¿Cómo hacer que la gente mire a uno de entre 2.089 candidatos a asambleístas? Las estrategias van desde resaltar características físicas hasta rasgos de su pasado. Pero, si no hay un condumio hecho de propuestas, ¿son suficientes estas estrategias?
POR: Esteban Cárdenas Verdesoto
¿Quién diría que una línea de esfero puede cambiar las cosas, el escenario, el futuro; o simplemente, quién entra o no a ocupar un curul en la Asamblea? En las calles de todo el país, los más de 2.000 candidatos que buscan llegar al Legislativo han entendido la importancia de esta tan codiciada raya. De hecho, se enfrentan con sus mejores movimientos para alcanzarla.
Pero entre tanto nombre, una de las principales dificultades que se presentan en el camino es darse a conocer; lograr que una persona, o un grupo guarde en su memoria a uno o varios de esos 2.000 perfiles se ha convertido en un reto para quienes siguen este proceso. Por esto, los candidatos han sacado sus estrategias, unas más efectivas que otras. Y así, en las calles, los discursos y en las redes, el juego va llegando a su final.
Dos líneas gruesas y puntiagudas juntas se asoman sobre un fondo azul claro. Estas, en forma de cejas abultadas, se han convertido en la marca personal de uno de los candidatos que busca darse a conocer. “El de las cejas”, se lee en el empapelado que ha empezado a adornar gran parte de la ciudad. A veces, incluso sin incluir el nombre del rostro que acompaña la frase.
Jean Pierre Larenas. Él es ‘el de las cejas’, candidato a la Asamblea en Pichincha por el partido Avanza, quien reconoce lo difícil que es el camino para darse a conocer en esta contienda. Por eso, su estrategia, explica, ha buscado llegar a los electores con algo que les permita permanecer más fácilmente en la memoria de quienes pueden darle un voto: sus cejas.
Con voz fina y carraspeada, Larenas cuenta cómo fue el proceso para llegar a esta campaña y encontrar en esta estrategia un punto de partida:
“Cada campaña es distinta y tiene un estilo diferente, de acuerdo con la manera de ser del candidato. Una forma de explotar al máximo ciertas cualidades para llegar a la gente. El tema es que aquí, en el Distrito Norte (de Quito) hay candidatos que son muy conocidos, que ya han sido ministros en gobiernos anteriores, que son actualmente asambleístas; así que muchos son muy conocidos. Entonces, yo, un candidato nuevo y desconocido, me puse a pensar en una estrategia con la cual llame la atención de la gente, que me regresen a ver y que no sea un candidato más”, dice.
En este proceso, hay algo que destacó en su cabeza: “Siempre la gente me ha dicho bastante el tema de las cejas; mi nombre es un poco difícil de acordarse, entonces siempre me han dicho el tema de las cejas. Incluso mi familia, mis tías siempre me decían hijito esas cejotas que usted tiene. Entonces, un día armando la campaña se me viene a la cabeza el tema de que la gente se acuerda más de mí por las cejas, así que vamos por ahí para que la gente me recuerde y yo pueda ser la diferencia de otros candidatos”.
En las calles, otras campañas también pueden encontrarse, como las del conocido ‘Capi Zatapa’, quien utiliza su condición de policía en servicio pasivo para posicionarse como el ‘capi’; una campaña ya conocida, pero que se coloca en frases y pancartas a lo largo de la ciudad; algunas más grandes que otras y también colocadas al lado del tráfico vehicular para que más gente pueda verla.
Así, pancartas de todos los partidos y movimientos buscan dar a conocer a los políticos que formarán parte de la papeleta que se colocará en las urnas y con la que se espera elegir a los nuevos miembros de la Asamblea. Todos tienen sus estrategias, pero ¿qué tan convenientes son para llegar realmente a los electores?
Mensaje sin contenido
Para el analista político Simón Ordóñez, estas jugadas pueden tener dos escenarios diferentes en las estrategias, logrando resultados distintos, según cómo se dé el seguimiento de la campaña.
“Es verdad que es difícil darse a conocer entre los candidatos a asambleístas, porque en una elección general los electores, comúnmente, tienen más preocupación por quiénes llegarán a la Presidencia y Vicepresidencia, restando importancia a la dinámica de campaña de quienes llegan a la Asamblea. Antes, de hecho, era muy defendido también que por quien votes para la Presidencia será por el partido por el que tengas que votar para la Asamblea, para dar gobernabilidad. Pero, poco a poco, esto se ha ido perdiendo y las personas, sin embargo, siguen restando relevancia a la toma de decisión sobre quiénes irán al Legislativo. Y no porque no les importe del todo, aunque hay que reconocer que hay cierta apatía por la Asamblea”, dice.
Es esta dinámica justamente, explica, la que ha obligado a los políticos a tomar estrategias que les permitan visibilizarse, darse a conocer y, en todo caso, así jalar a su lista de asambleístas con más votos y alcanzar la mayor cantidad de curules; “porque tampoco hay que olvidar que al final para la Asamblea no se vota por candidatos, sino por listas, algo que complica aún más tomar una decisión individualizada”.
Sin embargo, para el experto estas estrategias pueden ser un arma de doble filo: “Yo puedo llegar a mucha gente y pueden hasta reírse de mis frases o estrategias, pero eso no garantiza un voto. En una campaña esa estrategia debe verse acompañada por el voto efectivo para realmente ser funcional. ¿Y cómo llegó a eso? No sólo con un nombre bonito o con bromas que queden en la memoria. La gente también busca propuestas y votar por alguien por quien se sienta identificado, así que es necesario empatizar y conectar con los electores para realmente ganarse su voto”.
Entonces, para Ordóñez, una buena estrategia de campaña, sin condumio o contenido en propuestas, puede resultar igual de improductiva que el desconocimiento. “No se puede caer en la banalización de la campaña”, dice.
Por otro lado, Gustavo Aldaz, experto en comunicación política, aclara que ser memorable es “muy importante” en este tipo de campañas que tienen tantos nombres y candidatos que se baten por un puesto. Sí, concuerda con el hecho de que no sólo pueden tomarse estrategias cómicas o que conecten con quién es el personaje, sino que las campañas deben tener “etapas en la que primero se dé a conocer al candidato y después se conecte con las personas por su ideología, pensamiento y propuestas”.
“Quedarse sólo con el primer paso puede resultar en el efecto contrario, así que se debe seguir las fases para realmente conseguir un voto”, dice.
A pocos días del fin de la campaña y de llegar a las urnas, las estrategias continúan tanto en redes sociales como en espacios físicos. ¿Quién llegará a conseguir la mayor cantidad de marcas en las papeletas?, es una respuesta que, ahora, el tiempo y el conteo sabrán responder.
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