En el plazo establecido sólo se registró una alianza nacional por lo que habría 16 binomios en competencia para el 2025. Los analistas creen que la falta de acuerdos sólo favorecerá a la confusión del electorado.
POR: Hugo Constante
Sólo la Revolución Ciudadana y RETO lograron suscribir una alianza nacional con miras a las elecciones de 2025. Ninguna de las dos organizaciones ha detallado aún cuál es el alcance de esta alianza y cómo alterará la conformación de sus binomios y la integración de las listas nacionales para asambleístas.
El correísmo presentó como binomio presidencial a Luisa González – Diego Borja; y Reto a Eduardo Sánchez – Katya Caicedo. Por la paridad de género que exige la norma las alternativas para esta alianza González-Sánchez o Borja-Caicedo, en cualquier orden.
Además, vencido el plazo para establecer acuerdos, en el camino se quedaron los diálogos que mantenían Centro Democrático con Pachakutik; y el Partido Socialista con Unidad Popular. A nivel provincial se registraron 47 alianzas entre diferentes organizaciones políticas, según el reporte del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Fabricio Betancourt, máster en Marketing Político, considera que era previsto que RETO, sin mayor trayectoria política, se sume a una organización política más grande, como la Revolución Ciudadana, para ocupar un espacio de poder en sus papeletas de candidatos. Mientras que en los otros partidos, teniendo afinidades ideológicas, al parecer no hubo acuerdos para la ubicación de candidatos como cabezas de lista a nivel nacional o provincial, lo que terminó por frustrar los acuerdos.
El especialista asegura que lo saludable en democracia es establecer alianzas, ya que es más fácil ponerse de acuerdo entre menos actores políticos y no entre tantos, como ocurre al momento. Por eso estima que el plazo para registrar alianzas debería ampliarse para que muchos precandidatos, en el día a día del movimiento electoral, se vayan dando cuenta de que no tienen mayor apoyo ciudadano por lo que al final, como ocurre en Colombia, señala Betancourt, van desertando de la contienda política y ofrecen su apoyo a los candidatos con mayores posibilidades de ganar, para ellos tener parte de la cuota de poder más adelante, si el candidato al que apoyaron, finalmente consigue el triunfo.
“Para que empiece a entender eso, el candidato necesita por lo menos unos dos meses. De manera que cuando regrese a ver, se dé cuenta de que ni su familia lo está siguiendo y esto permite que la organización política se sume a otro candidato”, dice Betancourt.
Una perspectiva contraria tiene Salvatore Foti, analista político. Asegura que todavía no se puede hablar de alianzas, ya que estas se concretan cuando se pasa a una segunda vuelta electoral. “La única que hubo, no le suma nada a la Revolución Ciudadana, es como si no hubiese pasado nada”, dijo Foti. Por lo tanto, dice, lo que se vive al momento es una campaña electoral, donde cada precandidato se esfuerza en posicionar narrativas. “Este momento, de lo que podemos hablar es de desalianzas”, dice el analista, en el sentido en que ni la Revolución Ciudadana ni Pachakutik, que manejan un discurso parecido, han logrado unirse, a pesar de los diálogos de las izquierdas. Otra “desalianza” se evidencia, según Foti, en la derecha, donde Henry Kronfle (PSC), Henry Cucalón (Construye) y Jan Topic (SUMA) le estarían restando votos a Daniel Noboa (ADN), que busca la reelección presidencial. “El único perjudicado de estas “desalianzas” es Noboa. La candidatura de Topic le va a restar muchos votos”, dijo Foti. Agrega que la verdadera disputa está en las curules que esperan lograr en la Asamblea.
Para Betacourt, de mantenerse el actual panorama electoral, habrá tres pelotones de preferencia electoral: En primer lugar la Revolución Ciudadana y ADN; luego Jan Topic – Leonidas Iza y un partido de derecha, probablemente los social cristianos. Y el tercer pelotón integrado por el resto de candidatos.
¿Una papeleta abultada?
Como están las cosas al momento, la papeleta electoral tendrá 16 binomios presidenciales, similar a las elecciones de 2021. Para Betancourt el efecto en el ciudadano de una papeleta abultada es la indecisión, que sólo resolverá el día en que esté frente a la papeleta. “También causa deslegitimación. La gente no se siente representada, a pesar de que existe una gran cantidad de candidatos”, dice Betancourt. A lo que se añadirá la falta de atención a las propuestas, ya que no es lo mismo escuchar a cuatro candidatos que a 16, por lo que las emociones son las que terminan por incidir en el voto, que terminará por fragmentarse.
Por su parte, Foti no cree que vaya a existir una fragmentación del voto, ya que hay candidatos con reales opciones de ganar, y que lo sabe la opinión pública, y otros que no alcanzan porcentajes como para poner en riesgo al resto. “El 2% de uno, el 3% de otro no fragmentan nada”, comenta Foti. Y defiende el derecho de participación de aquellos candidatos que, aunque con pocas opciones, se presentan como candidatos a la Presidencia de la República. “La campaña electoral para la Presidencia de la República es la mejor vitrina que tiene alguien para darse a conocer. Es legítimo que se lance”, dijo Foti. Recuerda el caso de Mauricio Rodas, que en el 2013 fue candidato a la Presidencia de la República por SUMA y se ubicó cuarto puesto de ocho candidatos, con el 3,94% de la votación, lo que le permitió darse a conocer para en un año después ganar la Alcaldía de Quito.
Y el de Bolívar Armijos, candidato presidencial en las elecciones anticipadas de 2023, obteniendo un 0,36% de la votación. “Pero se dio a conocer, luego no sé si se candidatizará para Alcalde, Prefecto o presidente del barrio. Pero por lo menos la gente lo conoció, no había otra manera. Para mí no sólo es legítimo, sino necesario que haya muchos candidatos a la Presidencia porque esas son las reglas del juego”, concluye Foti.
El número exacto de binomios habilitados para participar se conocerá el 30 de diciembre de este año.
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