En una elección marcada por la “polarización total”, los finalistas se definieron más por el rechazo al otro que por las adhesiones a cada candidatura. La segunda vuelta —según el análisis— se definirá, entre “cuco” y “cuco”, para ver cuál es el peor “cuco”.
POR: Esteban Cárdenas Verdesoto
El momento crucial llegó y el país ya ve los resultados de lo que ocurrió ayer en las urnas. La consolidación de la tendencia en el conteo de votos mantiene marcó una clara segunda vuelta con una diferencia mínima de votos entre el correísmo y ADN en el nuevo punto de partida.
Con el 93,47% de actas escrutadas, los datos oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE) dan como ganador de la primera vuelta a Daniel Noboa, con un porcentaje de votación del 44,26% de los electores. Sin embargo, a pocos pasos le sigue, mientras el conteo continúa, Luisa González; con una votación del 43,84%. Esto, en números, representa algo más de 45.000 votos, una cifra mínima que equivale a menos que la parroquia quiteña de Tumbaco.
En tercer lugar, pero muy lejos de los finales, está Leonidas Iza, con apenas el 5,3%, seguido de Andrea González, con 2,7% de los votos. Los 12 candidatos que restan mantienen menos del 0,7% de la votación cada uno.
Así, con un país tan polarizado y sin tendencias claras, Ecuador Chequea te trae el análisis punto por punto de cómo se ha dividido la votación por provincias y cuál es la realidad de lo que se vive actualmente en el país.
Disección de resultados
Los últimos votos se siguen procesando, subiendo punto por punto la radiografía sobre la realidad que se vive en el país. ¿Cómo votaron los ecuatorianos?
Este mapa refleja los resultados electorales conseguidos por el correísmo y ADN en las diferentes provincias. Como se puede ver, el correísmo vence en todas las provincias de la Costa, a veces con unas diferencias más grandes que otras. Manabí sigue siendo el bastión de la Revolución Ciudadana, que alcanzó una votación del 62,99% en esa provincia, frente al 30,15% de Daniel Noboa: una relación de 2 a 1.
Pero también se pueden ver otras provincias en las que el correísmo presentaba antes una mayor votación, pero hoy las dos fuerzas políticas se baten frente a frente. Una de estas es Guayas, donde ADN alcanza el 43,73% de votación, frente al correísmo, que obtiene el 48,39% en la elección.
De igual manera, se puede ver que las provincias en las que gana ADN son: Carchi, Pichincha, Cotopaxi, Chimborazo, Tungurahua, Bolívar, Azuay, Cañar, Loja Napo, Morona Santiago, Sucumbíos, Pastaza y Galápagos. Por otro lado, la Revolución Ciudadana hace mayor presencia y alcanza la victoria en los siguientes territorios: Sucumbíos, Orellana, Imbabura, Esmeraldas, Santo Domingo, Los Ríos, Guayas, Manabí, Santa Elena y El Oro.
Así, se puede ver cómo en toda la Costa, en una provincia de la Sierra Norte y en dos de la Amazonía gana el correísmo. Mientras en casi toda la Sierra y la Amazonía gana ADN. Sin embargo, la distribución de los votos, si se analiza la población, se ve así:
En este mapa se puede ver cómo los círculos representan la población de cada una de las provincias, según el número de votos que recibió cada uno de los partidos. Viendo estos gráficos y con las cifras en mente, cabe preguntarse ¿qué significan estos para el futuro y presente del país?
Explicación de los votos
Para el politólogo Pablo Medina, estos resultados presentan una imagen difusa, que deberá seguirse analizando en las próximas semanas. Sin embargo, una de las conclusiones a las que llega es que “en esta elección casi no ha existido una dispersión del voto”.
En otras elecciones, cuenta, las primeras vueltas han tenido una mayor dispersión, porque otros candidatos se han acercado al 10% o al 20% de votación. Por ejemplo, en las elecciones anticipadas de 2023 se pudo ver cómo Christian Zurita (quien reemplazó a Fernando Villavicencio) y Jan Topic, quienes no alcanzaron la segunda vuelta, recibieron una votación de entre el 13% y 14%. Sin embargo, “en esta ocasión vemos cómo no hay medias tintas u otros candidatos que se hayan peleado la primera vuelta. Son sólo dos opciones que marcan un despunte general”.
Pero, según el experto, esta elección también muestra cómo se mantienen las tendencias del voto correísta y anticorreísta en las provincias donde ya ha existido gran presencia. Esto se puede ver si se analiza la distribución del voto en las elecciones de 2023 y 2021.
2023:
2021:
Sin embargo, para Medina, si bien se han mantenido ciertos territorios y se han perdido otros, en términos de análisis por provincia, existe un hecho inédito que ha alcanzado el correísmo en esta elección.
“Los techos del correísmo en primera vuelta se han roto. Por ejemplo, en provincias como Manabí en primera vuelta el correísmo alcanzaba alrededor del 40% al 50%, algo que no es poco considerable pero que no se compara con lo que hoy alcanza, que es más del 60%. Lo mismo en Tungurahua, donde el correísmo no tiene fuerza, pero que aún así su votación alcanza picos que no se habían alcanzado en primera vuelta desde las elecciones de 2021”, dice.
Para Medina, esto, sin embargo, no representa un fortalecimiento del correísmo. “No es que el correísmo convenció al 20% que le faltaba en Manabí o que sigue convenciendo más gente. El tema es otro”, dice.
Para el experto, lo que ocurrió es “algo que en ciencias políticas se llama como identidades negativas”. “No son dos candidatos que concentraron el voto, sino que son dos candidatos cuyos opositores se plegaron al candidato que considera que lo puede ganar. Quien está permitiendo esta concentración es el anticorreísmo y el antinoboísmo. Este crecimiento no es por Correa, sino por el antinoboísmo que se ha afianzado en el país”, dice.
En otras palabras, la oposición fuerte a Noboa ha hecho que los votantes prefieran buscar a quien le pueda ganar; y lo mismo del otro lado. “Esta es una polarización total”.
Sobre lo que pasaría en segunda vuelta, el experto explica que “ahora los techos de primera vuelta del correísmo se han roto. Y, aunque el partido está cerca, es poco probable que se consigan más votos en otras provincias”.
Por otro lado, “el endoso de los votos no es tan automático. El voto de Leonidas Iza se va a dividir en tres, porque la Sierra Centro es mayoritariamente de ADN. Pero el movimiento indígena no todos van a apoyar al correísmo, por lo que ese 5% de Iza muy probablemente se diluya”.
“El correísmo la tiene dura, pero es el momento en el que más cerca ha estado de Carondelet desde que salió del poder. Por otro lado, Noboa tiene que encantar”, dice. “La narrativa del anticorreísmo le puede funcionar un poco, algo así como ‘ya viene el cuco’. Pero el problema aquí es que si ves la correlación en los votos antinoboa, están en las zonas más calientes en temas de seguridad; se podría decir que, al final, son la gente que pone los muertos. Entonces, convencerlos de que se pueden hacer cosas es muy difícil, porque ellos sufren la violencia en primera persona. Por eso lo que le queda a Noboa es asegurar la sierra y conseguir lo que pueda en la Costa”, dice.
Así, la segunda vuelta se pinta compleja y el experto llama a esperar con expectativa y paciencia lo que queda en el proceso electoral. Porque esto recién vuelve a empezar.
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