen a migrantes con órdenes de deportación, tal vez no los encuentren, pero podrían encontrar a otros migrantes», advirtió Murillo. «Y aquí es donde caen justos por pecadores», añadió, subrayando el temor de que las “redadas pueden afectar a personas que no están bajo amenaza inmediata de deportación, pero que podrían ser detenidas en el proceso”.
Según estimaciones de la organización 1-800 Migrante, en Estados Unidos residirían al menos 400.000 ecuatorianos en situación regular, y una cifra similar de manera irregular.
COMERCIO EXTERIOR ECUADOR-USA
En noviembre de 2024, tras ser reelegido para un segundo mandato, Donald Trump anunció su intención de imponer incrementos arancelarios de hasta un 25% sobre los bienes que ingresen a Estados Unidos desde Canadá y México, así como un 10% adicional sobre los productos provenientes de China.
Esta declaración de Trump recordó la guerra comercial que emprendió durante su primer mandato, en 2018, cuando acusó a China de “prácticas desleales de comercio”, lo que resultó en la imposición de aranceles sobre cientos de miles de millones de dólares en productos chinos.
Los exportadores ecuatorianos ven el regreso de Donald Trump a la presidencia, combinado con el control republicano del Senado, como una posible oportunidad para Ecuador en el ámbito comercial. Según Felipe Ribadeneira, director ejecutivo de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), esta situación podría facilitar el avance en la aprobación de la Iniciativa de Desarrollo Económico para las Américas (IDEA), un proyecto de ley que otorgaría a Ecuador acceso a las preferencias arancelarias para los países de la cuenca del Caribe. Este acceso mejoraría la competitividad de los productos ecuatorianos en el mercado estadounidense.
Ribadeneira explicó que, de obtener este acceso preferencial, los productos ecuatorianos podrían competir en igualdad de condiciones con aquellos países que ya se benefician de este programa.
De acuerdo con datos de Fedexpor, en 2023 las exportaciones no petroleras de Ecuador hacia Estados Unidos sumaron 1.474 millones de dólares, registrando un superávit favorable según cifras del Banco Central de Ecuador. Ese mismo año, EE.UU. se consolidó como el segundo mercado más importante para las exportaciones no petroleras ecuatorianas, sólo detrás de la Unión Europea. Entre enero y agosto de 2024, las exportaciones no petroleras hacia Estados Unidos aumentaron un 16% en comparación con el mismo período de 2023, según el Ministerio de Producción.
Las estadísticas de Fedexpor también revelan que más de 1.230 productos ecuatorianos se exportan al mercado estadounidense, siendo una parte representativa los camarones, banano, plátano, flores, frutas y minerales. Más de 2.000 empresas ecuatorianas participan activamente en el proceso de exportación hacia EE.UU.
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