Un día cualquiera, abres WhatsApp y hay 124 mensajes en el grupo del trabajo. No lees ninguno. No puedes. No quieres. Entonces, aparece una opción nueva: “Resumir en privado”. Un botón. Un clic. Una IA lo hace por ti. Pero, como suele ocurrir con las soluciones tecnológicas que parecen mágicas, hay una letra pequeña.
POR: Juan Camilo Escobar
WhatsApp ofrece ayudarte a sobrevivir al apocalipsis de notificaciones. Desde finales de junio, la aplicación de mensajería más utilizada en el mundo incorporó una nueva función que promete hacer lo impensable: leer por ti tus mensajes no abiertos… y resumirlos. Por ahora, sólo está disponible en EE.UU. y en inglés, pero se espera su expansión.
Sí, eso es exactamente lo que hace ‘Resumir en privado’, una nueva herramienta que se activa con un simple toque cuando abres una conversación saturada. No necesitas deslizarte por interminables cadenas de texto ni por cientos de emojis.
Meta AI, la inteligencia artificial desarrollada por la empresa matriz de WhatsApp, ofrece hacerlo por ti: identifica los temas clave y te entrega un resumen corto, directo y sólo para tus ojos.
¿La promesa? Menos estrés, más contexto y cero culpa por no leer los 124 mensajes del chat de tu trabajo y 4.816 de otros grupos. ¿La condición? Confiar (una vez más) en que Meta no está leyendo más de lo que dice que lee.
¿Cómo funciona?
Cada vez que abres un chat con mensajes pendientes, aparece la opción de ‘Resumir en privado’, justo encima del bloque de mensajes no leídos. Al pulsarla, la IA entra en acción: escanea, interpreta y condensa lo más relevante en segundos. El resumen es visible sólo para ti. Ni tus amigos, ni tus colegas, ni ese primo que manda memes a las 2 a. m. sabrán que has activado la función.
Meta insiste en que ni ellos ni WhatsApp pueden acceder al contenido, gracias a una tecnología de “procesamiento privado” y al cifrado de extremo a extremo ya conocido. En teoría, tus conversaciones siguen siendo tan privadas como antes. En teoría.
¿Qué implica esto?
La función no está activada por defecto. El usuario debe habilitarla manualmente desde la configuración avanzada de privacidad y seleccionar en qué chats desea que intervenga la inteligencia artificial. No es una opción automática ni generalizada. Cada quien decide. Pero también, al hacerlo, acepta que una IA acceda —aunque sea de forma local— a los mensajes recibidos.
Esta herramienta forma parte de una estrategia más amplia de Meta para integrar inteligencia artificial generativa en sus plataformas.
La compañía busca que el usuario piense menos, se canse menos, confíe más… y, sobre todo, permanezca en sus servicios. Y en los actuales tiempos, donde la sobrecarga digital ya se considera una epidemia, la propuesta resulta seductora.
Por ahora, sólo en EE.UU.
Meta lanzó esta función primero en inglés y sólo para usuarios de Estados Unidos. Pero, como es habitual, la expansión global está prevista para los próximos meses. Si todo sale bien, pronto estará disponible en otros idiomas y en más regiones. Tu WhatsApp también podrá pensar por ti.
¿Qué perdemos cuando una IA nos resume la conversación?
Automatizar el filtro de la información tiene sus ventajas: eficiencia, velocidad, orden. Pero también tiene sus riesgos. ¿Qué omite el resumen? ¿Qué matiz se pierde? ¿Qué sesgo introduce? En la era del scroll infinito y la atención dividida, las IA no solo seleccionan por nosotros. También deciden qué vale la pena saber.
El futuro ya no sólo es hablar con máquinas. Es dejar que ellas nos digan de qué hablar.
¿Un filtro digital con truco?
La idea de dejar que una IA seleccione qué información vale la pena leer es tentadora, pero también plantea interrogantes. Pablo Escandón, experto en cibercultura, advierte que “tener un resumen nos agilita y ayuda a economizar tiempo”, pero alerta sobre los sesgos inherentes: “El resumen puede estar completamente sesgado por quien más opina o controla el grupo.”
Para Escandón, el resumen no es sólo un producto técnico, sino también social: “Depende de quién administra y controla el grupo”. Es decir, la dinámica interna influye en qué queda fuera o dentro del resumen.
En cuanto a la privacidad, Escandón es claro: aunque el cifrado extremo a extremo protege los mensajes, “todo esto alimenta el algoritmo y modifica nuestras necesidades digitales”. La IA genera sugerencias e ideas que “empezamos a considerar como algo mejor que lo que decidimos por nosotros mismos”, pero “es mejor verlo como orientación, no una orden”.
Los riesgos de ceder el control
La tecnología nunca es neutral. “Ninguna tecnología es antiséptica; todas tienen lógicas políticas, económicas y sociales,” explica Escandón. Por eso, recomienda “controlar y manejar bien nuestra información, para no entregarle todo al algoritmo”.
Una de las vulnerabilidades más inquietantes es la automatización sobre nuestra identidad digital. Escandón menciona que, además de deepfakes y clonaciones de voz, “la máquina puede suplantarnos en la forma de escribir y expresarnos dentro del grupo”.
Pero no todo es oscuridad. “Podemos sacarle jugo a la IA para economizar tiempo, conocimiento e información”, concluye, “y usarla para tomar mejores decisiones”.
WhatsApp pierde terreno
WhatsApp.com registró una disminución sostenida en su tráfico web en Ecuador durante el último año, según el análisis de Mentinno basado en datos de la plataforma Semrush.
Aunque la aplicación de mensajería se mantiene entre los diez sitios más visitados del país, perdió más de 220 mil visitas en términos absolutos y un 2,2% en términos relativos.
En febrero de 2024, WhatsApp ocupaba la séptima posición a nivel nacional, con 10’227.577 visitas mensuales promedio. En septiembre de ese mismo año, aunque se mantuvo en torno a los 10,2 millones de visitas, subió al quinto lugar. Pero para febrero de 2025, descendió a la sexta posición con una leve baja a 10 millones de visitas, lo que representa una caída del 2% frente a septiembre.
Comparativo anual del tráfico de WhatsApp en Ecuador:
· Febrero 2024: 10.227.577 visitas
· Septiembre 2024: 10.200.000 visitas
· Febrero 2025: 10.000.000 visitas
· Variación absoluta: –227.577 visitas
· Variación porcentual anual: –2,22 %
Para Escandón, la plataforma de mensajería más popular del país está entrando en una nueva etapa de uso, más vigilada y con mayores implicaciones sociales y legales.
“WhatsApp es de los servicios de mensajería que más son utilizados”, señala Escandón, quien destaca que su penetración es tal que se ha convertido en una fuente frecuente de evidencia legal: “La mayoría de las pruebas en muchos de los procesos judiciales es la desmaterialización de lo que sucede en WhatsApp”.
Para el experto, la plataforma ha sido apropiada por múltiples esferas de la vida cotidiana, incluyendo la justicia. Así, el uso de nuevas funciones como los resúmenes automáticos generados por inteligencia artificial también plantea implicaciones legales. Escandón advierte que “con la ley que tenemos (Ley orgánica de Inteligencia que entró en vigor en junio), va a ser mucho más fácil poder acceder a las conversaciones, a los chats, e incluso se va a utilizar la misma inteligencia artificial para que les dé los resúmenes, indicios y pruebas que se pueden ir dando”.
Escepticismo
Aunque se anticipan a considerar como útil esta función de WhatsApp, tres estudiantes universitarios consultados por Ecuador Chequea manifestaron escepticismo respecto a su precisión. Así, coincidieron en que, si bien es una opción interesante, tienen dudas sobre la fidelidad y veracidad de los resúmenes que podría generar cuando esté disponible en Ecuador.
Por el momento —indicaron— prefieren mantener una actitud de prueba y evaluación. Señalaron que será necesario comprobar si la función realmente resume el contenido de las conversaciones o si, por el contrario, lo altera, como —aseguran— ha ocurrido en respuestas generadas por otras IA al realizar consultas académicas relacionadas a temas de Ecuador.
Sebastián Silva, estudiante de Psicología de 25 años, subrayó la importancia de usar esta tecnología con criterio. “Puede ser muy útil, pero no debería usarse de manera excesiva, ya que esto también afecta nuestro procesamiento de la información”, señaló.
También dijo que, como psicólogo en formación, cree que, aunque la herramienta ayudaría a ahorrar tiempo, su uso sin reflexión podría afectar la capacidad de los usuarios para interpretar información de manera autónoma, especialmente en contextos académicos como es el de sus grupos de estudio.
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