Baja el caudal de Mazar, corre tiempo para evitar apagones

Tras alcanzar su pico máximo en mayo, empiezan a descender los caudales de la represa Mazar, el corazón del sistema eléctrico del país.

POR: Juan Camilo Escobar

Mientras los países más innovadores del mundo compiten por digitalizar casi todos sus servicios públicos y aceleran el desarrollo de tecnologías limpias, Ecuador enfrenta rezagos, con dificultades para garantizar una generación de energía eléctrica menos vulnerable a los efectos del clima y al impacto creciente del calentamiento global.

Esta preocupación resurge apenas cinco meses después de que el país superara una crisis energética que provocó apagones de hasta 14 horas diarias. Desde comienzos de junio, el caudal de la represa Mazar —que alimenta un complejo de tres centrales hidroeléctricas— ha empezado a disminuir de forma paulatina. Estas plantas generan al menos el 38% de la demanda diaria de electricidad en el país.

Los registros hidrométricos de la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) muestran que el volumen de agua que ingresa al embalse pasó de 80,7 m³/s en enero a 186,76 m³/s en mayo, su pico más alto tras meses de incremento sostenido. De esta manera, superó ampliamente el caudal de diseño de la toma (141,1 m³/s), lo que permitió operar a máxima capacidad y derivar agua hacia las centrales aguas abajo del complejo.

Sin embargo, en junio la represa de Mazar comenzó a reducir su caudal de manera paulatina, hasta alcanzar, al 18 de junio, los 130,39 m³/s, un nivel que aún se considera alto.

La lectura de la cota del embalse, al 18 de junio, fue de 2.153,91 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.), es decir, ligeramente por encima del nivel máximo de operación definido técnicamente para esta infraestructura, que es de 2.153 m.s.n.m., lo que obliga a activar protocolos de vigilancia y descarga controlada mediante el vertedero.

Sobre este tema, la ministra de Energía, Inés Manzano, aseguró que el embalse de la represa Mazar se encuentra bajo control, pese a que su nivel actual supera la cota máxima técnica establecida.

“Hemos estabilizado el control de Mazar. Por ejemplo, hoy —miércoles 18 de junio— revisamos, como lo hacemos cada mañana, y el nivel del embalse está 40 centímetros por encima de la cota máxima”, dijo Manzano en declaraciones a Teleamazonas. 

Agregó que el gobierno busca asegurar una gestión eficiente del sistema energético nacional mediante el uso coordinado de las centrales hidroeléctricas Coca Codo Sinclair, las de pasada y las plantas térmicas. “Hemos conservado el embalse de Mazar para que nos acompañe durante el estiaje, una época seca que ocurre cada año y que, en 2024, alcanzó niveles históricos”, afirmó.

Nivel sobre lo previsto activa protocolos de emergencia

Las cotas en una central hidroeléctrica indican el nivel del agua respecto al mar. En el caso de la represa Paute Mazar:

• Cota máxima de operación: 2.153 metros sobre el nivel del mar
• Cota mínima de operación: 2.098 metros
• Cota registrada al 18 de junio: 2.153,91 metros

De acuerdo con técnicos consultados, el embalse se encuentra por encima del nivel planificado, lo que obliga a la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) a activar mecanismos de descarga controlada, como vertederos o desagües de fondo, para garantizar la seguridad estructural de la represa.

La infraestructura fue diseñada con un vertedero abierto sin compuertas, capaz de evacuar hasta 7.500 metros cúbicos por segundo, una medida de seguridad prevista para situaciones de exceso de caudal como la actual.

MENOS CAUDAL, MENOS TIEMPO, MÁS RIESGO DE APAGONES

“El reporte gráfico de caudales de la represa Mazar confirma que hemos comenzado, prácticamente, el segundo semestre con un descenso en las precipitaciones y el inicio del periodo seco, con una disponibilidad de lluvias cada vez más reducida”, dijo Diego Morales, presidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos del Azuay.

Morales advirtió que el país dispone de apenas dos meses como margen de maniobra. “El gobierno debería recuperar toda la energía térmica posible, garantizar los recursos para comprar energía a Colombia y, por supuesto, tratar de implementar o cerrar todos los contratos vigentes”, sostuvo.

Por su parte, Luis Ayala, representante del Consejo Consultivo de Ingenierías y de Economía de Ecuador, señaló que, en un escenario de estiaje, la represa Mazar podría proporcionar una reserva energética para un periodo de entre 30 y 45 días.

ESCASO MARGEN DE ACCIÓN

Así, de cara a la nueva temporada seca en la cuenca donde opera este complejo hidroeléctrico —que históricamente empieza en septiembre y se extiende hasta noviembre, es decir, a apenas—, la ministra Manzano reconoció en la entrevista con Teleamazonas que, de los 403 megavatios de producción de centrales termoeléctricas que se necesitaban recuperar, apenas se han recuperado 87.

En pocas palabras, con 87 megavatios disponibles, apenas se ha recuperado el 21,6% de los 403 megavatios de producción termoeléctrica inicialmente previstos. A estos se sumarían otros 75 megavatios de Termogás Machala, dijo Manzano, sin precisar fechas.

Con esa presión del tiempo —apenas dos meses antes del inicio de la temporada seca—, el gobierno no ha logrado explicar con claridad qué se ha incorporado realmente al Sistema Nacional Interconectado, de los 1.000 megavatios que ha ofrecido reiteradamente incorporar hasta fines de este año.

Esto sin contar lo que, según la ministra Manzano, ya se habría recuperado de la actual producción: 200 megavatios tras las reparaciones del proyecto hidroeléctrico Delsitanisagua y otros 350 megavatios tras los mantenimientos de las hidroeléctricas de Agoyán y San Francisco.

En resumen, según explicaron el representante del Consejo Consultivo de Ingenierías y de Economía, Luis Ayala, y el directivo del Colegio de Ingenieros Eléctricos del Azuay, Diego Morales, lo que hasta el momento se ha logrado aumentar realmente —como nueva producción de energía eléctrica, pero postergada desde hace más de una década— son los 264 megavatios del complejo hidroeléctrico Toachi-Pilatón, que empezó a operar entre fines de 2024 y los primeros meses de 2025. A estos se suman otros 300 megavatios provenientes del alquiler de barcazas termoeléctricas turcas en Guayaquil, contratadas el año anterior y renovadas hace pocas semanas.

Así, recordaron ambos expertos, estos 564 megavatios adicionales están lejos de los más de 900 megavatios que el propio Cenace ha advertido que se necesitan para enfrentar sin racionamientos eléctricos la demanda de electricidad durante la temporada seca en las cuencas donde operan las centrales hidroeléctricas.

“Está pendiente todavía una licitación de 260 megavatios que acaba de lanzar Celec; unos 241 que se suman del contrato con las empresas Progen y Austral; y unos 34 megavatios de Elecaustro. Es decir, todavía tenemos pendientes por recuperar, repotenciar o levantar unos 500 megavatios para afrontar el segundo semestre de la mejor manera. En apenas dos meses que quedan antes del inicio del periodo seco, es muy complicado, con escenarios sumamente complejos”, advirtió Ayala.

A esta producción adicional prevista por el gobierno no se pueden agregar dos contratos firmados el 2 de agosto del año anterior, que debían —en teoría— aliviar la crisis de apagones que se extendió hasta diciembre, con racionamientos de hasta 14 horas diarias. El primero contemplaba la instalación de 50 megavatios en Quevedo, que debían entrar en operación el 5 de noviembre de 2024. El segundo establecía la entrega de 100 megavatios en la zona de El Salitral, en Guayas, con plazo hasta el 29 de noviembre del mismo año.

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