El temporal que ha afectado varias zonas del país complica la generación eléctrica, al traer más sedimentos de los esperados. En dos días, el Gobierno ha ordenado dos veces cortes de luz, pero luego los ha suspendido. ¿Estamos cerca de una situación crítica?
Fuertes caudales y movimientos de tierra se registraron en los últimos días en diferentes ciudades del país; la ciudadanía los pudo ver a través de videos, que anunciaron los desastres en redes sociales. Deslizamientos de tierra y desbordamientos de ríos se convirtieron en los principales temas de conversación este fin de semana.
Esta mañana la vía Baños – Puyo amaneció cerrada por las grandes cantidades de lluvia que se evidenciaron en el cantón de Tungurahua. Un aluvión registrado en la zona de Río Verde, sector de Baños, acabó con la vida de al menos ocho personas y dejó un saldo de alrededor de 18 heridos. Además, hasta el último cierre de la Secretaría de Riesgos, otras 18 personas continúan desaparecidas.
Como consecuencia de este hecho, la represa hidroeléctrica Agoyán, que cruza el río Pastaza, también registró problemas en su funcionamiento. El aumento del caudal ocasionado por las lluvias impidió la generación de energía tanto en la represa de Agoyán como en Coca Codo Sinclair. Esto, debido a que el crecimiento del río abrió paso a la llegada de más sedimentos de los esperados.
Fotografías y videos mostraron cómo los escombros y sedimentos llevados por el río ingresaron a las instalaciones de las centrales hidroeléctricas, causando daños en los elementos que se encargan de la producción de energía. Lo mismo ocurrió con las centrales Agoyán, San Francisco y Coca Codo Sinclair.
Por estos motivos, el ministro de Energía encargado, Roberto Luque, fue convocado a gestionar la emergencia desde Tungurahua. Allí, se informó que los daños en las centrales hidroeléctricas habrían causado racionamientos de energía en varios sectores del país. Esto, además, llegó inicialmente con el anuncio oficial de cortes de energía para la noche de este domingo, hasta las 22:00. Estos cortes fueron suspendidos horas más tarde por el mismo Ministerio de Energía, que informó que para evitar más racionamientos se dispuso la activación inmediata de dos turbinas con el embalse compensador.
Sin embargo, con la emergencia transcurrida, el Ministerio de Energía informó hoy que la central Coca Codo Sinclair presentó una cantidad de sedimentos mayor 1.000 partes por millón, lo que terminó en la suspensión de la generación eléctrica en este espacio.
Debido a esto, nuevamente el Ministerio solicitó a las empresas eléctricas del país que se establezcan las acciones necesarias para coordinar racionamientos de electricidad, de modo de garantizar el correcto funcionamiento del sistema eléctrico.
En Quito, por ejemplo, los cortes de electricidad se realizarían desde las 15:00 y tendrían una duración de dos horas, según la sectorización anunciada por la entidad.
Sin embargo, por la tarde, nuevamente el Ministro anunció la suspensión de los cortes de luz.
Puesta a prueba
Para Víctor Herrera, experto en electricidad y suministro, este tipo de escenarios demuestran la fragilidad del sistema eléctrico y la situación compleja que está viviendo el país. “Estamos así desde finales del año pasado y nos sigue pasando factura”.
“Vemos que hemos tenido consecuencias negativas, tanto por una época de estiaje o por semanas o meses de ausencia de lluvias y, en el otro extremo, también tenemos la elevada cantidad de lluvias en los últimos días. Como vemos, el sistema eléctrico está principalmente basado en generación hidroeléctrica, lo que lo hace particularmente frágil en momentos extremos, como los que ha estado viviendo el país: cuando reducimos demasiado los caudales o cuando tenemos caudales excesivos”, dice.
El experto asegura que este tipo de problemas responden a una falta de planificación por parte del Gobierno. “No podemos hacer nada con respecto a las lluvias agresivas, como las que hemos tenido en los últimos días, pero sí podríamos tener una planificación correcta ante este tipo de desastres, que son previsibles”. Esta planificación, a largo plazo, podría evitar que existan apagones o podría minimizarlos.
Y es que la generación de sedimentos ante episodios de lluvias extremas van a seguir sucediendo, pero el experto aclara que no es viable que esto desestabilice el sistema eléctrico de un país, por cómo este está manejado.
“También hay que planificar el dragado de los repositorios de cada uno de los embalses y, sobre todo, asegurar la diversificación energética. En la planificación nacional hay un montón de proyectos en fila desde hace algunos años y no hay voluntad política para arrancarlos, permitir que haya fondos privados. Mientras no haya esa voluntad, podemos seguir comprando energía a Colombia o encendiendo las centrales termoeléctricas, que ahora están al 100% de su capacidad, con el costo de combustible y el costo ambiental que eso implica. Estamos comprando energía con lo inestable que es esto. Están sobre la mesa las barcazas eléctricas”, dice.
Para él, todas estas soluciones son paliativas. Sin embargo, mientras no se tomen medidas de planificación a largo plazo, estos escenarios de racionamientos serán cada vez más normalizados en el país y cada vez más fuertes, “cada año, porque cada año las centrales envejecen y el país requiere más y más energía”.
“Todavía no se ha llegado a una situación crítica, pero estamos acercándonos”, dice.
Por esto, el experto considera que este es un llamado de atención fuerte para los sectores políticos. “Se necesita que los partidos que busquen el Gobierno tengan una planificación energética viable y eficiente, porque si no esto se nos va a salir de las manos”.
Herrera destaca que si esto no se hace, escenarios de pocas o intensas lluvias seguirán golpeando al sector eléctrico.
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