Tras el triunfo del No, el pedido al Gobierno es que cambie de rumbo; pero se han empezado a escuchar voces que sugieren que dé un paso al costado. ¿Se está tratando de ‘pescar a río revuelto’? ¿El correísmo sobredimensiona sus resultados electorales?
POR: Hugo Constante
Un ambiente de incertidumbre política ha generado el triunfo del No en las ocho preguntas impulsadas por el Gobierno, por lo que ciertos sectores de oposición han comenzado a promover la idea de que el presidente, Guillermo Lasso, dé un paso al costado y llame a elecciones anticipadas. Sin embargo, analistas políticos y otros dirigentes aseguran que ese no es el camino para resolver la situación del país.
La politóloga Verónica Albuja considera que el triunfo del No constituyó una especie de evaluación a la gestión del primer mandatario; que el pueblo necesita reactivación económica, mejores condiciones laborales. Es decir, que lo que necesita el país en este momento son soluciones a sus problemas, y que el Gobierno debe reformular su política económica y social, cambiar sus prioridades, e inclusive cambiar, si es necesario, a ministros que no le han aportado a su gestión en las diferentes áreas.
Uno de los sectores que promueven las elecciones anticipadas es el correísmo, amparado en los resultados de las elecciones seccionales, donde logró importantes triunfos. Sin embargo, Albuja dijo que, si bien en Guayas y en Guayaquil, esa opción política ganó importantes espacios que estaban en poder de los socialcristianos, en términos del país, no es que un gran sector poblacional se haya pronunciado de manera contundente por el correísmo. Mencionó que en Quito, por ejemplo, el candidato del correísmo a la Alcaldía recibió el 25% de la votación; y que hay un buen número de votos blancos, nulos y ausentismo (34,22% entre las tres), lo que significa que no hay confianza en el sistema de partidos políticos. “Frente a la larga lista de candidatos, la ciudadanía optó por el que cree que es el mejor candidato, pero no es que alguna opción haya logrado el 50 o 60%. Por lo que, si hay alguna idea de querer ‘pescar a río revuelto’, no veo un apoyo fuerte de la ciudadanía”, manifestó Albuja.
Desde el lado del sindicalismo, José Villavicencio, vicepresidente del FUT, uno de los sectores de oposición más fuerte a los gobiernos de turno y que incluso promovió el No en la consulta, manifestó que la opción no es la muerte cruzada o elecciones anticipadas, y que los resultados significan, más bien, que el Gobierno debe corregir su política. “Esta derrota debe servir al Gobierno para que atienda las necesidades del pueblo”, dijo Villavicencio, al tiempo que manifestó que continuarán su lucha en las calles para que se cumplan los cambios que necesita el país.
En tanto que el asambleísta independiente Pedro Velasco aseguró que es apresurado el pedido que hacen varios sectores para que Lasso dé un paso al costado y adelante las elecciones, ya que el periodo de Gobierno está contemplado en la Constitución y esta señala que es de cuatro años, así que lo que corresponde es que llegue el 2025 para elegir nuevas autoridades.
La visión constitucional
A través de un comunicado, el vicepresidente de la República, Alfredo Borrero, rechazó lo que llamó “intenciones de desestabilización que ponen en riesgo la democracia, ya que generan confusión y preocupan a la sociedad”. Borrero ratificó su lealtad al presidente, Guillermo Lasso, al Gobierno y al pueblo. Esto, porque comenzó a correr el rumor de que él estaba preparando su renuncia.
El artículo 129 de la Constitución señala las causales para enjuiciar políticamente a un Presidente de la República: por delitos contra la seguridad del Estado; por delitos de concusión, cohecho, peculado o enriquecimiento ilícito; por delitos de genocidio, tortura, desaparición forzada de personas, secuestro u homicidio por razones políticas o de conciencia. Para la censura y destitución se requieren 92 votos, de los 137 asambleístas.
Esta alternativa aún no ha sido mencionada por los actores políticos. Lo que han argumentado es lo que se conoce como “muerte cruzada”. En la Constitución esta alternativa se da por dos vías. El artículo 130 señala que la Asamblea podrá destituir al Presidente de la República en los siguientes casos:
1. Por arrogarse funciones que no le competan constitucionalmente, previo dictamen favorable de la Corte Constitucional.
2. Por grave crisis política y conmoción interna.
De prosperar la destitución, para lo que se necesitan también 92 votos, el Vicepresidente asumirá la Presidencia de la República y es una facultad que puede ser ejercida por una sola vez durante el periodo legislativo, en los tres primeros años del mismo.
De darse la destitución, el Consejo Nacional Electoral (CNE) debe convocar para una misma fecha a elecciones legislativas y presidenciales anticipadas para el resto de los respectivos periodos.
Mientras que el artículo 148 señala que el Presidente de la República podrá disolver la Asamblea cuando, a su juicio, esta se hubiera arrogado funciones que no le competan constitucionalmente, previo dictamen favorable de la Corte Constitucional; o si de forma reiterada e injustificada obstruye la ejecución del Plan Nacional de Desarrollo, o por grave crisis política y conmoción interna. Para aplicar este mecanismo el Gobierno sólo requiere la expedición de un decreto de disolución.
Esta facultad también podrá ser ejercida por una sola vez en los tres primeros años de su mandato y de igual manera el CNE deberá convocar a elecciones legislativas y presidenciales para el resto de los respectivos periodos y hasta entonces gobernaría con Decretos – Ley.
Para el constitucionalista Jorge Peñafiel es viable que el Gobierno pueda aplicar el artículo 148, pero no considera que sea políticamente correcto, ya que eso sería profundizar la crisis. “Creo que ni a la propia Revolución Ciudadana (correísmo) le debería interesar llamar a elecciones anticipadas, ya que está sobredimensionada la victoria que ha tenido. Las votaciones, en número, no han sido tan atractivas para esa agrupación. Muchos han ganado con el 25% y no tienen mayoría, por ejemplo, en el Concejo Metropolitano de Quito; tampoco es que ha conseguido la joya de la corona o el premio mayor y el Gobierno tiene algo de aire político para poder salir adelante”, dijo Peñafiel. Agregó que la solución a la crisis política no se resuelve con la muerte cruzada, ya que sólo se pospone para las próximas elecciones los problemas del país.
Mientras que la vía para aplicar la muerte cruzada desde la Asamblea (artículo 130), dijo el constitucionalista, ya se agotó el 28 de junio de 2022, cuando el Legislativo recurrió a ese procedimiento pero no alcanzó los votos, ya que obtuvo 80 de 92 que se necesitan para la destitución. “Los asambleístas ya votaron por esa propuesta, ya ejercieron esa facultad, por lo que perdieron esa posibilidad”, dijo.
Sin embargo, legisladores correístas como Ferdinand Álvarez, aseguran que aún se puede activar ese mecanismo desde la Asamblea y que todo depende de que las fuerzas políticas se pongan de acuerdo. Peñafiel admite que todo pasa por el momento político y por los votos, pero, a su criterio, no sería constitucionalmente válido ni legal. “Lo que argumenta el correísmo es que el ejercicio de la facultad es cuando efectivamente se la cumple (la destitución), pero no es así, ya que existió una votación y un resultado de esa moción de destitución, por lo que la facultad ya fue ejercida”, explicó el constitucionalista.
El llamado al diálogo
Anoche, en cadena nacional, el presidente Lasso reconoció su derrota en las urnas, aceptó los resultados del No y dijo que es el resultado de la expresión popular. Agregó que, más allá de los resultados, todos en el país buscan más seguridad, mejor educación, salud, salarios y que lograrlo es responsabilidad de toda la clase política, por lo que convocó a toda la dirigencia nacional para construir un “gran acuerdo”. «Este Gobierno toma este referendo como lo que siempre fue, la oportunidad de escucharlos, de aprender e incluso de reconectar con ustedes. El trabajo seguirá sin descanso», dijo Lasso.
Poco después, través de su cuenta de Twitter el expresidente Rafael Correa, prófugo de la Justicia ecuatoriana tras ser sentenciado por actos de corrupción, escribió: “Un gran acuerdo pasa por adelantar elecciones”, narrativa que la han repetido los miembros de su bancada, excepto Blasco Luna, quien en horas de la mañana aseguró que el resultado de la consulta es una alerta para que el Gobierno dé un giro de timón y cumpla lo que ofreció en campaña. Luna aseguró que en ningún momento Correa manifestó que se debe ir a elecciones anticipadas, ya que su agrupación “respeta por sobre todas las cosas los procesos democráticos”, pero que puede venir un pedido de revocatoria de mandato.
El Partido Social Cristiano anticipó que no se sumaría a esa convocatoria al diálogo. Esteban Torres, jefe de esa bancada, la calificó de falsa y mentirosa. El líder de esta agrupación, Jaime Nebot, reconoció el triunfo del correísmo en Guayas y Guayaquil, y arremetió contra Lasso, con quien mantuvo una alianza en la campaña electoral presidencial: «En el 2021 dimos nuestros votos para Presidente a un hombre que nos traicionó, no sólo a nosotros, sino a los ecuatorianos, al hacer lo contrario a lo que se planteó en campaña. Era totalmente posible realizar una administración eficaz y, al mismo tiempo, solidaria, que beneficie a todos los ecuatorianos», dijo.
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