El informe anual obligatorio se convierte en una rutina a la que los legisladores asisten, aunque preferirían no estar. Eso se evidenció hoy. La Fiscal hizo un fuerte reclamo. “Es su obligación soportarme”, les dijo. Una crónica.
POR: Hugo Constante
“No se aburran, señores asambleístas, por cumplir con su deber. Yo sé que es tedioso escuchar tanto trabajo que ha realizado la Fiscalía General durante el 2022, pero es su obligación soportarme”. La frase lapidaria le corresponde a la fiscal general, Diana Salazar, y la dijo hoy, ante el Pleno de la Asamblea, al ver que su informe de labores era atendido por pocos, muy pocos legisladores.
Salazar acudió a la sesión del Pleno, ya que el artículo 47 de la Ley de la Función Legislativa establece que, entre otras autoridades, debe presentar su informe anual de labores, en enero de cada año. La Fiscal hizo una larga exposición del estado de casos, la importancia de tener una legislación que evite el avance del crimen organizado —que ha penetrado en la sociedad, dijo—, el rol que cumple cada unidad especializada, cómo se está combatiendo la corrupción, el lavado de dinero, los delitos sexuales e incluso cómo trabaja en materia de Derechos Humanos.
Pero nada de lo expuesto logró atraer la atención de los legisladores, a pesar de que mencionó temas de interés público, como el caso Las Torres, donde se juzga al excontralor Pablo Celi; los procesos abiertos contra integrantes de bandas delincuenciales como los Tiguerones y los Lagartos, cómo se trabaja en contra del lavado de activos, entre otros temas.
Pero los legisladores estaban en su propio mundo, unos hablando entre ellos, otros hablando por teléfono, unos cuantos tomando café en el pasillo, y varios clavados en sus laptops. Salazar lo captó todo, durante su intervención se calló un par de veces como llamado de atención, pero ni así.
Es por eso que, tras concluir su exposición, en declaraciones a la prensa, manifestó que se debería exigir a los asambleístas que pongan mayor atención, para que sea un verdadero ejercicio de fiscalización a las autoridades. “Muchas curules estuvieron vacías, otros estaban conversando; muy pocas asambleístas pusieron la atención que corresponde, pero la mayoría no lo hizo”, manifestó.
Salazar agregó que es momento de pensar en otras alternativas para rendir cuentas a la ciudadanía: “En este momento pude haber estado trabajando en el despacho, atendiendo otras causas y no venir a hacer una rendición de cuentas por cumplir lo que dice la Ley; hay que hacer el trabajo con responsabilidad”, dijo. Crítica que se extendió al hecho de que en no pocas ocasiones es llamada a comparecer a varias comisiones al mismo tiempo y casi por los mismos temas.
Poco interés generalizado
Salazar fue la última de presentar su informe de labores en la sesión a la que fueron también convocados el Defensor del Pueblo, César Córdova, en su calidad de presidente de la Función de Transparencia; el Defensor Público, Ángel Torres Machuca; y el presidente temporal de la Judicatura, Fausto Murillo. En todos los casos tuvieron que pasar la misma experiencia de Salazar: la poca atención de los asambleístas.
Gran parte de las intervenciones de Córdova y de Torres fueron para exponer la normativa que rige a sus instituciones, algunos datos de la labor cumplida y para justificar sus designaciones. Murillo, por su parte, expuso una parte de la realidad de la Justicia en el país. Que entre septiembre y diciembre de 2022 se destruyeron 81,84 toneladas de droga; que en el 2022 se destituyó a 77 funcionarios judiciales: 29 jueces, seis fiscales, dos notarios y otros 40 de otro tipo; que el año anterior se presentaron 217 solicitudes para que se trate el error inexcusable, dolo y manifiesta negligencia, de las que se aceptaron 19, se negaron 108 y 90 están por resolverse; que de 714.231 causas ingresadas se han resuelto 685.009; que se han nombrado a 78 nuevos jueces, 76 fiscales y 76 defensores públicos.
Murillo también estuvo consciente del poco interés que generan en la Asamblea los informes anuales de gestión. Por eso, antes de cada cifra dada les decía a los legisladores: “Esto es importante, señores asambleístas”, “vale la pena, señores asambleístas, poner atención a estas cifras”, “esta cifra también es importante”. Pero si tenía la esperanza de captar la atención de los legisladores, fracasó rotundamente en el intento.
Así transcurrieron cerca de tres horas y media de informes de labores, que se iniciaron con el registro de 131 asambleístas presentes, pero que en un momento dado estuvieron, siendo generosos con la cifra, 60, aunque el quórum para sesionar es de mínimo 70.
La rutina volverá a cumplirse mañana en el Pleno de la Asamblea, ya que están convocados el Contralor General, el Procurador, el Presidente del Tribunal Contencioso Electoral y la Presidenta del Consejo Nacional Electoral. ¿Será que mañana cala en los asambleístas la crítica de Salazar y esta vez, por lo menos amagan que ponen atención?
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