El complejo hidroeléctrico Mazar siguió con un ritmo mínimo, con menos del 10% de su capacidad tras dos días de no producir ni uno solo de los 1.756 megavatios de su potencial, correspondiente al 38% de la demanda nacional. El país sigue a la espera de los horarios para las siguientes semanas.
POR: Juan Camilo Escobar
Casi al final de una semana que fue catalogada como “crítica” en la crisis energética, el presidente, Daniel Noboa, anunció una reducción gradual en los cortes de electricidad que afectan a las zonas residenciales del país, tras semanas de interrupciones que han llegado a extenderse por 10 horas diarias. Acompañado por las ministras de Ambiente y Energía, Inés Manzano, y de Producción, Sonsoles García, Noboa informó que los apagones disminuirán a 8 horas diarias a partir de la semana del 21 de octubre. Para la semana del 28 de octubre, los cortes se reducirán a 6 horas, y desde el 6 de noviembre, serán de 4 horas diarias.
En cuanto a las zonas industriales, los horarios de racionamiento se mantendrán sin cambios. Sin embargo, la Ministra de Producción señaló que se implementarán incentivos fiscales y apoyo logístico para las empresas afectadas. Además, el Gobierno presentará propuestas ante la Asamblea Nacional para garantizar la competitividad y sostenibilidad del sector en medio de la crisis energética.
La oferta de reducir gradualmente los apagones, que han afectado a las zonas residenciales durante cinco semanas, ha sido recibida con una mezcla de alivio y escepticismo por parte de los usuarios, quienes recordaron anteriores incumplimientos en los horarios anunciados, lo que ha dificultado la planificación de sus actividades diarias.
Así, para muchos, la promesa suena más a una tregua temporal que a una solución definitiva ante el colapso de la central hidroeléctrica Mazar, de cuyo reservorio depende el funcionamiento de otras dos hidroeléctricas, que en conjunto cubren, según datos oficiales, el 38% de la demanda nacional.
En pocas palabras, no sólo se trata de horarios incumplidos y días más largos de lo previsto sin energía, sino de la sensación creciente de que el Gobierno se está quedando sin opciones reales mientras no se intensifiquen las lluvias que comenzaron el pasado 26 de septiembre en la cuenca del Paute, en el sur del país, donde opera este estratégico embalse. Este viernes 18 de octubre, por ejemplo, se cumplen 10 días consecutivos en que la central hidroeléctrica Mazar ha apagado sus dos turbinas de manera intermitente, por horas e incluso por varios días completos, como sucedió entre el 11 y 13 de octubre.
En este contexto, la ministra de Energía, Inés Manzano, advirtió el pasado domingo que esta semana sería «crítica». Explicó que había ordenado el «descanso» de la hidroeléctrica Mazar, tras un aumento en los caudales y la producción de energía de la central Coca Codo Sinclair, lo que permitió una leve reducción en las horas de racionamiento durante el fin de semana.
¿Cómo empezaron, en la práctica, las primeras jornadas laborables de esta semana «crítica»? El reporte de producción de la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) puntualiza que, a las 08:00 del lunes y del martes, las tres centrales del complejo hidroeléctrico Mazar no producían ni uno solo de los 1.756 megavatios de su «capacidad combinada», correspondiente al 38% de la demanda nacional. A la misma hora en los días siguientes, las tres centrales seguían produciendo apenas una décima parte de su capacidad: el miércoles, el 8% de su capacidad; el jueves, el 9,12%; y el viernes, el 9%.
Este desplome en la producción eléctrica también demuestra que las lluvias que empezaron el 26 de septiembre anterior han tenido un escaso impacto en la recuperación de la producción del complejo hidroeléctrico de Mazar, a pesar de que el nivel de caudal este ha experimentado un aumento del nivel desde los 2.112,6 metros sobre el nivel del mar el 10 de octubre, a los 2.116.65 este 17 de octubre.
Se trata de un incremento de apenas 4,05 metros, lo que a su vez representa una distancia de apenas 6,65 metros por sobre el nivel crítico para desconectar una de sus dos turbinas.
En contraste con estas cifras del colapso del complejo hidroeléctrico Mazar y con él abastecimiento de más de la tercera parte de la demanda diaria de electricidad a escala nacional, el balance de pérdidas en el sector productivo, que esta semana actualizó la Cámara de Comercio de Quito da cuenta de 18 millones de dólares de pérdida por cada hora de apagón.
Ante este complejo contexto, esta semana tampoco se han registrado avances significativos en las contrataciones de emergencia con las que el Gobierno prevé cubrir el déficit de la demanda de electricidad, estimado por el Operador Nacional de Electricidad, Cenace, en 1.080 megavatios.
Por ahora, según confirman fuentes internas del Ministerio de Energía así como analistas y expertos del sector eléctrico la única alternativa de emergencia que se ha concretado, tras meses de espera, es la contratación de una barcaza turca para generar, en teoría, unos 100 megavatios adicionales, es decir apenas el 9,25% del déficit.
Los pronunciamientos del Presidente durante esta semana no presentaron resultados concretos, sino más ofrecimientos sobre las contrataciones pendientes. Anunció que su Gobierno adelanta acciones para incorporar un total de 1.598 megavatios (MW) al sistema eléctrico del país a mediano plazo. Según Noboa, en noviembre se sumarán 241 MW a través de la compra de generación permanente en tierra. En diciembre, se añadirán 300 MW mediante alquiler de generación en tierra y 204 MW con la entrada en operación de la nueva central hidroeléctrica Toachi Pilatón.
Asimismo, Noboa indicó que en el primer trimestre de 2025 se incorporarán 419 MW adicionales a partir de la compra de generación terrestre. «Los generadores que hemos adquirido funcionan de forma dual, con diésel y gas natural, lo que nos permitirá aprovechar nuestros recursos, aumentar la eficiencia y disminuir la dependencia de las hidroeléctricas», afirmó Noboa.
Además de estos ofrecimientos, Noboa también prometió adelantar la aplicación de un subsidio al consumo de hasta 180 kW/h en las facturas de electricidad. Esta medida, que estaba prevista para diciembre, enero y febrero, ahora comenzará a aplicarse desde noviembre.
A partir de ese mes, según los planes del Gobierno, el Estado subsidiará los primeros 180 kW/h de consumo en zonas residenciales a nivel nacional. Además, el Gobierno ha decidido suspender el cobro de las facturas de luz de septiembre para realizar una auditoría en las empresas eléctricas, luego de una serie de denuncias ciudadanas sobre cobros que no se correspondían con los racionamientos del suministro.
Alfredo Mena, director de la Corporación para la Investigación Energética, señaló que estas medidas tendrán un impacto significativo en la administración del sistema eléctrico en un momento crítico, cuando las empresas eléctricas necesitan más recursos para hacer frente a la crisis. “El sector eléctrico necesita dinero para subsistir, y el único ingreso que tiene proviene de las tarifas de consumo. Por lo tanto, cualquier decisión del Gobierno en este ámbito implica un subsidio del Estado”, comentó.
Mena advirtió que implementar las medidas anunciadas por Noboa requerirá recursos no previstos en el Presupuesto General del Estado. “Los fondos deben salir del presupuesto del Estado, pero sabemos que en este presupuesto tampoco hay dinero. No creo que el gobierno se arriesgue a perdonar o postergar el cobro de estos recursos. No considero que este sea el mejor camino”, concluyó.
Te puede interesar:
. Asamblea busca alternativas para la crisis eléctrica
. La Inteligencia Artificial crece como herramienta de la desinformación
. Habitantes de calle: radiografía de una población olvidada