Brasil tiene 513 diputados y 214 millones de habitantes. Colombia: 172 legisladores, para 51 millones de personas. En la región las cifras son muy variopintas. En este tema, ¿menos es más? Un análisis para que tome su decisión para la consulta popular.
Este 5 de febrero se llevarán a cabo las elecciones seccionales en Ecuador y, a la par, los ecuatorianos tendrán que pronunciarse por el Sí o el No en las urnas sobre la Consulta Popular, impulsada por el Gobierno y que plantea 8 preguntas.
Actualmente, la Asamblea Nacional está compuesta por 137 legisladores para los 18 millones de ecuatorianos. Y de acuerdo con el Censo del 2022, se espera que este número ascienda a alrededor de 152 asambleístas.
En el país, los asambleístas tienen como función legislar y fiscalizar. Es decir, deben redactar y aprobar nuevas leyes o reformar las normativas legales. Incluso las propuestas del presidente, Guillermo Lasso, en el tema legislativo deben pasar por la Asamblea. El Presidente plantea, como parte de la consulta, reducir el número de asambleístas drásticamente. ¿Es esto conveniente para el país? ¿Cómo están los números de legisladores en el resto de países de la región? Hacemos un breve mapeo de Sudamérica en este tema, para que tenga usted contexto y pueda votar más informado.
En Sudamérica, el país con mayor número de diputados es Brasil, con 513 diputados, para sus 214,3 millones de habitantes. De acuerdo con la Cámara de Diputados de ese país, ellos legislan y fiscalizan. Es decir, que la Cámara de los Diputados discute y aprueba propuestas sobre educación, salud, transporte, vivienda.
En Argentina, existen 257 diputados y 72 senadores, para sus 45,8 millones de habitantes. Según el Congreso, los diputados son los representantes directos del pueblo argentino y los senadores de las provincias y de Buenos Aires. “El equilibrio entre ambas representaciones (senadores y diputados) es la base de nuestro sistema representativo, republicano y federal”, detalla el Congreso argentino. Así, su función legislativa es a partir de la deliberación y sanción de leyes que tengan en cuenta el bien común de todos los habitantes, y también ejerce el control del Poder Ejecutivo.
Seguido de este país, está Venezuela, con un total de 276 diputados para 28,2 millones de su población y son los encargados del poder Legislativo. En Chile hay 155 miembros de cámara de Diputados y 50 senadores para 19,49 millones de habitantes; en Perú existen 130 diputados con 50 senadores para sus 33,7 millones de habitantes; en Bolivia 130 diputados para sus 12 millones de habitantes; en Paraguay 80 diputados y 45 senadores, para sus 6,7 millones de habitantes; en Uruguay 99 representantes para sus 3,4 millones de habitantes; y en Colombia 172 legisladores para sus 51,5 millones de habitantes.

La tercera pregunta para el referéndum en Ecuador propone lo siguiente:
¿Está usted de acuerdo con reducir el número de asambleístas y que se los elija de acuerdo con los siguientes criterios: 1 asambleísta por provincia y 1 asambleísta provincial adicional por cada 250.000 habitantes; 2 asambleístas nacionales por cada millón de habitantes; y 1 asambleísta por cada 500.000 habitantes que residan en el exterior, enmendando la Constitución de acuerdo con el anexo 3?
Si es que esta pregunta llegaría a aprobarse por la mayoría de ecuatorianos, el número total de legisladores sería alrededor de 100.
Análisis
Para el abogado Esteban Ron, decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de la UISEK, esta pregunta puede generar un impacto por dos motivos. Primero, hace alusión a la escasa calidad democrática que existe en cuanto a la representación legislativa, es decir, que los asambleístas no cumplen con sus roles de producción legislativa y de fiscalización y control. Ron lo llama impacto electoral.
El jurista, también detalla que, con el impacto de distribución de poder, la representación numérica podría verse afectada, “porque no existe una disposición, o al menos empirismo a través del cual se diga categóricamente que bajar el número de asambleístas va a hacer que las organizaciones políticas nos den mejores candidatos”.
Además, mencionó que, como la distribución cambiaría, en lugar de dos asambleístas por cada 200.000 habitantes, con la reforma sería un asambleísta por cada 250.000 habitantes. “Se dice que en las distribuciones, incluso en la Corte Constitucional deja ver en el dictamen, que ciertas provincias van a ser afectadas en el número de representantes. Por lo tanto, la representación territorial puede verse afectada, se concentraría el poder decisional en las grandes provincias. Pero la Corte Constitucional dice no se olviden de un tema, que cuando los asambleístas ya son electos, los asambleístas se vuelven de representación nacional (…)”, afirmó.
Si es que esta pregunta llegaría a triunfar en los comicios, Esteban Ron señala: “Hay un tema positivo, que es el remezón que van a tener las organizaciones políticas, porque con esto se obliga a que presenten una mejor calidad de candidatos, porque no necesariamente van a ponerte a los candidatos indicados que realmente apelan a un populismo, sino que van a preferir a personas que realmente tengan una carrera política (…)”.
Sin embargo, para el constitucionalista Ismael Quintana, el impacto que tendría esta pregunta sería un “impacto de carácter negativo”. Quintana detalla que el Gobierno propone una supuesta reducción debido a la falta de aceptación, representación y credibilidad de la Asamblea. “El Presidente de la República, en el caso de la circunscripción nacional, en realidad no propone una reducción, sino un aumento, porque pasaríamos de 15 asambleístas elegidos en circunscripción nacional, a 2 asambleístas elegidos por cada millón de habitantes, es decir pasaríamos de 15 a 36, si es que la regla estaría vigente ahora”, asegura.
El constitucionalista dice que la baja significativa se da en las circunscripciones provinciales y que eso en términos prácticos supone una lesión grave al principio de representación democrática, porque señala que con ello las provincias poblacionalmente más pequeñas son las que van a ver disminuida su representación.
“(…) Si no, fíjese usted que aquí en la región tendríamos Congresos, Asambleas, Legislaturas de no sé, de 1.000, 2.000, 10.000 asambleístas; o de 50 o 10. ¿Por qué mejor no bajar a 50 (…)? El tema no es el número, en nada asegura una mejora de la representatividad, aseguraría una mejora de la representatividad que, en todo caso, esta reforma constitucional hubiese ido acompañada de una profunda reforma constitucional al sistema de partidos y movimientos políticos, pero de eso cero (…)”.



