Apresurados, ya sea al trote o a paso breve, bajo la llovizna, el intenso frío y el cielo nublado que cubría el norte de Quito la mañana de ayer, decenas de personas ingresaban al edificio de la Delegación Provincial Electoral de Pichincha del Consejo Nacional Electoral, CNE.

Había empleados públicos y privados y estudiantes universitarios. La mayoría pidió permiso en sus trabajos o faltó a clases en sus universidades para cumplir con la cita. No se trataba de una jornada cualquiera: era la capacitación para asumir un papel esencial en el referéndum y la consulta popular convocados para este domingo, 16 de noviembre.
“En mi trabajo sí entendieron de que se trata y de que es obligatorio, con multa y todo, entonces por eso vine puntual, pero con un poquito de nervios porque nunca antes me había tocado estar en mesa, y mucho menos de secretaría. Por eso pregunté varias veces con qué nomás va cada sobre y con que datos se los entrega”, comentó Mayra Lascano, de 37 años, auxiliar médica de un consultorio privado de odontología, en el sur de Quito.
“No tuve que faltar a clases porque menos mal tengo horario en la tarde. Lo que veo es que no es difícil, pero sí de mucha paciencia y un poco tedioso, porque toca contar varias veces para estar 100% seguro para no equivocarse”, comentó la estudiante universitaria de informática, Carolina Vinueza.
Eran, aproximadamente 60 personas de un total de 287.725 convocados en todo el país como miembros de las denominadas juntas receptoras del voto, JRV, a quienes se les paga por 20 dólares por cumplir su función en la jornada del domingo. Para ellos esta capacitación no es opcional sino obligatoria. Quienes no se capaciten enfrentarán una sanción del 10 % del salario básico, y quienes no se presenten a la junta el día de la votación, el 15 %, lo que equivale a 70,50 dólares.

En sus manos estará la tarea de receptar los sufragios de casi 14 millones de ciudadanos que deberán acudir a las urnas de manera obligatoria. Consultado sobre el avance del proceso de capacitación, el CNE respondió que, de acuerdo con su más reciente reporte, actualizado hasta el lunes, el 67,22 % de los miembros ya fue notificado y el 38,34 % ya recibió capacitación. Con estas cifras, el organismo asegura que los plazos se cumplen según el cronograma previsto
“Deben estar cinco minutos antes de las 06:30 para recibir los materiales y luego instalar la mesa con la debida anticipación. Si llegan a las siete de la mañana, ya están automáticamente sancionados”, fue una de las primeras indicaciones del instructor, quien insistió en la importancia de la puntualidad y en seguir, al pie de la letra, la cartilla de instrucciones para cada fase del proceso.
Con esta bienvenida empezó la jornada, que consistió tanto en una parte teórica, con una exposición detallada de las instrucciones, y una parte práctica, para simular una a una cada parte de la jornada, desde cómo se recibe a los votantes hasta la firma y entrega de las actas.
Así, simularon formar juntas con siete miembros: tres principales, un secretario y tres suplentes, y pusieron a prueba las indicaciones para contar los votos y llenar correctamente las actas.

La posible llegada de un ciudadano con teléfono celular en mano fue una de los temas que más inquietudes generó. ¿Qué pasa si entra grabando o tomándose una selfie? ¿Qué hago si empieza a hacer un video de cómo vota? ¿Y si toma una foto a la papeleta?
El instructor fue claro en que el único momento en que está prohibido el uso de teléfonos celulares u otros dispositivos para tomar fotos o grabar videos es cuando el votante ya se encuentra detrás del biombo. Si eso ocurre, explicó, los integrantes de la mesa deben actuar con serenidad, sin alterarse, alzar la voz y mucho menos intentar retirarle su celular: mientras uno le notifica de manera verbal, otro llena el formulario con los datos y le entrega.
“No le va a recibir con cordialidad, ni siquiera le querrá recibir e incluso puede insultarle. Entonces, como ya se le notificó verbalmente y no recibió la notificación por escrito, esta se la pone dentro del material que se entrega a las autoridades”, sostuvo.
En su calidad de vocero de este proceso de capacitación, el director de comunicación de la delegación provincial de Pichincha del CNE, Alfredo Jarrín, dijo que el perfil mayoritario de los miembros de las juntas son estudiantes universitarios, quienes representan aproximadamente el 80 % del total, seguidos por funcionarios públicos y trabajadores del sector privado. Todos ellos fueron seleccionados de una base de más de 200.000 personas, priorizando criterios de disponibilidad y responsabilidad cívica.
“Estas sanciones son acumulativas y buscan garantizar el compromiso ciudadano en el proceso”, dijo Jarrín.
Tras casi dos horas de este taller teórico práctico, la capacitación no termina. Los miembros de las juntas deben darse de alta como usuarios de la página web del CNE www.cne.gob.ec, en donde deben rendir una prueba y obtener su certificado.
Jarrín también destacó además que la capacitación no solo busca instruir en procedimientos técnicos, sino también reforzar la confianza ciudadana en el sistema electoral. “Es fundamental que los miembros de las JRV comprendan sus funciones y límites, como la prohibición de interferir con los dispositivos electrónicos de los votantes, para garantizar la imparcialidad y la seguridad del voto”, explicó.
Según Jarrín, la estrategia de capacitación también incluye simulacros prácticos donde los participantes recrean situaciones reales que podrían presentarse en las mesas de votación, desde el registro inicial hasta la entrega de las actas al CNE. “Estos ejercicios permiten que los miembros identifiquen posibles errores y aprendan a corregirlos antes de la jornada electoral, minimizando inconsistencias y mejorando la confiabilidad de los resultados”, destacó.
El vocero de la delegación provincial enfatizó que la transparencia y el control del proceso electoral no dependen únicamente de la institución, sino también de la correcta formación de los ciudadanos. “Si los miembros de las juntas comprenden su rol, las actas reflejarán fielmente la voluntad de los votantes, y eso fortalece la legitimidad del referéndum y consulta popular”, agregó.

Jarrín también subrayó la importancia de la comunicación efectiva con los ciudadanos designados, a través de recordatorios, mensajes y material informativo, para asegurar que todos estén al tanto de la ubicación de los puntos de capacitación y del horario de atención. “Nuestro objetivo es que no haya excusas para no capacitarse; la participación activa y consciente es fundamental”, indicó.
Finalmente, el director de comunicación reiteró el llamado a la responsabilidad cívica: “Exhortamos a los ciudadanos designados a aprovechar estos días previos, a cumplir con su deber y a presentarse correctamente capacitados. Su labor es clave para que la jornada electoral se desarrolle con normalidad, eficiencia y total transparencia”, concluyó.
Consultado sobre este proceso, el analista político y experto electoral Alfredo Espinosa destacó no solo la necesidad de una capacitación de calidad, sino, sobre todo, de una doble responsabilidad que tienen los convocados como miembros de las juntas del voto, tanto para el conteo, como para entregar esta información de forma transparente.
“Ellos cuentan los votos, entonces, si están capacitados, si conocen el proceso y saben llenar correctamente las actas, el beneficio se traduce en una elección con menos inconsistencias. A mayor capacitación, menor error en la contabilidad de los votos y en las actas que los resumen”, explicó.
Espinosa señaló que las inconsistencias no siempre son producto de irregularidades deliberadas, sino de confusiones o errores humanos durante el conteo. “En muchos casos, los problemas surgen por desconocimiento o cansancio. Si los vocales principales y suplentes no comprenden bien el formulario del acta o confunden los registros, eso genera errores que luego se malinterpretan como fraude. Por eso la capacitación no solo debe ser técnica, sino también pedagógica y práctica”, enfatizó.
El experto recordó que, históricamente, en Ecuador se han registrado denuncias por inconsistencias, pero pocas prosperan porque no logran demostrar una afectación significativa en los resultados. “Yo recuerdo el caso de las elecciones de 2019, cuando se detectaron inconsistencias en cantones como Salitre y Mocache. La denuncia llegó a Fiscalía, pero no prosperó. Para hablar de fraude real debe existir una cantidad considerable de actas duplicadas o con diferencias numéricas graves entre los votos consignados y el número de votantes registrados”, apuntó.
Espinosa también subrayó que los ciudadanos designados en las mesas son quienes, en la práctica, sostienen el proceso democrático. “Se puede cuestionar al CNE muchas cosas, pero quien cuenta los votos es el ciudadano. El CNE procesa la información que recibe de ellos. De ahí que la doble responsabilidad es evidente: si un ciudadano no se capacita o no asiste a la capacitación, puede cometer errores; y si el CNE no garantiza un proceso formativo adecuado, la institución carga con las consecuencias”, analizó.
Finalmente, el especialista advirtió que los errores en el conteo o la confusión en el llenado de actas pueden convertirse en el punto de partida de narrativas desinformativas. “Por pequeñas inconsistencias se alimentan teorías de fraude o manipulación. Aunque en la mayoría de los casos no afectan los resultados, sí erosionan la credibilidad institucional. Por eso es vital reforzar la capacitación y la comunicación pública del proceso, para que la ciudadanía confíe en que su voto será contado correctamente”, concluyó.
¿Qué deben cumplir los miembros de las juntas?
En el instructivo publicado por el CNE en su página web se detallan las actividades que deben cumplir los miembros de las juntas receptoras del voto.
Instalación de la mesa
Según el instructivo, la jornada inicia con la instalación de la Junta Receptora del Voto, entre las 06:30 y las 07:00. Los miembros deben recibir el paquete electoral de las Fuerzas Armadas, revisar que el contenido coincida con el listado oficial, armar la urna, ubicar los biombos y firmar el acta de instalación. Una copia del documento debe fijarse en un lugar visible del recinto
Desarrollo de la votación
Entre las 07:00 y las 17:00, los MJRV deben cumplir un procedimiento estricto: verificar la identidad del votante, entregar la papeleta, garantizar el voto secreto, y receptar la firma o huella dactilar del elector en el padrón. Al finalizar, el presidente de mesa entrega el certificado de votación. El CNE recuerda que el uso de dispositivos móviles o electrónicos dentro del biombo está prohibido y constituye una infracción electoral
El documento también especifica medidas de inclusión, como la votación asistida y preferencial para personas con discapacidad, adultas mayores, mujeres embarazadas o con niños en brazos, y la implementación de la Mesa de Atención Preferente (MAP) dentro de cada recinto
Escrutinio y cierre
A partir de las 17:00, los MJRV deben iniciar el escrutinio. En esta etapa se cuenta el total de firmas y huellas dactilares en el padrón electoral, se comparan con el número de papeletas, y se eliminan por sorteo las papeletas sobrantes si hubiera discrepancias. Las papeletas deben clasificarse en votos válidos, blancos o nulos, y los resultados se registran en las actas de escrutinio
Prohibición de uso de celulares
El uso de celulares o aparatos electrónicos durante esta fase está restringido para todos los miembros, excepto para el vocal encargado de la suma de votos.
Embalaje y entrega
Concluido el conteo, los MJRV deben embalar cuidadosamente los documentos y materiales electorales en los sobres y paquetes designados, colocar los sellos de seguridad y entregar el material al coordinador de mesa, quien lo remitirá al Centro de Procesamiento Electoral.
El CNE recalca que todo el material electoral debe permanecer dentro del recinto y que la falta injustificada de asistencia o el incumplimiento de deberes podrá acarrear sanciones legales.



