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viernes, diciembre 5, 2025
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Aranceles a importaciones 4×4: todo lo que debes saber

El Gobierno anunció nuevos aranceles de $20 por paquete para este tipo de envíos. Pero, ¿qué es 4×4 y por qué podría afectar al envío de compras realizadas por aplicaciones como Temu o Amazon? Te contamos. 

POR: Esteban Cárdenas Verdesoto

Cynthia Sánchez, de 37 años, cuenta haber recibido un paquete apenas hace dos días y hoy, todavía, espera otro más. Los envoltorios y cajas que llegan a su domicilio tardan, algunos más y otros menos. Sin embargo, todos llevan el sello de Temu en medio del café del cartón, aún algo aplastado por el viaje. 

Hace dos días recibió un par de zapatos, implementos para su cocina y unos basureros con ojos y caritas que quiere colocar en el cuarto de sus hijos, quienes hoy están ya en la universidad. Y el paquete que aún espera trae un grifo de cocina y dos recambios para las duchas que tiene en su departamento, en el centro norte de la ciudad. 

Sánchez es una de las consumidoras “habituales” de plataformas como Temu, Tienda Mía y Shein; aunque la última sólo la ha utilizado dos veces.  “La primera vez que usé Temu fue por mi hijo, que había encontrado unas maletas que le gustaron para la universidad y unas gafas que estaban realmente económicas. Entonces, él fue el que me convenció para hacer el pedido, porque me dijo que amigos suyos ya estaban usando la aplicación y que era segura. Me costó, pero accedí y terminé por pedir las cosas para mi hijo”, dice.

Recuerda que esos días pasó sustos por pensar que le habían estafado y que nunca llegaría nada, “porque uno no está acostumbrado a hacer pedidos así y da miedo”. Sin embargo, el paquete llegó con normalidad y en el tiempo esperado. “Fueron casi un mes y una semana lo que se tardó en llegar en ese entonces, porque también había visto que las entregas estaban desbordadas por la cantidad de pedidos. Pero llegó dentro de los plazos y llegó bien”. 

Las dos maletas que compraron estaban tal como las esperaban y las gafas llegaron intactas y empaquetadas. Para ella fue un alivio poder tenerlas y saber que fue una compra real.

Fue esa primera compra, realizada hace poco más de un año, la que llegó con otras tantas más. Paquetes de medias, ropa interior, estuches de teléfono, elementos de limpieza, piezas de repostería, cosas de cocina, pines, juguetes para mascotas, elementos de lavado; todo esto ha formado parte de los paquetes que ha recibido ella en los últimos meses, “ya casi un año”. 

Para ella, la existencia de estas plataformas ha sido una forma para poder comprar utensilios y productos que necesitaban o querían pero no podían comprar debido a los elevados costos que representaban, en ocasiones, al querer comprarlos en el país. 

“Por ejemplo, pude comprar una ducha muy moderna y que nos ayuda también a ahorrar agua por menos de $50, mientras aquí una igual me costaba alrededor de $130. Es una diferencia muy grande, por lo que en la familia usar Temu y otras plataformas fue una buena elección”, dice. 

Por esto, a Sánchez la noticia de que ahora habrá un nuevo arancel de $20 por cada paquete que ingrese al país de estas aplicaciones la tomó de sorpresa. 

“A mí eso me va a afectar mucho. He escuchado que lo hacen para proteger a la industria local, pero no siempre nos alcanza para comprar cosas en los comercios locales, entonces Temu se ha convertido en la mejor y única opción para acceder a ciertos productos”, dice. 

Hoy, no sabe si seguirá usando la plataforma por el costo de paquetes extra que podría generarse en cada uno de sus pedidos. Por eso no está de acuerdo con la medida. “Pagamos justos por pecadores. Entiendo que haya personas usen las aplicaciones y el 4×4 para comercializar cosas más baratas, pero también están afectando a personas como nosotros, que usamos las aplicaciones para el consumo personal, como comercio digital”, dice. 

Así, personas como Sánchez han recibido también con sorpresa la medida informada por las entidades oficiales acerca de la implementación de este nuevo arancel desde el 16 de junio. Ecuador Chequea habló con los usuarios, quienes mostraron sus desacuerdos con la decisión. Sin embargo, hoy, es importante preguntarse sobre los motivos que impulsan la medida y cómo funcionará realmente, además de si en realidad habrá algún cambio en la dinámica comercial del país. 

Origen de la medida

La decisión no nació de un día para otro. De hecho, el régimen 4×4 (como se conoce a la categoría de importación que permite el ingreso de paquetes de hasta 4 kilogramos y hasta un precio de $400 sin pago de aranceles ni IVA) ha estado en debate durante más de una década. 

Creado en 2012, su objetivo inicial era facilitar el envío de productos personales desde el extranjero, especialmente por parte de migrantes. Sin embargo, su crecimiento sostenido y los vacíos de control han derivado en lo que hoy el Gobierno considera una distorsión: el uso del sistema con fines comerciales, sin cumplir con las obligaciones tributarias ni regulatorias exigidas en el comercio formal. 

Según datos de la Aduana ecuatoriana, en 2024 ingresaron al país más de 6,8 millones de paquetes bajo esta modalidad, por un valor FOB (Free On Board, por sus siglas en inglés, que significa todo el costo del paquete antes de entrar en el proceso de envío) de $503 millones. Esta cifra representó un crecimiento del 91% en el número de paquetes recibidos en 2023.

En promedio, el país ha recibido 570 mil paquetes por mes y $42 millones en FOB. Así, aunque la normativa prohíbe explícitamente el uso comercial del régimen, los registros revelan que muchos de estos envíos no corresponden a compras ocasionales. 

Por ejemplo, en el Top 100 de los usuarios registrados de este tipo de envíos reportaron 98.281 paquetes valorados en $9,15 millones; lo que representa más de 8.000 envíos mensuales entre apenas 100 personas. 

Los casos más llamativos, sin embargo, van más allá de la estadística. Según datos oficiales, sólo una persona importó 21.926 paquetes en un año, lo que equivale a unos 60 paquetes diarios, sin pagar aranceles, ni IVA. Los mismos registros demuestran cómo otro caso recibió 2.020 envíos por casi $98 mil, uno cada cuatro horas, durante todo un año. Y todos estos casos se dieron bajo la cobertura del 4×4. 

Son precisamente estas cifras, sumadas a una pérdida fiscal de más de 530 millones de dólares en aranceles e IVA en los últimos tres años, según cálculos oficiales, sirvieron de argumento para la decisión tomada por el Comité de Comercio Exterior (Comex). 

El pasado 2 de junio, este organismo aprobó la Resolución No. 006-2025, que impone un arancel fijo de $20 por cada paquete ingresado mediante el régimen 4×4. Y según la disposición, la medida entrará en vigencia el 16 de junio. Pero, más allá del cobro, la medida también restablece el límite anual de cuatro pedidos, o $1.600 en valor FOB por persona, mismo que había sido eliminado en 2023. 

El texto oficial en el que se expone la resolución justifica la decisión como una medida para “evitar el uso comercial del régimen 4×4” y “proteger el empleo formal y la industria nacional”. La tarifa será aplicada de forma uniforme y controlada por la Aduana. Además, se establece que la Senae y el Ministerio de la Producción deberán presentar informes técnicos semestrales sobre el impacto de la norma. 

El crecimiento de este modelo de importación, especialmente desde plataformas digitales o tiendas virtuales, según los datos, también se ha ido acelerando en los primeros meses de 2025. De hecho, sólo en el primer trimestre del año se procesaron 2,5 millones de paquetes por $165 millones, lo que representa un crecimiento del 153% en pedidos con respecto al mismo periodo de 2024. En abril de este año, el volumen superó el millón de paquetes y los $79 millones en valor FOB. 

Así, esta es una tendencia que, a criterio del Gobierno, amenaza con desbordar no sólo los controles fiscales, sino también a sectores comerciales que deben cumplir con normas como el etiquetado INEN, registros sanitarios o certificados de origen. 

Sin embargo, aunque la medida ha sido celebrada por gremios como el sector textil, que afirma que el 50% de lo importado por esta vía corresponde a ropa y calzado, y que las ventas formales en estos rubros cayeron un 2,9% en 2024; no todos comparten esa lectura. Y así, el debate comienza. 

Sectores afectados

Como se mencionó anteriormente, uno de los sectores que ha hecho sentir con más fuerza su postura ante el auge del régimen 4×4 ha sido el textil. Para los gremios productivos, el problema no está en las plataformas digitales ni en la tecnología, sino en la competencia desleal que, aseguran, ha debido enfrentar frente a productos que ingresan sin pagar tributos, sin cumplir regulaciones técnicas y que terminan vendiéndose en el mercado informal a precios con los que no pueden competir. 

Según la vocera del sector, Carolina Albán, más del 50% de las importaciones realizadas bajo esta modalidad corresponden a ropa y calzado. “Estamos hablando de prendas de vestir de adultos y niños. Esto supera el 50% de las afectaciones”, sostiene. 

De hecho, explica que, si se toma en cuenta el acumulado hasta octubre de 2024, las importaciones bajo el 4×4 crecieron un 58% en valor FOB en comparación con el mismo periodo de 2023, y un 85% en número de paquetes. Es decir, en promedio, se movieron 255.000 sólo en este sector. 

El efecto, asegura, se ha sentido en las ventas. Y es que entre enero y octubre de 2024, las cifras muestran una caída del 2,9% en las categorías de retail vinculadas a prendas de vestir y calzado. Pero, si se observa con mayor detalle, el golpe ha sido más duro para los más pequeños: los negocios con RUC de persona natural, “en su mayoría pequeños talleres, tiendas o microempresas familiares”, registraron una caída del 5% en sus ventas, mientras que las empresas formales más grandes bajaron 1,7%. Así, Albán detalla cómo los efectos del uso desmedido de las importaciones 4×4 ha afectado directamente a pequeños y medianos productores. 

“La pérdida no solamente es al sector productivo, sino también a la caja fiscal”, dice Albán, quien advierte que mientras los productores locales pagan impuestos, cumplen normativas de calidad y generan empleo, los comerciantes informales han aprovechado el vacío legal para importar sin tributar. 

“Muchos de los productos que llegan no cumplen con normas INEN, ni con etiquetado, ni con regulaciones mínimas. Algunas telas incluso pueden ser perjudiciales para la salud”, asegura. 

La diferencia de precios, además, es abismal. Ella detalla que una camiseta que llega al país desde una plataforma china puede costar entre $3 y $7, pero en el mercado informal se vende entre $20 y $30. A pesar de ese margen, aún se mantiene por debajo del precio de productos nacionales, que sí cumplen con todas las exigencias legales. 

El gremio ha seguido de cerca la evolución del régimen desde su creación. Para ellos, la eliminación del límite anual en 2023 fue el punto de quiebre. “Se abrió la ventana al contrabando disfrazado de comercio electrónico”, dice Albán, quien celebra la reciente decisión del Comex como una respuesta a una demanda histórica del sector productivo. Aún así, aclara que el nuevo arancel es apenas un primer paso y que la efectividad de la medida dependerá del control que se aplique. 

“Exigimos mayor fiscalización. Hay que establecer criterios claros que impidan la evasión de impuestos a través de micro importaciones masivas. Por ejemplo, cuando un mismo grupo familiar realiza decenas de pedidos distintos bajo nombres diferentes. Esto también debe ser regulado”, dice. 

Para el sector, destaca, no se trata de cerrar las puertas al comercio electrónico, sino de ordenar el sistema. “Este es un grano de arena que beneficiará no sólo a la producción nacional, sino también al comercio formal del país. Lo que pedimos es que el sistema proteja a quienes sí generamos empleo, sí pagamos impuestos y sí nos ponemos la camiseta”, concluye. 

Sin embargo, no todas las visiones coinciden con que esta medida sea la mejor opción. 

Posturas en contra

Para el economista Jorge Calderón, la decisión del Gobierno debe leerse como una medida para proteger a la industria local, pero también, “quizá principalmente”, como una salida fiscal ante la falta de alternativas para incrementar los ingresos del Estado en el corto plazo. 

“El Gobierno necesita ingresos, y ya no hay condiciones de contribuciones temporales. No hay una reforma tributaria que esté vigente en 2025”, explica.

En ese contexto, las compras por courier, dice, se convirtieron en un blanco lógico: es una actividad económica en crecimiento, con cifras claras de expansión y sin una carga impositiva directa. 

Según Calderón, el volumen de compras a través de plataformas ha crecido de manera exponencial. “Entre 2023 y 2024 casi se ha duplicado la compra por estas vías. Y, si comparamos el primer trimestre de este año con el año pasado, el crecimiento es por tres”, dice. “Este despegue ha hecho que el régimen 4×4 se perciba como una oportunidad de recaudación rápida y directa”. 

Sin embargo, Calderón no comparte el fondo de la medida. A su juicio, imponer un arancel de forma generalizada termina siendo una limitación a la libertad de consumo, lo que no es una solución estructural ni sostenible. “Más allá del propósito de defender a la industria nacional, estás restringiendo la libertad para consumir. El ciudadano debería mantener esa libertad para consumir bienes locales o importados y que compitan en términos de calidad y precio”. 

Para él, el camino no debe ser el castigo, sino el fortalecimiento. “Hay que ir de la mano de políticas, con incentivos que ayuden a la empresa nacional a fortalecerse, a ser más competitiva. Cómo poder bajar los costos de financiamiento, los costos de servicios básicos. Hay que irnos por esa vía”, dice. 

Calderón insiste en que limitar el acceso a bienes importados sin resolver los problemas estructurales de la industria sólo desplaza el problema, sin necesidad de resolverlo. 

Para Calderón, más que un nuevo arancel lo que necesita Ecuador es un sistema de control eficiente, que evite abusos y garantice que la modalidad 4×4 cumpla su objetivo original: permitir importaciones pequeñas, de uso personal. 

Otras opiniones 

Quien también se vio afectada por la noticia es Estefanía Romero, de 29 años, quien suele hacer pedidos de papelería especializada por aplicaciones como Tienda Mía, además de artículos de diseño gráfico y productos de cocina que, asegura, “simplemente no existen en Ecuador o son poco costeables”. 

Ella dice que su presupuesto mensual se vería alterado por el nuevo arancel. “Yo no pido nada para vender o revender. Es para mí, para mi trabajo. Pero si a cada cosa que pido le van a poner $20 encima, entonces me tocará dejar de comprar”, dice. 

Romero no está en contra del comercio local, pero cree que no puede defenderse con restricciones al consumidor. “Yo trato de comprar aquí siempre que puedo, pero muchas veces no encuentro lo que busco o me cuesta el triple. Y si hay opciones más baratas, no deberían quitarnos esa opción, sino competir de forma justa”, destaca. 

Ella, como Cynthia, teme que esta decisión las empuje a tener que prescindir de productos que, en el caso de Estefanía, son elementales para su trabajo, y que, en el caso de Sánchez, le han permitido mejorar su calidad de vida de forma costeable. 

Mientras tanto, la noticia de los nuevos aranceles ha empezado a circular entre sus grupos familiares o de amigos. Algunos usuarios, como ellas, prevén una pausa en sus compras; otros, una estrategia para unir pedidos entre varias personas. Lo cierto es que la medida ya cambió las reglas de juego.

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