La gestión de Daniel Noboa, se ha caracterizado por el conflicto con su vicepresidenta, Verónica Abad; la opacidad de sus cifras para combatir la inseguridad; y la incertidumbre ciudadana ante los apagones. Hoy, el presidente-candidato cumple un año en el poder.
POR: Hugo Constante
Hoy se cumple un año desde la posesión de Daniel Noboa como Presidente de la República. Su elección en las urnas estuvo marcada por dos hechos insólitos en el país. El primero, la aplicación de la muerte cruzada por parte del entonces presidente Guillermo Lasso, que implicó la disolución de la Asamblea y la inmediata convocatoria a elecciones generales. Y el segundo hecho, el asesinato del candidato presidencial de Construye, Fernando Villavicencio, en plena campaña electoral, a pocos días de la primera vuelta.
Ese fue el contexto previo que llevó a un casi desconocido Noboa al poder de manera sorpresiva para completar el mandato de Lasso. Para Gabriela León, docente universitaria y constitucionalista, el año de gestión inició bastante bien para Noboa, ya que logró que el pueblo le aprobara la mayoría de temas propuestos para referéndum y consulta popular, aunque muchas de esas preguntas no necesitaban de consulta popular, ya que se podían realizar vía Asamblea. Sin embargo, añade León, su gestión se va diluyendo en la medida en que debe enfrentar el tema de inseguridad, para lo cual no dudó en declarar la existencia de un “conflicto armado interno” y con ese pretexto incrementar el IVA en tres puntos. “En materia económica no se le ha exigido al Presidente una rendición de cuentas apropiada. Nos han subido el IVA en tres puntos, al 15%, pero esa recaudación no se ve reflejada en los fines para la que fue orientada, que era el combate a la delincuencia organizada. Al final, la que termina por pagar el precio de esta crisis es la clase media”, considera León.
Por su parte, Roger Celi, del Observatorio Legislativo, cree que la gestión de Noboa ha estado marcada por su intención de reelegirse, lo que resultó más que evidente en la última disputa que mantuvo con la presidenta de la Asamblea, Viviana Veloz, quien también busca la reelección, con relación a quién fue proponente de la ley para la creación de la universidad pública de Santo Domingo de los Tsáchilas, si Noboa o Veloz. El proyecto de Ley fue aprobado esta semana por el Pleno de la Asamblea, pero Celi no duda de que sea vetado por el primer mandatario, para restarle visibilidad electoral a Veloz. Un segundo punto que destaca el analista parlamentario es que Noboa ha gobernado a través de leyes urgentes en materia económica. En esa dinámica considera que ni la Asamblea ni el Ejecutivo han logrado sacar “buena nota” en un año de gestión, ya que no han logrado consolidar normativa que permita generar política pública adecuada para que mejore la calidad de vida de los ecuatorianos.
Pero el Gobierno insiste en sus proyectos económicos urgentes, con el argumento de combatir la delincuencia. El último de ellos es el propuesto contra el lavado de activos, que ya está en trámite en la Asamblea. La jefa de la bancada oficialista, Valentina Centeno, manifestó que esta herramienta legal busca erradicar, prevenir y combatir a las estructuras criminales que están disfrazadas de “servicios lícitos”, pero que camuflan el lavado de activos. “Es importante esta legislación para eliminar a la mafias y para la lucha contra el terrorismo y narcoterrorismo que tenemos en nuestro país”, dijo Centeno.
Evaluación general
Tres puntos conflictivos son los que han marcado la gestión de Noboa en lo que va de su primer año de gestión:
- Nula relación con su vicepresidenta, Verónica Abad. La tensa relación entre Noboa y Abad se hizo pública desde el mismo día en que el binomio ganó la elección de segunda vuelta: celebraron por separado. Empeoró tras la posesión en la Asamblea: Abad no estuvo ni en la foto oficial, en la que consta el gabinete, ni en el almuerzo protocolar ofrecido en el Palacio de Gobierno. La vicepresidenta prefirió almorzar en el Mercado de Iñaquito. Luego, Noboa envió a Abad a Israel como “embajadora para la paz”, a pesar del estado de guerra que en ese momento vivía ese país, por lo que le envió posteriormente a Turquía. Noboa y algunos de sus colaboradores se han enfrentado con la Vicepresidenta en un intercambio de denuncias de violencia política de género que están por resolverse en el Tribunal Contencioso Electoral. A la par, el Ministerio del Trabajo suspendió a Abad, a través de un sumario administrativo, de su cargo de Vicepresidenta de la República y Noboa nombró como su reemplazo temporal a Sariha Moya. Desde diversos sectores aseguran que la verdadera intención de Noboa es evitar que Abad le reemplace en el cargo cuando tenga que pedir licencia para cumplir la campaña por la reelección.
- Falta de transparencia para combatir la inseguridad. Es evidente que el país vive su peor momento en el tema de seguridad, afectada por varías vías: narcotráfico, narcopolítica, narcojusticia, consolidación de bandas criminales que se disputan territorios, masacres carcelarias, violencia callejera. Si bien son problemas que en muchos casos vienen dándose desde gobiernos anteriores, la forma en que ha enfrentado el Gobierno de Daniel Noboa deja más dudas que certezas, más desesperanza que esperanza. El punto más complejo que enfrentó el Gobierno en esta ola de violencia fue la toma, en vivo, de TC Televisión – Guayaquil, por un grupo de pandilleros. Tras este episodio el Gobierno declaró la existencia de un conflicto armado interno. Y para sostener la lucha contra ese conflicto armado interno adoptó varias medidas. Por ejemplo el incremento del IVA del 12% al 15%. El oficialismo justificó ese incremento con el discurso de que era necesario para acabar con las extorsiones, la delincuencia, el crimen organizado, la inseguridad en general. Una vez vigente el incremento del Impuesto los problemas son los mismos y se evidencia la falta de transparencia en el tema: el Gobierno se reserva los aspectos de su plan Fénix para combatir la inseguridad, las masacres carcelarias continúan a pesar de la militarización de las prisiones, el Servicio Nacional de Rehabilitación Social (SNAI) reacciona tarde, en el mejor de los casos; los sicariatos a escala nacional son noticias de todos los días, las extorsiones siguen; las cifras de detenidos y procesados en el marco del conflicto armado son un misterio; Fuerzas Armadas y Policía agrupados en el bloque de seguridad, no esclarecen el tema. Y para rematar este panorama, Noboa advierte de la existencia de 2.000 hectáreas de plantaciones ilegales de hoja de coca en el territorio nacional, información que ninguna autoridad militar o policial ha podido confirmar.
- Oscuridad eléctrica y de gestión. Desde el 18 de septiembre el país vive al ritmo de los cortes de luz, debido a la grave crisis eléctrica por una larga sequía. Apagones de hasta 14 horas que han alterado por completo la vida de los ecuatorianos y han puesto en un momento complejo la actividad económica. Testimonios ciudadanos recogidos por Ecuador Chequea dan cuenta de cómo se han alterado las rutinas diarias de estudiantes, amas de casa, profesionales; de las afectaciones económicas que viven los negocios, empresas, instituciones y otros sectores económicos.Y más allá de los apagones por efectos propios de la naturaleza, está la incertidumbre por la gestión gubernamental para solucionar esta crisis. Porque la característica ha sido que no se respeten los horarios anunciados de cortes de luz; porque un día las autoridades anuncian que se reducirán el número de horas de los apagones y casi de inmediato les toca rectificar e informar que por el contrario, los horarios se extienden. Porque parte de la solución en la que Noboa ha puesto su esperanza es que Colombia nos venda energía. Porque no se puede planificar. “Al terminar el año tenemos una gran crisis de provisión de energía eléctrica sin que haya una solución en el corto o mediano plazos, que no sea depender de Colombia. No sabemos qué se está haciendo en las hidroeléctricas, cómo están los otros proyectos para la producción de energía y en eso al Presidente se le está yendo su nivel de apoyo, sino probablemente la reelección”, comentó León.
FRASES DE ANÁLISIS:
“Hay un abuso de la figura de Estado de Excepción. (…) Al terminar el 2024 los ecuatorianos habremos vivido 9 de los 11 primeros meses en Estado de Excepción, todos con el argumento de combatir la violencia pero no vemos grandes cambios en relación a esa situación, y se está desnaturalizando esa figura constitucional”.
Gabriela León, catedrática y constitucionalista
“La relación Ejecutivo – Legislativo se ha tornado en una disputa electoral, ni siquiera es una pugna ideológica o de poderes, ya que, por ejemplo, se han vetado totalmente siete leyes, una buenas otras malas, pero que es un número elevado. El escenario no ha cambiado, seguimos en el enclave electoral y la gestión gubernamental y de la Asamblea va de acuerdo a la fluctuación de los números (intención de voto) entre Noboa y (Luisa) González”.
Roger Celi, del Observatorio Legislativo.