A pesar de que pueden ser herramientas útiles, tanto para los políticos como para los electores, se las debe leer con sentido crítico y comprendiendo sus limitaciones. ¿Es momento para los electores de alejarse de las encuestas?
El reloj sigue su curso y cada día Ecuador está más cerca de volver a las urnas. En medio del proceso electoral anticipado, es más común escuchar voces que, entre ellas, luchan por posicionar quién ganará las elecciones a través de encuestas y gráficos tabulados, unos más elaborados que otros.
Es común, todos los días, encontrar publicaciones en redes sociales que hablan sobre qué candidato ha subido en números y qué otro se disputa el segundo lugar; si habrá o no segunda vuelta y quién pasará.
Organizaciones como Mercánalis, Negocios & Estrategias y Data Encuesta, figuran en las diferentes publicaciones. Sin embargo, la mayor parte de estas instituciones no están habilitadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para difundir cifras electorales.
¿Quiénes están habilitados?
El Código de la Democracia, en su artículo 206, establece que “las empresas que realicen pronósticos electorales, para ejercer su actividad, deberán inscribirse previamente en el Consejo Nacional Electoral y sujetarse a las normas que éste expida”. El mismo inciso aclara que, en caso de que las instituciones incumplan este requisito, se impedirá su participación.
En medio del proceso electoral anticipado, inédito en Ecuador, el CNE estableció que quienes busquen generar y divulgar estadísticas electorales deberán inscribirse oficialmente hasta el 22 de julio. Hasta hoy, 6 de julio, el organismo reporta ocho personas naturales y jurídicas habilitadas para emitir pronósticos. Del total, seis son personas naturales y dos personas jurídicas.
A continuación presentamos la lista:
- Omar Aldo Maluk Salem
- Luis Esteban Vásquez Lapo
- Geovanny Fernando Arias Vásquez
- Álvaro Marchante Carrero (de Comunicaliza)
- Eureknow S.A.
- Centro de Investigaciones y Estudios Especializados Centroinvest Cia. Ltda.
- Máximo Abel Ramírez Chávez
- Daniel Alister Medina Alcocer
El Pleno del CNE rechazó, en cambio, las solicitudes presentadas por instituciones que han participado en elecciones anteriores, como Click Research, Perfiles de Opinión y la Compañía Consultora Seglab-Emergency.
La mayor parte de publicaciones que se realizan en redes sociales, con cifras electorales, vienen de fuentes que no pertenecen a la lista de personas e instituciones habilitadas. Cabe recordar que el Código de la Democracia, en el artículo 283, establece que “las personas naturales o jurídicas que realicen actividades relacionadas con encuestas y pronósticos electorales serán sancionadas con una multa que va desde cincuenta salarios básicos unificados hasta doscientos cincuenta salarios básicos unificados” en caso de que éstas no se inscriban y registren previamente en el CNE.
Entonces, los ocho nombres antes expuestos serán los únicos habilitados oficialmente para divulgar y publicar estadísticas electorales. Estos, sin embargo, también han sido señalados por tener sus propios intereses políticos o tendencias preferenciales. Este es el caso de Omar Maluk Salem, quien en sus redes sociales ha arremetido en varias ocasiones contra diferentes políticos y candidatos como Guillermo Lasso, Otto Sonnenholzner y Fernando Villavicencio. Maluk también ha mostrado opiniones a favor de otros candidatos como Xavier Hervas.
En medio de listas y cuestionamientos, cabe preguntar cuál es el papel de las encuestadoras en los procesos electorales.
La importancia de las encuestas
Para Salvatore Foti, analista político y columnista de opinión, las cifras arrojadas por las encuestas tienen una gran utilidad para los políticos y sus equipos.
“Las encuestas siempre atinan. (…) Por eso se trabaja con encuestas. La única herramienta que tienen los candidatos y sus equipos para armar mensajes para los votantes son los focus group y las encuestas en general. Sería una locura pensar que los candidatos que quieren ganar las elecciones trabajan con herramientas equivocadas”, explica el experto.
Foti aclara, sin embargo, que las encuestas no son sólo un número que permite dar un porcentaje de apoyo o no a un candidato o político. Además de dar una fotografía de un momento político específico, las encuestas, relata, permiten conocer el apoyo que tienen los políticos, su techo y su piso; “así se pueden armar estrategias para posicionar a un candidato y, con suerte, ganar elecciones”. De esta forma, estos estudios deben incluir análisis tanto cualitativos como cuantitativos para funcionar adecuadamente.
En el caso de las audiencias, Foti aclara que las encuestas tienen el papel de informar, no un papel político. Con esto concuerda Rodrigo Jordán, analista político y comunicador. Él explica que las encuestas deben jugar papeles clave en entornos electorales. Esto implica: “revelar tendencias y los criterios de la ciudadanía sobre cualquier tema que tenga que ver con democracia”.
Para Jordán, esto también debe complementarse con el trabajo de educar a los ciudadanos. “Se debe educar a las personas a comprender que las encuestas son fotografías del momento con un margen de error, pero no lo hacen. Lo que prima es el dato duro, mas no las exclusiones y limitaciones que tienen las encuestas.
Para ejemplificar esto, Jordan explica que hay encuestas que pueden realizarse en Quito o Guayaquil, con muestras representativas de 3 mil o 4 mil personas: “Parecería que los datos resultantes podrían tener una representación nacional, pero no. Existen limitaciones de alcance”. De esta forma, explica, las propias encuestadoras deberían dar las herramientas a las audiencias para saber leer los datos de una forma crítica.
En los últimos procesos electorales, las encuestas han generado un gran debate sobre la precisión de las estadísticas. Esto, debido a los grandes márgenes de error que se han confirmado al ver resultados oficiales, como lo que ocurrió con la Consulta Popular de febrero. En este caso, las encuestas y sondeos daban como ganador por amplia mayoría al Sí en todas las preguntas. Sin embargo, con los votos, el panorama fue totalmente opuesto, ganando el ‘No’ en todas.
¿Por qué fallan las encuestas?
Salvatore Foti, para responder esta pregunta, divide a las encuestas en dos: las bien hechas y las mal hechas. ¿Cuál es la diferencia entre estas dos? El experto lo define en dos aspectos claros: ética y la rigurosidad académica y metodológica.
“Las buenas encuestas difieren de las malas especialmente por un criterio: ética. Todo buen encuestador tiene también una preparación ética para armar las encuestas, esto significa que la encuesta no puede ser sesgada, que no sólo está hecha para que mi candidato tenga el 50% de la preferencia. Luego, a nivel metodológico, deben estar bien hechas. No vamos a hablar aquí de si hay encuestadoras serias y menos serias, pero las encuestadoras que se equivocan y mucho, son malas encuestadoras que han hecho malas encuestas, que en la mayoría de los casos no han seguido una rigurosidad académica o metodológica y en los peores casos es porque responden a intereses particulares”, explica.
Por otro lado, Jordán explica que uno de los problemas con las actuales encuestas y encuestadoras es que las instituciones han entrado en dinámicas mercantiles.
“Ya no es momento de creer en ninguna encuesta. Las encuestadoras generan información, en ocasiones, falsa y esta información suele ser replicada por la ciudadanía y los candidatos. Esto hace que el voto informado y la credibilidad de las encuestas esté en debate”, dice.
Con esto, Jordán asegura que los intereses detrás de las instituciones encuestadoras o de las personas que realizan los estudios estadísticos es uno de los principales motivos de los fallos en las encuestas, con relación a votaciones reales, en el caso de temas electorales.
“El rol de las encuestadoras debería ser sacar datos fidedignos, haciendo entender las limitaciones que tienen sus muestras, pero esto no pasa”, explica.
Con esto en mente, surge la pregunta sobre si confiar o no en las encuestas y qué hacer cuando veo cifras electorales en grupos de amigos, redes sociales u otros espacios. Aquí posibles respuestas.
¿Cómo leer las encuestas?
Para responde esto, Jordán reafirma que este “es el momento de no creer en las encuestas”. El experto afirma, sin embargo, que sí es el momento de hacer análisis del histórico de votos, por ejemplo, o estudios reputacionales de los candidatos al momento de tomar decisiones democráticas o políticas.
“Alrededor de siete de cada diez posteos sobre un tema coyuntural contienen información falsa, según un estudio que realizamos. Hay que decirle de frente a la gente que la mayoría del contenido que consume es falso y responde a intereses. Cada vez que se levanta una tendencia o un tema de alto interés, el 70% del contenido es desinformación”, destaca.
Su recomendación para las audiencias es alejarse de las encuestas y sondeos que ven en redes sociales para tomar una decisión electoral, por ejemplo. Para él, la solución está en promover el voto crítico e informado impulsando al electorado a crear su propio análisis sobre los candidatos.
“Vean la reputación y el estudio reputacional de los políticos. Esto incluye la coherencia ideológica, porque si un candidato está hoy en la derecha y mañana en la izquierda, pues eso ya es una alerta. También hay que analizar si el candidato tiene juicios o sus resultados en el sector público. Esto ayudará a tener un voto informado, más allá de consumir información”, dice.
Jordán asegura que un problema con los procesos democráticos en el país es que alrededor del 38% del electorado decide su voto una semana antes de ir a las urnas, y en algunos casos incluso lo decide el mismo día. Esto hace que la divulgación de encuestas, cifras o desinformación pueda influir en la intención de voto.
Por otro lado, Salvatore Foti hace un llamado a no creer directamente en las encuestas que busquen posicionar a un candidato como ganador.
“Las encuestas que salen no van a posicionar absolutamente nada. Esto es un mito que hay que desvirtuar. El candidato, sea cual sea este, no va a estar primero porque las encuestas lo venden como el primero”, dice.
Como recomendaciones, Foti asegura que lo importante al ver una encuesta no es ver el resultado final de la encuesta. “Se ve todo el desarrollo de la encuesta, pregunta por pregunta, se ve también en qué provincia o ciudad fue hecha”. También recomienda analizar los resultados previos de las encuestadoras, comparados con los resultados finales oficiales, para saber si sus números son confiables o no.
Te puede interesar:
· El TCE va de paseo a Barranquilla
· Yaku Pérez falso indígena, Manuela Picq su falsa pareja
· Sectores sindicales rechazan propuesta sobre fondo de pensiones



